Capítulo 25

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-Malcom ¿eres realmente tu?, pero si no puede ser ...esto ... tartamudeaba Laura. Era impensable. Ella no creía en magia, y eso es lo que debía ser, porque todo era muy raro. ¿Cómo su amado guerrero podía estar ahí en la actualidad, bajo las estrellas, con ella?¿Si acercaba la mano podría tocarlo?, el corazón le latía muy rápido, parecía que se le iba a salir del pecho, pensó que con la suerte que tenía era capaz de sufrir un infarto allí mismo, ante el hombre de sus sueños. Seguramente había bebido mucho vino en la cena y le parecía que ese hombre era Malcom, pero seguro que no era.
Sí, eso era, estaba borracha y alucinaba. Sacudió la cabeza con fuerza y con los ojos cerrados para despejarse, seguro que al abrirlos habría ante ella un desconocido. Respiró profundo y abrió un ojo, y luego otro. Y allí estaba Malcom mirándola divertido con una media sonrisa.
-Hola Laura....
-Esto...
-Espera, déjame que te cuente, le dijo agarrándola del brazo e instándola a caminar por la orilla.
-¡Vaya! Esto me suena. Como Malcom la miró ceñudo, le explicó..., Sí, lo de agarrarme y llevarme a donde yo no quiero ir, sí eso me suena mucho. Y mirándolo de reojo le sonrió, aunque no dejaron de pasear.
-Se que debes estar sorprendida, y asustada, pero no te preocupes, yo te lo voy a explicar todo, o por lo menos lo voy a intentar. Sí soy Malcom, nos vimos durante años en sueños. Si Laura. Yo también te soñaba a ti.
-Pero ¿como es posible?. Laura le tocó el brazo. Era tan duro como una roca, y estaba caliente.
-No se como es posible, pero sé eres tu, que he luchado mucho para encontrarte, y que estas aquí. No te conozco, solo conozco a la Laura de mis sueños, pero tenía que conocerte, saber si la Laura real y la de mis sueños es la misma persona.
-Oh! Lo siento mucho Malcom, le dijo dejando de pasear. No soy la misma persona, ni tan siquiera sé si soñamos lo mismo. Yo no soy nadie especial, solo soy una ama de casa con dos hijos y un marido al que le estoy haciendo un favor para lograr que me firme los papeles del divorcio. No soy nadie importante ni interesante, le dijo mirando hacia el suelo. Lo siento.
-

Déjame que sea yo el que decida si eres interesante o no, ¿me dejarás?, solo te pido que me escuches y que mañana pases el día conmigo. ¿Es tanto pedir?, le dijo mirándola a los ojos.
¡Ay madre que ojos!, no distinguía el color porque estaba oscuro, pero sentía su penetrante mirada.
-Bueno, si quieres..., ella estaba un poco asustada, tenía miedo de que Malcom se decepcionara, pero si no era para ella por lo menos lo había intentado ¿no?.
-Bien, ven, vamos a pasear y te contaré como te conocí. Y comenzaron a pasear de nuevo.

-Mi familia tiene una empresa de construcción desde hace varias generaciones, tenemos la sede en Londres, pero por motivos laborales viajo por todo el mundo, aunque siempre me ha gustado especialmente Escocia, aunque aquí no tengo familia, ya que nosotros somos de Tórshavn en las islas Feroe. Giró la cabeza para mirar a Laura que lo escuchaba atentamente.
-¿Por eso tienes un ligero acento?, en mis sueños también lo tenías.
-Si, mi idioma natural es el danés, aunque hablo español, inglés,alemán y mandarín.
-Vaya...yo solo hablo español y chapurreo el inglés. Laura se sintió un poco incómoda, ese hombre había viajado por el mundo y hablaba un montón de idiomas, esperaba que no se llevara una decepción enorme al conocerla mejor. Suspiró con pesar. Los sueños son más sencillos.
-A mi no me importa los idiomas que hables, me importa que podamos hablar nosotros, ahora escúchame que no he terminado, la reprendió mientras sonreía.
-Muy bien, sigue...
-En uno de mis viajes pasé por aquí, y ví ese enorme castillo en el que nos hospedamos, estaba prácticamente en ruinas, y totalmente abandonado, pero no se porqué, me atraía, me atraía mucho, tanto que lo compré en un impulso. Tuve suerte, su propietario estaba pensando en sacarlo a la venta, y yo me adelanté. Pasé muchos meses en el pueblo, y entre las ruinas mientras lo reconstruían, y entonces comencé a soñar. Al principio tu no estabas en mis sueños, durante mucho tiempo estaba solo entre la gente, hasta que llegaste tú.
Me sacaste de mi soledad a empujones Laura, mis sueños y mi vida real eran igual de solitarios, aunque en mi vida real estaba Marc, el chico que conociste en la playa y con el que fuiste tan amable.
Te voy a contar una cosa para que me entiendas pero te ruego que me prometas que no volveremos a hablar de ello por ahora.
Laura asintió con la cabeza.
Marc es mi hijo, es fruto de mi horrible matrimonio con su madre, que nos abandonó nada más nacer él y que en un ataque de rabia me hizo esta cicatriz en la cara. Si algún día estoy preparado te hablaré de Íngrid.
Solo quiero que entiendas que tu me has salvado. Me has empujado a luchar por encontrarte, me has hecho vivir, vivir para soñar, y vivir para buscarte. Pero no quiero asustarte. Le dijo acariciándole la mejilla.

Ese hombre era muy intenso, tenía una fuerza escondida que la asustaba un poco, pero estaba deseando saber más.

Malcom volvió a pasear y Laura se apresuró a seguirle, quería saber

-Recuerdo el día que te ví por primera vez. Estabas sentada a la mesa de una casucha desastrosa y me miraste fíjamente, Malcom se restregaba la cicatriz al hablar, no querías venir conmigo, y llevabas el vestido más horrible que haya visto jamás. Sonrió al recordar
-Si, recuerdo ese día, sonrió Laura, casi se me cae la sopa de lo embobada que me quedé mirándote, ya debes saber que eres un hombre muy atractivo. Se me caía la baba literalmente. Laura estaba sonrojada cuando dijo esto, pero con su nueva forma de vida, había pensado decir lo que quisiera.
- Gracias, pero me ha costado muchos años comprender que a ti te lo parecía, atractivo me refiero, yo no veo nada especial cuando me miro al espejo, solo yo, con una enorme cicatriz en la cara. Es algo que también debo agradecerte a ti, he aprendido a aceptarme.
-¡Por dios Malcom!, de verdad no sabías que todas las mujeres tanto en sueños como en la vida real se derriten por ti. Si que estáis ciegos los hombres, le dijo llevándose las manos a la cabeza.
-Bueno...esto..., volvamos al asunto. A Malcom siempre le habían avergonzado sus cicatrices, y pensaba que los demás no podían mirarlo por ellas. Laura se equivocaba.
-Está bien, continúa...

En Mis Sueños (Historia Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora