—¡Jos! —susurro horrorizada. No quiero gritar. Si grito van a encontrarnos más fácilmente.
Jos respira con duramente y el alivio me invade. ¡Está vivo!
Me hinco a su lado. No puedo ver nada en la oscuridad del bosque. Los rayos de la luna se filtran entre las ramas de los árboles, pero no es suficiente como para verlo. Enmarco su rostro con mis manos temblorosas.No puedo hablar, quiero preguntarle dónde le han dado, pero me aterra saberlo. Me aterra saber qué tan herido se encuentra. No puedo dejar de llorar.
—E-Estoy bien —tartamudea y mi corazón se estruja dentro de mi pecho. Tengo tanto miedo. Estoy tan aterrada... —. M-Me dieron en la rodilla.
Trago la bilis que sube a mi garganta y reprimo un sollozo. —N-Necesitamos seguir —digo con la voz temblorosa.
—D-Déjame aquí —pide, pero yo me niego rotundamente.
—No. No voy a dejarte. Antes me quedo aquí contigo —sollozo y limpio mis lágrimas con el dorso de mi mano.
El frío cala mis huesos, pero me obligo a levantarme. Estiro mis manos y las envuelvo en los brazos de Jos, tirando con fuerza de él. Se incorpora jadeando; enredando su brazo alrededor de mis hombros.
Procuro escabullirnos entre los árboles para pasar desapercibidos a simple vista. Tengo la esperanza de que la oscuridad de la noche, nos ayude a perdernos entre las sombras. Jos respira con dificultad. Siento su cuerpo cada vez más lánguido.
—Tienes que dejarme aquí —jadea.
Ignoro su petición y sigo caminando. No voy a dejarlo. No voy a dejarlo aquí.
—_____, escúchame, puedo esconderme. Puedo perderme en el bosque. Necesito que seas rápida. Necesito que llames a la policía. Necesito que mandes a la policía.
—No...—sollozo—. No voy a dejarte.
—_____, si no lo haces nos van a encontrar. Puedo esconderme. Voy a esconderme. Te prometo que no me va a pasar nada.
—¡No! —mi voz suena aterrorizada. No quiero dejarlo.
—_____, necesito que te vayas. Necesito que sigas éste camino sin desviarte. Encontrarás una carretera.
—¡No! —ésta vez estoy sollozando con fuerza.
—¡Sí!, _____, por favor, ¡escúchame!, ¡necesito que lo hagas!, ¡necesito que salgas de aquí! —ahueca mi rostro con sus manos y me obliga a mirarlo a los ojos. Por primera vez veo miedo en su mirada y quiero gritar—, necesito que camines a la carretera, si caminas a la izquierda al llegar a la carretera, vas a encontrar el pueblo. Está a diez minutos en auto. No debe tomarte mucho más tiempo si caminas.
Yo sigo negando con la cabeza, sin parar de llorar. —¡_____, por favor!, ¡te necesito valiente!, ¡necesito que te vayas!
—Ven conmigo —gimoteo con la voz entrecortada.
—Yo iré a buscar el Jeep, ¿de acuerdo?, necesito encontrar el jeep, te alcanzaré en el pueblo. Diablo se quedará conmigo y cuidará de mí. Él sabe cuidar de mí. Yo sé cuidar de mí. Necesito que tú cuides de él... —estira su mano temblorosa y acaricia mi estómago con suavidad.
Mi corazón se estruja dentro de mi pecho. —No... —digo, derrotada.
—Jamás voy a perdonártelo si algo le sucede —me mira con severidad y trago duro. ¿Por qué me hace esto?, ¿Por qué me chantajea de ésta forma?...
—Jos... —suplico en un susurro.
—Necesito que vayas al pueblo. Yo buscaré el Jeep y te alcanzaré ahí, ¿de acuerdo?, pegaré un par de tiros al aire para desviarlos de tu camino. No te asustes cuando los escuches. Estaré bien —mis manos tiemblan inconteniblemente, cuando pone una pistola en mis manos—. Pégale un tiro a todo lo que se mueva.
Un sollozo ahogado brota de mi garganta. Estoy aterrada. —N-Necesito que me jures que vas a estar bien —tartamudeo—. N-Nunca voy a p-perdonártelo s-si algo te s-sucede.
—Te lo juro, _____ —me mira a los ojos—. Llama a la policía. Si no te alcanzo en la carretera, llama a la policía, ¿de acuerdo?, llámala y diles que te tenían en una cabaña a diez minutos de Markleeville sobre la carretera 89.
—¡Jos! —estoy desesperada.
—¡Te amo! —sus labios encuentran los míos y siento cómo todo su cuerpo tiembla de debilidad. ¿Cómo planea lograrlo si está tan débil?...
Me aferro a él con mucha fuerza y lo miro a los ojos. —Te amo... —susurro.Él traga duro y asiente en dirección al camino. —Ve. Estaremos bien. Diablo y yo sabemos cuidarnos solos.
Me niego a dejarlo. No puedo caminar. —_____, por favor —suplica y envuelvo mis brazos en su cuello antes de besarlo una vez más.
Él gime de dolor ante mi peso en su cuerpo, pero me corresponde. Cuando nos separamos pego mí frente a la suya y susurro—: Vamos a estar bien.
Él asiente, me mira una fracción de segundo, y yo me armo de valor para echarme a correr.
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Cautiva..! {JosCanela y tu}
FanfictionEsta historia no es mia.. pero la quise adaptar porque ami me gusto mucho y espero a ustedes tambien les guste a ustedes asi que creditos a quien correspondan ..!