35 -Compitiendo-

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Las posiciones eran claras: El rey y la reina uno a cada extremo de la mesa, en los laterales estaban los demás, Yuuri sentado con Yurio a su izquierda, a la derecha de este estaba Victor y junto a este Alia, la concubina bien portada, con su espalda recta como una vara, sin haber pronunciado palabra alguna desde el momento cuando ingreso al lugar.

>>Ella es adecuada.

Fueron los pensamientos del príncipe Katsuki quien complacido observó el accionar de la muchacha, era atractiva, de hecho, sumamente hermosa. No dudaba que dentro del harem de Victor las mujeres más hermosas de sus regiones hubieran sido llevadas hasta él. No sólo las más hermosas, sino también de linaje noble.

Esa concubina era apta para procrear al heredero. Cuando fuera el tiempo le anunciaría la decisión a Su Majestad, la elegida ya fue decidida.

De su lado, el príncipe heredero en lugar de estar viendo por el futuro de su reino estaba muy concentrado en por qué el joven Crispino estaba frente a Yuuri ¿Era por qué le resultaba atractivo y deseaba tenerlo frete a él? O quizás ¿La mujer era tan hermosa que se sentía intimidado al verla? Seguramente moriría de tanto pensar.

Aunque ni si quiera eran pensamientos inteligentes u racionales por lo menos.

Por su parte, Yurio sonrió al notar cómo el moreno evitó en todo momento como sus u vida dependiera de ello el mantener por más de tres segundos la mirada sobre los ojos verdes de la morena. Lo sabía, sin dudas ella había sido la única mujer que puso de cabeza al Príncipe Katsuki.

Tenía que hacérselo saber a Su Real Idiotez o moriría en el intento. No es que quisiera darle problemas a su príncipe, pero aquella era una situación que sin dudas le pondría los vellos de punta. Pasa tiempo N 1 del gato escurridizo: Hacer la vida del príncipe heredero un infierno.

****

En primera instancia todo se desarrollo de forma norma y fluida, la cena fue todo un éxito y ahora se encontraban en el segundo salón donde se supone la realeza y nobleza serian entretenidos por los respectivos concubinos de ambas Majestades.

Cosa que Yurio sabia, y preparado para ellos se paró delante de los presentes quienes desde sus sillas de terciopelo fino y con tazas de procela en las manos lo miraron.

—Asumo tocaras el piano. —Interrumpió Viktor sus intenciones de ponerse en posición para comenzar una danza.

Y Yurio lo maldijo.

Yuuri fijó la vista en su esposo, persona que al parecer aún resentido con el concubino esperaba fastidiarle.

Y Yuuri de igual manera lo mandijo.

Él exclusivamente preparó una pequeña presentación la cual enseñó con dedicación a su acompañante para que este se mostrará digno de la posición y privilegios dados, sin embargo ahora su esposo como siempre jodía sus planes e intentaba inmiscuirse en cosas que no eran de su incumbencia sólo por sus celos infantiles.

—Vamos, Yurio, recuerdo saber que eres bueno en el piano. —Incentivó con malicia.

>>Estúpido, viejo calvo, me las pagarás.

Los dientes del rubio se apretaron resignado. De haber sido una situación que sólo involucrara a los reyes podría llegar a zafarse de esa, pero no, también estaban los invitados y si el príncipe heredero decía que el concubino de su esposo era bueno en el piano: Así debía ser, de lo contrario estaría mintiendo, engrandeciendo a una persona que no lo merecía, y el príncipe Katsuki dueño del joven sería el encargado de cargar con esa vergüenza.

Un baile en honor a Su Majestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora