En Mis Sueños (Historia Completa)

Capítulo 12

- Ni hablar, no..no..no. Que noooo....
Laura no podía dejar de pensar en el lío en que estaba metida mientras pasaba la aspiradora por su sala de estar.
-Bueno, lío tampoco, a ver...es un sueño ¿no?, no es que sea bígama ni nada parecido ¿verdad?, no engaño a Miguel (eso espero), bueno...con la mente no es engaño ¿no?.
Hablaba consigo misma mientras hacía los quehaceres domésticos. Se sentía culpable. ¡Pero si no he hecho nada!¡Que es un sueño!, pero no podía dejar de pensar que cuanto más soñaba y se enamoraba de Malcom, menos pensaba en Miguel, de hecho hacía tiempo que no hacían cosas juntos. Se sentía mala esposa. Pero es que no quería ser esposa, bueno....esposa sí, pero de Malcom. ¡Ojalá fuera real!, ¿se puede estar locamente enamorada de una fantasía?¿Me estaré volviendo loca?.

No podía dejar de darle vueltas al lío que había provocado, tendría que arreglarlo de alguna forma. Ella solo quería ayudar a Malcom, y lo había encadenado a ella, debía de odiarla, ¡ay dios!, seguro que la odiaba.
Tendría que ir a la biblioteca, sí, eso haría, se miró el reloj de la muñeca, tenía tiempo, iría y buscaría la información de la Escocia medieval y los divorcios, si eso existía. No.....mejor al museo, seguro que Adriana la ayudaría, era la madre de un amigo de Íker y trabajaba restaurando libros antiguos en el museo, seguro que ella sabía algo de eso - suspiró- podría buscarlo en GOOGLE, pero necesitaba hablar con alguien y desahogarse, si, buscaría una excusa para hacerle mil preguntas.
Cogió su coche y se dirigió al centro, conducir a hora punta era realizar un acto de penitencia...pero bueno, Malcom necesitaba su ayuda. Esperaba que no la odiara mucho.

-Así que estás investigando para escribir una novela romántica, ....muy interesante, espera, le dijo Adriana mientras se sentaba ante su ordenador. Si esperas un momento, creo que hace poco catalogamos un libro sobre ritos tradicionales escoceses, y seguro que ahí viene algo. Siguió tecleando su ordenador, mientras Laura echaba un vistazo a la estancia.
Estaban en el sótano del museo, en una estancia grande con muchos libros polvorientos y extrañas máquinas, seguramente para restaurarlos. Adriana ocupaba un gran escritorio y estaba concentrada en el ordenador.
Era una mujer muy simpática, aproximadamente de su edad, de complexión alta y delgada, parecía una modelo, pero sin pizca de vanidad, tenía tres hijos y vivía para los libros y para su familia.

-¡Ya está!, Adriana sonrió, aquí tengo un fragmento escaneado del libro, donde se hace referencia a lo que me preguntas. A ver, a ver... Si, aquí, se habla de diferentes ritos matrimoniales , y uno de ellos es el lugnasad," en honor del dios Lug, es un rito celta por el que un hombre y una mujer se unen por un año y un día, siendo reconocido como matrimonio legal, al declararse la unión ante testigos. Tras ese período los contrayentes podrán decidir seguir juntos o separarse. Si siguen juntos deberán renovar sus votos al año siguiente, y sería una boda permanente. Si hay hijos, serán declarados hijos legítimos con todos sus derechos".
Y con respecto a lo del divorcio, a ver...un momentito...-Adriana miraba concentrada la pantalla del ordenador-, lo único que veo por aquí es que pone " existe la fórmula del divorcio, pero solo pueden solicitarla los hombres".... pues vaya, no da ninguna explicación más.  Adriana se quitó las gafas y se apretó el puente de la nariz.
-Pues eso es todo Laura, espero que puedas escribir tu novela, le dijo sonriéndole. Cuando la publiques no olvides mandarme una copia, y dedicada por favor.
- Desde luego que si Adriana, me has ayudado enormemente. No dudes que si logro publicarla, tu serás la primera en leerlo, y dedicada por su puesto, le dijo mientras se levantaba de la silla y cogía su bolso.
-Ahora me voy corriendo, que el tráfico está fatal,¡muchas gracias!, nos vemos en el próximo partido de los chicos, ¡chao!, y salió disparada a coger el coche.

Bueno, ¡menos mal!, Malcom podría divorciarse de ella y quedaría libre enseguida, si, menos mal que había una solución. Lo empezaba a querer demasiado.

Regresó a casa más calmada, cuando aparcó su coche en su plaza de aparcamiento se dió cuenta de que Miguel estaba en casa, y subió rápidamente a casa.

- ¿Miguel? ¿Estás en casa?, preguntó al entrar por la puerta del piso.
- Siii, aquí en el salón. Se oyó su voz. Laura colgó el bolso, se puso las zapatillas, y se dirigió al salón.

Miguel estaba tumbado en el sofá con los ojos cerrados, con el traje puesto, la corbata floja, y los pies en alto. Se sentó en un sillón frente a él y lo observó durante unos minutos. ¿Porqué ya no le atraía tanto?, era muy guapo, y estaba en forma, de hecho en muchísima más forma que ella. ¿Lo quería? Si, pero ya no con pasión. ¿Cuantas veces lo había visto este mes?¿y este año?....

-¿Tengo monos en la cara?, le preguntó Miguel con una sonrisa.
- ¡uy!, perdona, se te veía cansado y no quería molestarte.
- Sí estoy cansado, además, esta noche tengo que volver a irme. El cliente de Dublín, ¿te acuerdas que te hablé de él?, es muy exigente.
- Pero, si acabas de llegar, los niños....
- Es mi trabajo Laura, le dijo incorporándose. Ya lo sabías cuando nos casamos.
- Si pero....
- Voy a ducharme, dijo comenzando a alejarse. Cuando llegó a la puerta del cuarto que ambos compartían se giró y le dijo.
- Deberías cuidarte un poco Laura, estas dejándote mucho,...en unos meses este nuevo cliente va ha dar una gran fiesta en su castillo, estarán invitadas las esposas, y....bueno, tu...
- Estoy muy gorda...ya...no te preocupes intentaré estar presentable, para que consigas tu contrato. Le dijo Laura enfadada.

Él se fue a ducharse y la dejó a ella con sus pensamientos. ¿Como hemos llegado a esto?, ¿no se supone que el amor es incondicional?¿ya no me quiere por pesar un poco más?¡ni que él fuera perfecto!¡habrase visto!¡pedazo de burro!, es que no sabe que " las curvis" también podemos ser atractivas. Pero ¿porqué me preocupo?, ya me da igual. Laura se levantó pesadamente y se dirigió a la cocina.

Esa noche volvió a su paraíso.