Capitulo 14

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Me sentía desorientada. No sabía dónde me encontraba. Solo sabía que estaba sobre algo suave y acolchado, muy diferente al del psiquiátrico, con aquel olor familiar de mami. 

Lentamente abrí los ojos y lo primero que divise fue la fotografía de Mami en un columpio, mientras yo la empujaba, yo estaba riendo y ella también, estábamos disfrutando de ese día. Fue el último día en el que pase con papi, él fue el que tomo la foto y recuerdo claramente lo que dijo "Son lo más preciado que tengo en esta vida, mis ángeles, las amo, nunca lo olviden". En ese momento no entendía porque estaba diciéndolo, pero como estaba tan feliz le sonreí y le susurre "Mi ángel". 

Fue por un helado que yo quería, y no regreso más. Siempre pensé que era mi culpa, si no me hubiera antojado de un helado quizás mi padre aun estuviera aquí. Pero más tarde comprendí que aun que no hubiese ido por el helado, de todas formas hubiera ocurrido. Y estaba más que segura que Jeremy tenía algo que ver en eso. 

Mi padre sabía algo, y por eso lo mataron. 

Iba a averiguar qué era lo que sabía, que fuera tan grande como para que lo mataran. 

Según mi madre, estaba involucrado en negocios turbios, pero yo conocía muy bien a papi y él no era de esas personas, estaba más que segura de eso.

Sacudí mi cabeza, esa no era una buena forma de empezar el día. 

Me desperece y me encamine a la ducha, necesitaba estar despierta para lo que se vendría hoy. 

Ya vestida, baje a desayunar algo rápido, porque no quería llegar tarde, hoy sería mi primer día oficial.

Desayune panqueques, tome mis cosas y cuando estaba a punto de cerrar la puerta sonó mi celular. Lo había dejado olvidado en la cocina.

Corrí por él y conteste sin fijarme en el remitente.

-Hola-pregunte algo agitada.

-Veo que la ciudad te tiene muy ocupada.

-Carlos-sonreí.

-Cómo está mi niña, que tal te está tratando la ciudad-su voz era dulce y suave. Casi como cuando intentas arrullar a un bebe.

-Hasta ahora muy bien, yo empiezo a trabajar en la empresa y estoy algo nerviosa-Camine hacia la puerta y la cerré al salir. Lo primero que observe al girarme fue un Audi blanco y a un Carlos sonriente apoyado en el. 

Aun con el teléfono en mi odio conteste.

-Que significa ese auto-susurre con algo de miedo.

-Significa tu regalo de bienvenida a la ciudad, no creías que te iba a dejar andar por ahí en taxis todo el tiempo- Hablo como si fuese obvio, pero había algo que olvidaba.

-Sabes que no puedo manejar, no entiendo de que va a servir-Justo en el momento en el que terminaba mi frase un joven de traje con unos ojos azules y sonrisa coqueta apareció frente a mí.

-Bueno el sí sabe manejar y conoce la ciudad como la palma de su mano-Carlos estaba muy emocionado y la verdad es que no entendía muy bien la razón.

-De acuerdo-respondí algo dudosa. Esto no me convencía del todo, pero no iba a mencionarlo, a lo largo de los años aprendí a que cuando Carlos te hacia un regalo, no debías cuestionarlo. No quieres saber qué pasa si lo haces.

-Tranquila pequeña, él te enseñara a manejar y te llevara a donde quieras-Se acercó a abrazarme y yo me deje caer a sus brazos algo aturdida aun.

Luche contra el nudo que se estaba formando en mi garganta. La imagen de Jackson llego de la nada obstruyendo mi visión. Me sacudí antes de que empiece a delirar.

-Que es lo que pasa- Me conocía tan bien.

-Recuerdas lo que decías de que tal vez llegase un obstáculo- casi lo había tartamudeado.

-Si- Oh dios! como voy a decirlo en voz alta.

-Pues, parece que no es verdad, aún no ha llegado nadie-No sé de donde dije eso, pero en el último minuto me arrepentí de decirlo.

El solo sonrió y me miro directamente a los ojos.

-El auto es tuyo, felicidades-Me giño un ojo y se fue.

A veces creía que el de los problemas psicológicos era él y no los pacientes con los que trataba.

Me acerque al chico que se encontraba con la puerta había del Audi. Entre en el asiento de atras y el serro la puerta.

-A donde nos dirigimos-pregunto.

-A Rose&Rose Enterprises Holding Ing- respondi en voz neutra.

Miro a través del retrovisor y sonrió.

Después de un rato observando la ciudad, recordé que no sabía el nombre de mi chofer.

-¿Cuál es tu nombre?

Dio una mirada rápida por el retrovisor y me contesto indiferente.

-Kira.

-Que significa-Carlos me había enseñado que todos los nombres tenían un significado como Lucinda que significa Luz o luminosa. 

-Significa antorcha- La forma en que lo dijo hizo que me sonrojara y no entendí muy bien porque hasta que lo pensé. Antorcha es fuego y fuego es... ¡hay dios! 

Me aclare la garganta. Y me devane los sesos por encontrar algo inteligente que decir, pero en cambio me quede callada. Aunque no fue mucho porque habíamos llegado. 

Se estacionó en la cera y salió del coche para abrirme la puerta. 

-gracias-Dije suavemente.

El me sonrió.

-Estaré por aquí por si me necesita, Carlos le dejó mi número en un mensaje en su celular.

Asentí y me dirigí a la empresa, los nervios volvieron, pero los desplacé hasta un rincón y seguí. 

Tome el ascensor hasta el quinto piso y me dirigí hacia la secretaria de Jeremy. 

Ella me sonrió y me mostró algunos papeles que debía ordenar. 

Me habían instalado un pequeño escritorio al lado de el de la secretaria que se llamaba Carmen según su identificación. 

Suspire y empecé en ello. 

Carlos me había dado clases y sabía muy bien sobre contabilidad y finanzas. 

¿Amor o venganza?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora