Capítulo 30

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CAPÍTULO 30

    Al segundo de poner un pie en la fiesta de Nick, Jughead ya se estaba quejando. Puse los ojos en blanco como por quinta vez y apoyé una mano sobre su hombro.

    ―Solo no entiendo por qué tengo que estar aquí.

    ―Porque todo el grupo ha venido y tú, Jughead, eres parte del grupo ―respondió Veronica por mí.

    Él se limitó a suspirar. Ronnie le señaló algo a Betty y a continuación las dos amigas desaparecieron entre el gentío. Kevin y su novio Joaquin, quien nos acompañaba hoy, en seguida se alejaron para enrollarse con desesperación. Yo tan solo reí y sacudí la cabeza al ver a Kevin tan volcado en la tarea. De esa forma, nos quedamos Cheryl, Archie, Jug y yo solos en la entrada. Me fijé en que mi hermana todavía seguía a Veronica con la mirada, su ceño fruncido y sus labios demasiado apretados, lo cual me indicó que debía hacer algo para ayudarla. Me mordí el interior de la mejilla aún dudando.

    ―Blaze, vas a tener que invitarme a muchos batidos en Pop's. Y cuando digo muchos me refiero a miles ―continuaba protestando Jughead.

    Le sonreí y le di un beso en la mejilla.

    ―Todos los que quieras ―susurré en su oído. Me alejé un poco, pero no lo suficiente como para romper la privacidad de nuestra conversación―. Necesito un momento a solas con Cheryl.

    Jughead hizo una mueca, aunque acabó marchándose con Archie a por bebidas. Sabía que a Jug no le hacían demasiada gracia las fiestas, así que agradecía de corazón que hubiera decidido asistir a estar para estar conmigo. ¿Quién habría pensado que Jughead Jones tendría un lado tan dulce? Si tan solo mis padres lograran ver más allá de su apellido se darían cuenta de lo buena persona que era, de cómo conseguía alegrarme con un simple comentario o una sonrisa, de cómo se encargaba de arreglar los pedazos de mi alma que precisamente ellos rompían.

    Me centré en Cheryl, ya que en ese instante era lo que más me importaba. Yo ya era feliz, de modo que le tocaba a ella encontrar a alguien capaz de traerle calidez a su vida hasta ahora llena de nieve. Y, si en efecto Veronica era esa persona, tenía que lanzarse. Me puse frente a mi hermana para impedir que se uniera a la fiesta.

    ―Muy bien, Cher, es hora de que tomes la iniciativa ―solté.

    Ella me respondió con una expresión de confusión y la cabeza ladeada ligeramente. Se cruzó de brazos, señal de que se sentía indefensa y expuesta. Ya había captado mis intenciones.

    ―Es una fiesta, ¡todo el mundo se lía en una fiesta! ―exclamé dándole un toque de diversión para que no se le hiciera tan pesado.

    Quizá si Jason hubiera estado aquí habría sabido cómo aconsejarle. Sin embargo, ya no estaba. No había manera posible de que obtuviéramos uno de sus consejos o un empujón que nos diera ánimos, por lo que alguien tenía que hacerlo. Nunca sería tan buena como él, pero me daría por satisfecha si al menos conseguía infundirle una pizca de valor a Cheryl, una mínima parte de lo que él habría hecho.

    ―Olvídalo, Blazey.

    Hizo un amago de abandonar la charla y marcharse, de forma que la retuve tomándola de la muñeca. Mi hermana tardó en mirarme a los ojos y cuando lo hizo vi por qué. Estaba aterrorizada, como nunca antes la había visto. Cuando Cheryl y Jason estaban juntos a ella le era mucho más sencillo afrontar las situaciones difíciles; todo ese miedo guardado en sus profundidades parecía disiparse. Ahora que él ya no estaba, el terror salía a flote.

BLOODLINE ; JUGHEAD JONES [1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora