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Parece ser que el tesoro podría estar más cerca de la catedral de lo que esperaban. Tras haber bajado las escaleras y encontrarse cara a cara con una cripta, fueron puestos a prueba a resolver uno de los acertijos que Avery les tenía preparados, revelando así, a dónde se tendrían que dirigir próximamente. 

El hecho de recorrer las heladas cuevas  hacía que [__] se acordara de aquella vez en las montañas del Himalaya dónde había corrido graves peligros junto con Nathan. No era nada bonito de acordarse porque el frío del vacío y el recuerdo de aquellas bestias peludas hacia helar cada vello de su cuerpo.

«El Paraíso aguarda para quien se muestra digno; al falso no le espera sino un designio maligno», palabras del pirata de Rhode Island, Thomas Tew. 
Pero había algo que no les coincidía, ¿por qué iba a querer Avery involucrar a otro pirata cuando está ocultando su tesoro? ¿Tal vez le quería en su tripulación? ¿Se habría quedado Tew con todo el tesoro?

[__] aún se quedó pensativa. El hecho de escuchar aquella conversación de Rafe y Nadine tras la pared rocosa despertaba su curiosida, aunque Sam rápidamente justificó que quizás Rafe intenta sonsacar a Nathan, pero el pequeño de los hermanos le restó importancia. ¿Realmente estaba Nadine hablando de él? [__] tenía sus dudas, pero se las guardó y lo dejó pasar negando mentalmente.

—Nunca me acostumbraré. –bromeó Nathan apretando el interruptor que acto seguido abrió la puerta hacia una sala.

—Hay otra cruz. –comentó [__] acercándose al objeto, sonrió. —Y parece ser que tiene joyas incrustadas. 

—Espera, no... –previó Nate agarrando la mano de ella. —...la toques.

—¿Por qué no? –saltó Sam en la conversación.

—¿No la veis? es lo más valioso de aquí. Es otra prueba.

—Avaricia. –asumió Sam. —Entonces...¿tienen que ser las monedas?

—Sí, pero... solo coge una, ¿de acuerdo?

Avaricia. –repitió su hermano. —Lo pillo.

Antorchas comenzaron a encenderse y lo siguiente que se vio reflejado en el frío suelo de aquella sala era la representación de la isla de Madagascar. Tras reconocer el punto que marcaba King's Bay, [__] miró en dirección a Sam que se veía ciertamente alterado por no haber encontrado finalmente lo que él ansiaba por encontrar. Pero Nathan frunció el ceño pensativo.

El Paraíso aguarda... para quien se muestre digno. –murmuró Nate. —¡Estaba reclutando! ¡Avery era el que estaba reclutando!

—¿Reclutando para qué?

Tan pronto cómo las palabras de Sam salieron de sus labios, una explosión los acechó haciéndoles caer al suelo lleno de escombros. [__] gruñó dolorida y levantó la mirada para darse cuenta de que tenía el cañón de un rifle apuntando en su dirección. Pero se sorprendió más al ver a Nadine caminando hacia ellos. Entre tacos y gruñidos se incorporaron y no les quedó otro remedio que soltar las armas y levantar sus brazos en señal de rendición.

Se buena y no los mates aún. –la voz de Rafe resonó en la fría sala por la emisora.

—Date prisa, entonces. –sonrió Nadine con pequeña malicia. —King's Bay...

—Si, pero ¿en qué parte de King's Bay, huh? –trató Sam de hablar. —Os hará falta la cruz de ahí para descubrirlo. Pero sólo hay tres personas que os pueden decir cómo usarla.

—Lo adivinaré. Vosotros. –sarcasmo inundó su voz. —lo siento chicos, una lástima. Tráeme el crucifijo. –le dijo a uno de los mercenarios.

Todo era un caos en cuestión de segundos. El sonido de derrumbamiento y escombros cayendo por todo los lados se hacía eco a la vez que más mercenarios de Shoreline aparecían para disparar a órdenes de Nadine. Ésta vez [__] estaba más que preparada y sus balas se incrustaban en los cuerpos de los mercenarios, en una ocasión se enfrentó cuerpo a cuerpo, ganando aquel hombre que la agarraba de los hombros con un rodillazo en la cara y una patada en sus genitales. 

—Entonces, no hay tesoro, ¿no? 

[__] nunca se alegró tanto de estar de vuelta en el avión y ver al viejo Sully de nuevo. Suspiró derrotada mientras escuchaba la conversación entre Nathan, Sam y él, sólo captó que el próximo destino era hacia un volcán cerca de King's Bay, mientras, con una toalla trataba de secarse el cabello mojado, aún sentía gotas de agua helada recorrer su cuerpo. Después, sólo se quedó mirando por la ventanilla, algo cansada. 

—¿Andas bien por ahí? –la voz de Sam inundó sus pensamientos, se olvidó que se había sentado a su lado.

—Estoy algo cansada, nada más. –sonrió ella, mirándole.

—Tengo oído que soy cómo un oso de peluche gigante. –tosió falsamente.

—¿Qué? –rió [__]. —¿Quién di- oh... ya veo, quieres tentarme para que me duerma en tu hombro, vaya peculiar jugada Samuel Drake. Creo que por esta vez has ganado.

¿Algún otro premio? elevó sus cejas sugestivo.

—Tampoco te pases, grandullón.

Cerró finalmente sus ojos y dejó que el sueño la llevara.


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799 palabras, pensaba que lo iba a pasar, ¡pero no!

Aquí tenéis otro capítulo amores, estoy ansiosa por el siguiente porque me gusta muchísimo el mapa y es uno de los escenarios que más me gusta del juego. 

[__] se va abriendo cada vez más a Sam y es un amor.

¡Eso es todo, muchas gracias por leer!

-m.

Truthseeker » Sam Drake x lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora