En Mis Sueños (Historia Completa)

Malcom

La primera vez que Laura vio a Malcom en un sueño acababa de terminar una novela muy interesante de J.M.Bosch, basada en la vida de una doncella del castillo escocés de Mollach en el año 1189.

Lo vió a lo lejos, encima de un enorme caballo de guerra, cubierto de sangre al volver de una de las muchas incursiones en tierras vecinas para robo de ganado que solían producirse entre clanes rivales.
No sabía su nombre, debía ser un guerrero importante, aunque no llevaba los colores del clan McGoal, ni iba al principio de la comitiva, iba el último, ligeramente retrasado, pero con un porte imponente.

Desde la distancia solo podía ver una parte de su rostro ligeramente inclinado, pero podía ver perfectamente su largo cabello rubio ondulado ( madre mía que envidia, tiene mejor melena que yo -pensó Laura atusándose su rizado pelo castaño-), y su potente brazo musculado.
No podía despegar sus ojos de él, al alejarse tuvo una buena vista de su espalda.

-Tekel, ¿Quien es ese guerrero?.
- ¿Que guerrero?, hay muchos Laura.
- El último, el rubio, ¿lo conoces?.
- Hummm. Para que quieres saberlo, esta muy lejos de tu alcance.
- Bueno,...solo quiero saber un poco de él,...no lleva los colores del clan, por favor cuéntame Tekel.
- Se llama Malcom Haffer, el Laird McGoal lo pescó en la costa después de una tormenta. No sabemos mucho de él, solo lleva aquí tres veranos. Al principio estuvo muy enfermo y balbuceaba en un idioma muy extraño, pero cuando se recuperó de sus heridas aprendió nuestra lengua, pero no se para qué, es el hombre más callado que puedas conocer, simplemente te echa una mirada penetrante de las suyas y sales corriendo.
-No será para tanto, me gustaría conocerle.
-Lo veo difícil, Laura, él apenas sale del castillo si no es para guerrear, y tu no entras nunca, así que olvídate, ven, vamos a quitar las malas hiervas el huerto.

Siguió a Tekel a la parte trasera de la choza que compartían, pero no podía dejar de mirar hacia atrás, hacia Malcom, un extraño allí, como ella.

Laura se despertó sobresaltada, eran las 3 de la madrugada, Íker y Salma dormían plácidamente en sus camas.

No podía olvidar la imagen del guerrero, su visión le había producido un enorme cosquilleo por dentro, una expectativa, una sacudida, nunca había sentido nada igual.

Volvió a su cama e intentó volver a conciliar el sueño, no tardó mucho en dormirse, pero esa noche no volvió a soñar con el guerrero.