La partida

763 52 6
                                    

Me despierto al alba. Realmente no tengo nada que hacer, ya que deja preparada una mochila para la misión, aconsejada por Annabeth, metí todo lo necesario. Decido ir ya a buscar a Gwyllt para prepararle para el viaje. Quirón nos fijo que para encontrar pistas sobre el resto de la profecía tendríamos que ir a lugares con mayor nivel mitológico, resumiendo, que tenemos que ir a encontrar monstruos a ver si nos dicen algo sobre la profecía. Buen plan.

Cuando llego a donde a donde está Gwyllt veo que allí ya está Jack, con Nieve, sentado apoyado en el loma del dragón.

-Buenos días, -dice sin levantar la mirada de su lobo- ¿preparada?

-Por supuesto, -me siento a su lado- ir a buscar monstruos a su hábitad, para que, en teoría, nos cuenten el resto de la profecía ha sido mi sueño desde que tengo uso de memoría.

-Claro, ¿cómo he podido preguntarte eso? -se ría, y se da un palmada en la frente- Vamos, hay que ir a buscar a tu amigo.

Me ayuda a levantarme, y vamos hacía el campamento. Nieve nos sigue detrás de nosotros, y Gwyllt emprende el vuelo y planea por encima de nosotros. A estas horas el campamento parece un campamento normal, de esos a los que vas para hacer excursiones y en los que encuentras tu primer amor y todo ese rollo, pero lo que menos te esperas es que dentro de un par de horas, cuando los campistas se despierten, todos empiecen a entrenar a como luchar.

Llegamos a la cabaña de Hermes, y Travis se encuentra sentado en las escaleras de acceso a su cabaña. Él, como Jack y yo, lleva una mochila para nuestra aventura.

-Ala, -dice levantándose- ya estamos todos.

-Tengo una idea, es peligrosa, pero puede funcionar -digo encogiendo los hombros- ¿donde hay más monstruos que en el Inframundo?

-Percy, Annabeth y Grover volvieron del inframundo sanos y a salvo. Nosotros también lo podemos hacer.

-Ya, pero ¿nos dejaron salir de allí tan facilmente? -dice Jack levantando una ceja.

-Si vamos con guía supongo que sí, -cruzo los dedos para todo lo que he estado pensando funcione bien, y así es, Nico sale de las sombras y se pone a nuestro lado- ¿Nos ayudarás?

-¿Y que me llevo yo a cambio? -dice Nico moviendo las manos dentro de los bolsillos de su cazadora.

 -Bueno, -sonrío y señalo con la cabeza a Gwyllt- se que te gusta mi dragón, te podrás acercar a él sin que te mate.

Espera un rato antes de responder- La entrada al Inframundo está en Hollywood, en los estudios de grabación DOA, pero hay entra en Central Park, lo único que se necesita música para abrirla, ¿alguien sabe tocar algún instrumento?

-Bueno, siempre he querido visitar Hollywood, -digo interpretando el silencio- y además tenemos a Gwyllt, con él podemos ir muy rápido, lo único ¿qué hará Nieve? porque no creo que pueda montarse.

-No te preocupes por él, irá corriendo y encontrará el comino perfectamente -dice Jack  acariciando a Nieve, y en cuanto lo hace el lobo sale corriendo.

No hay nada más que decir. Nico dice que nos verá ya en el Inframundo, que él va a viajar por las sombras. Nos montamos en Gwyllt , que ya ha alcanzado un gran tamaño, casi dos veces un caballo grande, yo delante para manejarle, Travis detrás y Jack el último.

-A Hollywood, Gwyllt, y vuela alto que no nos tienen que ver nadie -le digo al oído, no se si me ha entendido, pero hace un gesto con la cabeza como si estuviera ascendiendo.

-No te preocupes por la gente, no puede vernos, tenemos niebla suficiente para una semana, y si nos quedamos sin ella he traído un paquete -me dice Travis detrás mio.

-Vuela, Gwyllt.

Me agarro fuerte a las escamas del dragón, y poco a poco nos vamos elevando. Cuando ya estamos a una altura de unos 20 metros sobre el suelo, Gwyllt empieza a agitar sus alas y avanzamos, hacia lo que tendría que ser, rumbo California. Desde aquí arriba todo se ve minúsculo, el viento mueve mi pelo atado en un trenza mientras atravesamos las nubes volando. Es una sensación increíble, sobrevolar el cielo, y bueno, más a lomos de un dragón, de tu dragón. Si alguien me llega a decir un par de días atrás todo lo que estoy ahora mismo viviendo le preguntaría que que pastillas tomo, que a mi también me gustaría alucinar como él.

Jack y Travis empiezan una conversación trivial sobre no se que, la verdad es que no les presto mucha atención, estoy más atenta a lo que se nos pueda cruzar por el camino, llevamos varias horas y de momento han sido un par de pájaros y un avión y los dos han hecho como si no nos hubieran visto.

De repente empieza a hacer mucho más viento que antes, Gwyllt parece que también lo nota, pero sigue volando igual de seguro, aunque yo me agarro más fuerte. De delante nuestro aparecen dos venti, espíritus de los vientos, los reconozco por los libros que he leído, que rabia que me hubiera saltado como combatirlos, porque ahora me haría falta. Los chicos detrás mio se enderezan para ver lo que pasa. En un segundo yo ya tengo el arco en mi mano y en el carcaj en la espalda, por si acaso.

-¿Qué queréis? -pregunta Travis detrás mio.

-Solo veníamos a echar un vistazo, -dice el de la derecha con una voz infantil y muy aguda- no se ve todos los días a unos mestizos volando con un dragón por aquí, ¿a donde vais, niñitos?

-Aquí los que hacemos las preguntas somos nosotros, si es verdad que no queréis nada de nosotros, igual podéis ayudarnos ¿sabeis algo de alguna profecía? ¿o de algún viejo monstruo que este recuperando su fuerza? -pregunta Jack, ya con la espada en la mano.

-¿Algún monstruo? -dice ahora el de la izquierda, y se ríen los dos- ¡Una gran fuerza se encuentra recuperándose en el Tartaro mientras hablamos, mestizillos! Pero no vais a conseguir sacarnos más información, y fuera de aquí.

-Esperad, ¿y si intercambiáis la información por algo? -digo con una idea en la cabeza- porque estoy segura que a vuestro jefe no le gustaría saber que en vez de estar trabajando haciendo vientos y todo eso habéis estado hablando con unos semidioses sobre algo que en teoría no deberías haber contado, ¿verdad? Bueno, nosotros no diremos nada si vosotros nos lo contaís todo, simple.

Los venti se miran entre ellos, como si lo estuvieran sopesando.

-Bueno, los mounstruos que estáis buscando, porque no es sólo uno, saldrán del mar, y más pronto de lo que creéis.

-¿Del mar? -pregunto yo extrañada.

-Es es todo lo que sabemos, ahora fuera de aquí -al decir eso los venti se fueron.

-Del mar, hay que mandar un mensaje a Percy -dice Travis.

-Sí, ahora.

Vida de una semidiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora