capitulo 5

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-que tienes miedo de que salga y mate a toda la ciudad-sonreí.

-no es eso, sabemos que te has portado bien todo este tiempo pero no podemos estar…cien por ciento seguros, tu sabes, quien quita que entres en shock al salir de este lugar y termines haciendo daño a alguien… Sin querer-él era inseguro, lo pude notar, tenía miedo, todo este tiempo lo tuvo, de que reaccionara en contra de ellos y no se…los matara, aunque nunca pasó, el día en el que llegue aquí tenía tanto miedo que no pensé en sus caras, pero al recordar sus rostros llenos de miedo y su voz temblorosa, pienso en todo lo que debieron pasar, al pensar que yo mate a mi madre y lo lastime a él, ese podre idiota que quería el dinero de mi madre, a tal punto que termino matándola para conseguirlo y culpando a una niña de cinco años, que no entendía lo que estaba pasando, era solo una niña, solo una niña…pero a él no le importo nada, solo el maldito dinero, siempre fue eso.

Ahora regresaría, esta vez no a lastimarlo con un arma que no sabía usar, sino a terminar con el de la peor forma posible, lo haría sufrir, le quitaría el dinero y lo mataría, todo estaba planeado y saldría a la perfección, de eso no había duda. Todos estos años pase repasando cada detalle minuciosamente. No había errores y obstáculos.

Sonreí

-si claro, como soy una asesina en serie, vamos tenía cinco años, no sabía lo que estaba haciendo, eh aprendido mucho de eso en todo este tempo, que no se debe hacer daño a nadie, bla, bla, bla, tranquilos chicos, estaré bien, solo no me extrañen tanto-exclame sonriente.

-vamos ya-dijo el primer enfermero sonriente.

Loes tres enfermeros me custodiaron hacia la oficina del director.

Tocaron la puerta dos veces y escucharon un entre grave.

El director se encontraba detrás de un escritorio de caoba, tenía una mirada severa, pero si llegabas a conocerlo, comprendías que era solo una fachada, él era toda alegría. Un payaso andante como se llamaba el mismo.

Al entrar él se levantó de su escritorio y camino hacia nosotros.

-Mira a quien tenemos aquí-exclamo sonriente-pero si es nada más y nada menos que a la pequeña Lucy, como te encuentras hoy.

-Genial Carlos, mejor que nunca, por fin saldré de aquí, ya sabes, es…emocionante, como decirlo. Sonreí

-vaya, estas muy alegre hoy, estoy seguro de eso, de algo ha servido todo lo que te eh enseñado, hablas como toda una dama, querida Lucinda, veo que has tomado nota de todo eh.

-ya sabes, quería aprender todo lo que me fuese posible, no quería que al salir de aquí todos pensaran que era una…como se dice… ¿una salvaje? –sonreí 

¿Amor o venganza?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora