Capítulo 91

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Normal pov.

-¡Quiero que escriban una canción para la fiesta inaugural de la torre!-exclamo el director a las dos chicas y a Camus.

-Ya que…-murmuro la pelinegra.

-Si-asintió Carla.

-Entendido-dijo Camus volviendo a su silencio. Carla miraba por el rabillo del ojo al chico quien solo se mantenía inexpresivo y totalmente serio, con pose correcta y desprendiendo esa aura de elegante Conde.

-Nos esforzaremos-agrego nerviosa la albina. Camus fue el primero en retirarse de la oficina de Shining y no se esforzó mucho en demostrar un poco de alegría por tener una canción escrita por las maravillosas chicas. -¡Camus, quisiera discutir la imagen de la canción!-exclamo Carla alcanzándole. El conde miro sobre el hombro a la albina.

-Primero escríbanla, después hablaremos-le dijo mientras volvía a seguir su camino.

-Entonces, hablemos de eso-insistió Carla siguiendo el paso apresurado de Camus.

-No tengo tiempo para escuchar plebeyas-alego el Conde siguiendo su camino.

-Pero…-Carla fue interrumpida por su estrepitosa caída. Las hojas salieron volando en distintas direcciones del suelo y la albina fue atrapada por Cecil.

-¿Por qué le haces eso?-pregunto Cecil en dirección a Camus, se notaba molestia en su voz.

-No hice nada, se tropezó sola-dijo Camus deteniéndose para mirar el panorama.

-Ella no es tan torpe-dijo la pelinegra apareciendo frente al conde. Camus miro un momento a Carla y después siguió su camino. –Vaya, estas huyendo-agrego Arantza quien fue empujada levemente por Camus.

-Ven cuando la canción este lista-ordeno Camus nuevamente. La pelinegra rodo los ojos y chasqueo la lengua, no le agradaba para nada el conde. Arantza le ayudo a Carla a levantarse.

-…-Carla suspiro. –Supongo que no habrá de otra más que terminar la canción-agrego.

-Estoy preocupado, Camus es muy frío-admitió Cecil. –Vivir con él es terrible-comento.

-No creo que Camus sea siempre así-susurro Carla.

-Siempre me ordena hacer fila para comprar sus dulces limitados, también me despierta a media noche para prepararle café-recordó Cecil mientras apretaba su puño. –Es frío, insolente, arrogante…-Se detuvo.

-Un idiota-interrumpió Arantza. El príncipe le miro y asintió.

-Pero a pesar de eso, el siempre hace todo perfecto-dijo mirando seriamente a las dos chicas.

-¿Todo perfecto?-murmuro la albina.

-Cantar, actuar, todo-afirmo Cecil.

-Eso es un poco escalofriantes si lo piensas bien-comento Arantza.

-Pero nunca se dedica de lleno a algo-agrego el chico. –Esfuércense, me gustan sus canciones-dijo con una sonrisa un tanto extraña.

-Gracias, nos esforzaremos-dijo Carla devolviéndole una sonrisa. Cecil se marchó después de aquello. –Deberíamos empezar-le dijo la albina a Arantza. La pelinegra parecía estar perdida.

-Eh, ah, si…-murmuro. –Empieza tú, yo lo terminare después…Tengo que irme-agrego.

-Sé que lo del articulo te ha afectado, pero no puedes preocuparte todo el rato por eso-le recordó la albina.

-No te preocupes, no lo hace, nos vemos después-se apresuró a decir la chica antes de irse y dejar sola a mitad del pasillo a Carla.

&/Por la noche /&

A Different Story - Uta No Prince-SamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora