Capítulo 32

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Maratón [1/4]

CAPÍTULO 32

    Jughead no paraba de quejarse que la película que habíamos visto en el cine no daba nada de miedo. Rodé los ojos, aunque con una sonrisa de diversión. Me apreté más contra el costado de Jug, quien me rodeaba con uno de sus brazos. Íbamos caminado lentamente por la calle en la que estaban las casas de Betty y Archie, las cuales ya no quedaban demasiado lejos. Como la fiesta se celebraría en casa del pelirrojo y Jughead vivía ahí le había preguntado si podía quedarme a dormir con él.

    ―Los actores eran malísimos.

    ―¿Esperabas que para una película de bajo presupuesto contrataran a Leonardo DiCaprio o algo así? ―inquirí.

    Jughead refunfuñó en broma. Nos quedaban solo unos cuantos pasos para llegar a la vivienda del susodicho y no lograba evitar sentirme nerviosa. La noche de hoy tenía que ser perfecta para él, colmada de alegría y risas entre amigos. Ni siquiera sería una fiesta a lo grande, que era lo que no le gustaba. Archie había escogido una película ―desde luego mucho mejor de la que habíamos ido a ver― y, según me habían contado, habían preparado palomitas y bebidas. Además, Joaquin y Ethel se habían unido a la celebración. En un principio me había parecido fuera de lugar, porque se suponía que solo estaríamos los de su círculo de amigos, pero últimamente ambos se habían ido haciendo un hueco entre nosotros. Seguro que a Jug no le importaba.

    Recorrimos el pequeño camino que nos quedaba hasta la casa. Las luces estaban apagadas, señal de que los invitados estaban listos para la entrada triunfal. Subimos las escaleras del porche, yo con un nerviosismo incipiente creciendo dentro de mí. Jughead se disponía a abrir la puerta cuando puse la mano sobre su brazo para pararlo. Se quedó quieto en la posición, mirándome extrañado.

    ―¿Qué ocurre?

    Noté que se preocupaba por si era algo grave, así que me incité a mí misma a contárselo ya y no hacerle esperar más de lo necesario. No le iba a decir lo que había sucedido con Nick; eso ya tenía claro que era mejor mantenerlo en secreto. De todas formas, era capaz de aguantar unos cuantos comentarios de ese imbécil. Jug no tenía por qué formar parte de aquello.

    ―Quería darte tu regalo, tonto ―susurré.

    Sus ojos se abrieron con sorpresa. Hasta entonces no tenía ni idea que yo sabía la fecha de su cumpleaños, por lo que le pilló desprevenido.

    ―Felicidades, Juggie ―añadí con un hilo de voz. Jughead se recuperó de mis imprevistas palabras y entreabrió los labios como para preguntar algo―. Archie me lo ha contado.

    Mentí, pues en verdad la que nos lo había confesado había sido Betty. Sin embargo, se suponía que solo su mejor amigo conocía la fecha y el mencionar a Betty podía levantar sospechas.

    ―No tenías que hacerme ningún regalo, Blazers ―respondió.

   Quizá en otro momento me habría reído o soltado una broma, pero estaba demasiado nerviosa. Jughead se tensó por mi reacción; no podía culparle por ello, pues probablemente había dado la impresión de que algo importante estaba a punto de suceder.

    ―Jughead Jones, voy a hacerte un regalo porque es tu cumpleaños y te quiero y quiero hacerte feliz ―solté a toda prisa.

    Él pareció relajarse mientras que en su rostro se formaba una dulce sonrisa. Me mordí el interior de la mejilla, ya que a la vez que Jug calmaba sus nervios yo los tenía a flor de piel. Esta noche debía ser perfecta y no quería arruinarla.

BLOODLINE ; JUGHEAD JONES [1] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora