CAPITULO 3

818 115 14
                                    


<< De safe, sane and consensual.

Seguro, sano y consensuado.

Siempre...>>

SANTO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SANTO

El murmullo típico estudiantil con cada paso que doy sobre uno de los senderos de la Universidad, crece al acercarse la hora pico del comienzo de clases en los diferentes pabellones de carreras universitarias, mientras me introduzco al mío y me interno entre sus corredores como pasillos, atestándose ya de centenares de estudiantes yendo y viniendo por ellos.

Algunos, interactuando en grupos.

Otros a la par de uno y sin levantar sus vistas de sus celulares.

O solos y abrazados a los libros que llevan en sus manos y contra su pecho, apurados por llegar a destino.

Solo me limito a saludar con un movimiento de mi barbilla y de forma seria a alumnos, que lo hacen cruzándose en mi trayecto sin detenerme.

Y ruedo mis ojos acomodando mejor mis lentes para disimular, al sentir que algunas adolescentes entre sí, murmuran mi nombre entre risitas señalándome por lo bajo y fracasando en ocultar su interés en mí.

Abro la gran puerta en madera de mi aula al llegar minutos antes del toque de entrada para ir directo a mi escritorio y dejar sobre este mi maletín.

Seguido de forma rápida, borrar la pizarra escrita por alguna materia anterior mientras dejo sobre esta, un par de tizas como apuntes que saco y acomodo sobre mi mesa.

Para luego con ambas manos sobre los bordes y extremos cerrar mis ojos, para tomar una profunda como exhalar una fuerte respiración.

Rogando por lo bajo que los comprimidos de resaca y contra la amenazante acidez que siento en mi estómago y que me ofreció mi cuñada ante mi almuerzo ligero, merme en transcurso de mi clase y lo que queda del día.

Camino en dirección a la puerta al chequear la hora desde mi reloj y dejando esta, abierta conmigo delante y cruzando mis brazos sobre mi pecho, ante el sonido del timbre ya de entrada anunciando horario de clases, mientras veo desde mi lugar como de a poco comienzan a ingresar mis alumnos, bajo mi mirada profunda sobre cada uno ante su saludo que correspondo serio.

Y reprimo mi risa con una tos de poca paciencia, ante sus caras largas y por ser un clásico en mí, si me conocen.

Mi jodida y famosa puntualidad sin darle los gloriosos y limitados cinco minutos previos de sus charlas animadas, antes del inicio de las clases.

Lindo.

La puerta cerrándose por mí, ante el último ingresante se siente al cerrarse mientras me quito el saco y camino para apoyarlo contra el respaldo de mi silla, seguido por desabotonar los puños de mi camisa y arremangarla hasta la altura de mis codos sin pérdida de tiempo y dejando a la vista mis brazos tatuados como mi mirada fría y ante un gran porcentaje de mis alumnos, bajo la sorpresa de ello por no saberlo.

Sí...sí, tengo tatuajes, ahora concéntrense.

Me giro a la pizarra para escribir mi nombre como apellido a modo presentación.

- Algunos me conocen, porque me deben correlativas del año anterior... - Digo, volteando a todos. - ...mi nombre es Santo Musio y voy a ser en este semestre, su profesor de Enseñanza de la Lengua y la Literatura comprensiva como narrativa... - Me presento, sacudiendo mis manos entre sí, por restos de polvo de la tiza que dejo a un lado de la pizarra. - ...no me gusta que se converse en mis clases algo ajeno a mi materia, detesto el chicle en ella... – Enumero, caminando sobre el frente de la clase muy tranquilo y con las manos en los bolsillos de mi pantalón de vestir, hoy en azul oscuro. - ...no permito celulares de ninguna manera interrumpiendo, como también lo que exijo y sin protestas, que me estudien lo visto la clase anterior... - Me detengo de golpe y con mi mirada totalmente recorriendo cada uno. - ...y jodidamente detesto del verbo mucho, las llegadas tardes... - Gruño esto último sin un gramo de sonrisa en mis labios y acomodando mejor mis lentes sobre mi nariz.

Hago unos pasos con mi mirada siempre en ellos.

- ¿Alguna duda o pregunta, antes de empezar mi clase? - Exclamo, dando como finalizada toda mi presentación como exigencias.

Sus miradas entre sí o sobre sus mismos pupitres me dice que no, mientras niegan en silencio.

Y bajo mi conciso.

- Bien. - De mi boca y reacomodando mi cuello satisfecho.

Doy comienzo a mi clase...

El Santo®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora