CAPITULO 4

2.1K 230 59
                                    

<< Total Power Exchange, mi spankee

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

<< Total Power Exchange, mi spankee... >>


SANTO

El torno gira a la velocidad que le doy con mi pedal de pie, de acuerdo a lo que necesito mientras mis manos rodeando la pieza húmeda.

Casi mojada.

Con la propia viscosidad de la arcilla y con su dosis de agua proporcionada.

Pero suave al tacto.

Le buscan la forma que quiero desde su base.

Girando.

Bajando y subiendo.

Y deslizándose entre mis dedos con precisión.

Concentrado.

Porque, un pequeño desequilibrio y el eje de su forma caería.

Vuelvo a humedecer mis manos en una batea con agua, apoyada sobre una pequeña mesa a mi lado para que esta no se seque antes de tiempo, mientras los suaves acordes clásico de María Calla suenan en la habitación.

Una gran soprano griega que conocí por ser un gran adepto incondicional a la música clásica en todos sus ámbitos, gracias a mi abuela paterna una tarde en su biblioteca mientras leíamos cuando niño.

Una de las tantas cosas que me enseñó esa gran mujer.

Erudita y docta en lo que ama.

Escrituras y el arte.

Proveniente de una buena familia.

Con casta.

Y por ende.

Por no conocer otra educación más que la de su nacimiento por nanas y tutores gran parte de su vida por una madre de origen francés.

Que, como se decía en esa época de principio de siglo XX de tertulia en tertulia.

Y con un padre de nacimiento árabe y como tal, mercader ganadero en constantes viajes de negocios.

Creció con la palabra disciplina y respeto, recorriendo sus venas.

Porque la libre expresión de las emociones sobre toda en una mujer en esa época y casada por conveniencia a la temprana edad de los 17 años y en dicha clase social, no estaban a la orden del día.

Pero y pese a ese carácter algo glacial inculcando educación.

Refinamiento.

Buenos modales.

Y palabra respeto por sobre todas las cosas, tanto a la sociedad como a nuestra misma familia.

Una mujer excepcional que, bajo ese velo de frialdad y toque de sarcasmo.

Tiene un gran corazón y mucho amor para dar.

Siendo, no solamente yo un aprendiz de sus palabras y reflexiones sabias.

El Santo®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora