Capítulo 21

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CAPÍTULO 21

    La fiesta de bienvenida al bebé de Polly estaba yendo bien. Bueno, casi. Mi madre y Alice Cooper parecían mantener una tregua muy fría y estrictamente distante, lo cual en parte me alegraba porque podríamos evitar sus típicas peleas. Cheryl y yo estábamos muy emocionadas, hasta habíamos traído un carrito para nuestro futuro sobrino o sobrina. Este era un acto muy especial y todos nuestros esfuerzos debían centrarse en que Polly disfrutara, al fin y al cabo, sus últimos meses habían sido un completo desastre, y más al enterarse de la muerte de Jason. Podía imaginar cuán grande era su dolor. Había vivido semanas pensando que Jason seguía ahí en algún lado esperándola y que, una vez que saliera, podría reunirse con su amado y criar juntos a su bebé. Había perdido al padre de la criatura, a su amor, a la persona que la hacía feliz. Ni siquiera habían tenido un último adiós.

    Miré instantáneamente a Jughead, quien estaba al otro lado de la sala. No tardó mucho en clavar sus ojos en mí y, al notar que lo observaba, levantó las comisuras de su boca en una leve sonrisa que hizo que se me parara el corazón. Me preguntaba si siempre sería así, si nunca dejaría de ponerme nerviosa al estar cerca de él. Jughead me guiñó un ojo y solté una risita. Mi hermana se percató del intercambio de miradas entre Jug y yo y me dio un codazo amistoso. Algo que sí comprendía era que mi relación con Cheryl era una montaña rusa, con demasiados altibajos, momentos de profunda desesperación y ocasiones en las que lograba convertirse en mi mayor apoyo. En este instante habíamos encontrado la paz y una noche ―ya que ahora siempre nos contábamos en una de nuestras habitaciones cómo nos había ido el día― le había confesado todos mis sentimientos por Jughead. No sabría decir con certeza si aprobaba que me gustara, pero por lo menos me apoyaba incondicionalmente y era justo lo que necesitaba. Aunque el resto del grupo desconocía esta extraña relación y sabía que tenía que contárselo pronto antes de que se enteraran de otra manera.

    Tomé un vaso de agua y bebí un poco. Cheryl se inclinó hacia mí para decirme algo en bajo.

    ―Tan solo diré que uses protección, no quiero que acabes tan pronto como Polly.

    Por poco escupí toda el agua que había bebido. No lo hice, pero sí me atraganté y empecé a toser. Noté que me había sonrojado y mis mejillas ardían. De repente hacía mucho calor en la sala, así que me abaniqué con la mano mientras Cheryl me daba palmaditas en la espalda y reía. Observé de nuevo a Jughead, el cual semejaba divertido por la situación a pesar de no tener ni idea de lo que se trataba. Si él supiera... Alzó las cejas curioso con su peculiar gesto, a lo que yo respondí sacudiendo la cabeza.

    ―¡Demonios, Cheryl!

    Mi hermana no podía parar de reír. Cuando me recuperé del susto solté una carcajada y en seguida estuvimos riendo juntas hasta que unas lágrimas en mis ojos y noté una punzada en mi barriga. Hacía demasiado tiempo que no me reía tanto y, siendo sincera, era una buena forma de liberar tensiones.

    ―Gracias ―murmuré una vez que nuestras risas disminuyeron.

    Cheryl me miró con expresión interrogante.

    ―Gracias por estar ahí como lo habría hecho Jason ―expliqué a continuación.

    Mi hermana me rodeó con un brazo y juntamos nuestras cabezas. La fiesta continuaba mientras Polly abría sus regalos. Los Cooper, o más bien solo Betty y Alice, ya que Hal no había asistido, le hicieron su regalo a Polly. Al parecer era una lucecita de noche que solía utilizar la propia Polly, lo que le hizo mucha ilusión. Era enternecedor. Entonces fue cuando Archie entró con semblante serio. Ni siquiera me había dado cuenta de que no estaba en la fiesta y me resultó extraño que precisamente apareciese en ese momento. No se acercó para saludar a Polly ni se sentó al lado de alguno de los presentes para ver cómo la hermana de Betty abría sus regalos. Se aproximó a Jughead, aunque eso no me extrañó, puesto que eran amigos. Lo que me llamó la atención fue su cara de aparente enfado. Lo seguí con la mirada hasta que se quedó enfrente de Jug. Con su dedo índice señaló al susodicho como si le recriminara algo. Habría pensando que estaban bromeando de no ser por la reacción de Jughead. Su rostro denotaba tal horror que se me encogió el corazón. No dudé en ponerme en pie y acercarme, pero no fui la única porque Betty me siguió.

BLOODLINE ; JUGHEAD JONES [1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora