El príncipe heredero Viktor Nikiforov nunca enfrentó tal encrucijada en sus veintiocho años de vida, ni si quiera cuando su vida estuvo a punto de extinguirse en medio de las llamas, ni cuando asistió al primer campo de batalla con tan sólo diecisiete años, incluso cuando comando por primera vez el ejército de la mano de su general a los veinte. No, definitivamente nunca antes se sintió tan confundido.
—Yuuri, ¿Q-Quieres... dormir...con-Conmigo? —Tartamudeó al ver a su marido debajo de las mantas de su cama hablando desde el suelo con una sabana que al caer de su lecho mientras se enredaba en esta lo cubrió al menos un poco.
—Bueno, esa es la idea ¿O irá a dormir en el suelo? —Una pregunta maliciosa hecha con ojos inocentes mientras observa su pectoral.
—Pero... ¿Por qué? —Salió de entre sus labios con estupefacción sin comprender aun cómo reaccionar.
Hace apenas unos minutos entro a su habitación, todo se encontraba perfectamente a oscuras, las cortinas cerradas no permitían ni si quiera el ingreso de la luz lunar, conociendo palmo a palmo su habitación no necesito prender una vela, comenzó a desvestirse de inmediato, cuando estuvo completamente desnudo abrió las cortinas teniendo la costumbre de mirar las estrellas antes de ir a dormir, se recostó del lado derecho, entonces alguien se removió a su lado, el calor de dicha persona roso su brazo izquierdo.
Cuando se giró la sonrisa de Yuuri hizo que se lanzara de la cama con velocidad pero claro, no antes de conseguir eso cayó. En su defensa su marido explicó que sólo deseaba pasar la noche con su esposo tranquilamente.
— ¿Estás...?—Viktor dejó la frase incompleta ahogando una exclamación cuando Yuuri se inclinó para observarlo dejando al descubierto su pecho, estomago y evidencia de que más abajo posiblemente no había prenda.
— ¿Estoy...? —Ladeó su cabeza, fingiéndose desentendido.
—Yuuri, pienso que deberías volver a tu habitación...—bajó su mirada.
— ¿Por qué? —Volvió a lardear su cabeza, en está ocasión hacia el otro lado.
El príncipe heredero comprende que la peor de sus acciones sería tocar a Yuuri cuando este aun se muestra reticente a sus sentimientos, de hecho cada vez que tienen un acercamiento todo suele terminar mal porque él malinterpreta las intenciones de su marido y acaba tirando más de lo debido de aquella cuerda tan tensa. Ya antes tuvo que huir para no cambiar su ropa, pero ahora las cosas se han vuelto de las nada mucho más complicadas al ser él quien viene a buscarlo.
>> ¿Qué quieres de mí exactamente?
Los pensamientos angustiados del príncipe Nikiforov dejaban en claro que justo en ese momento lo que menos pensaba era en jugar al seductor, muy por el contrario si pudiera volvería a escapar, pero también es consciente de que aquello es una falta de respeto muy grande teniendo en cuanta la situación.
—Vuelva a recostarse Su Majesta, debe estar cansado, necesita dormir.
>>Si estás a mi lado lo que menos haré será dormir.
—Yuuri ¿Por qué me haces esto? —Susurro dejando aflorar un dolor en su voz del que hasta el momento no se había percatado sentir en su pecho, apenas ahora que lo envuelve una asfixiante cesación, aquella que lo abruma sólo cuando tiene que ver con su ser amado.
El menor parpadeó, sorprendido. El estúpido príncipe ególatra lo miro con ojos vulnerables, sin ocultar nada, aquellos ojos indicaban sufrimiento, por estar siendo sometido a una situación que lo colocaba contra la espada y la pared, Yuuri lo estaba forzando a elegir entre su amor y deseos carnales, siendo que él mejor que nadie sabe que ambas cosas van de la mano.
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Un baile en honor a Su Majestad.
FanficAngustia: Podría decirse que esa fue la razón de su danza a la luz de la luna aquella noche, una desesperada angustia alimentada por una asfixiante soledad. Cientos de intentos para ser escuchado, miles de ruegos y suplicas, hasta rendirse por compl...