Truthseeker » Sam Drake x lectora.

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Abrió los ojos de par en par, llevándose su mano hacia la cabeza notó que había un vendaje. Gimió dolorida, su cuerpo estaba tendido en el metálico suelo con una toalla tras su cabeza como soporte.
«¿Estoy en el avión de Sully?».

—Santo cielos chica, menudo susto nos has metido.

Miró hacia delante para ver a Sully en el asiento de piloto. Trató de levantarse, pero su costado la traicionó y gimió dolorida de nuevo.

—No trates de movert-

—¿D-dónde está Nate?, ¿está bien?, ¿c-cómo...

—Tranquila, Elena y Nate te trajeron hasta el avión porque aún no habías recuperado el conocimiento. Están bien, han ido en busca de Sam.

Sam...
Sentía un pinchazo en su pecho cuando recordaba la dolorosa mirada que le daba y la sucia mentira que ella se creyó.
[__] se levantó con toda sus fuerzas y gruñó agarrando su costado, caminó hacia la puerta del avión y la abrió, estaban en la orilla, «perfecto».
Sully corrió tras ella y la llamó, preocupado.

—¿A dónde crees qué vas? ¡No estás en buenas condiciones!

—Sully. –se giró para mirarle. —Nada me detendrá de ir a buscar a Sam. Estaré furiosa, pero si tendremos que salir de esta puñetera isla, será con él. Y no muerto. 

«No le puedo perder otra vez, no de nuevo».

Sully suspiró y estiró su brazo para agarrar una de las armas que estaban en el asiento y se la extendió. 

—Bien. –contestó. —Pero iré contigo, no te dejaré sola.

Gracias al sonido de disparos que resonaban por la jungla, hallaron a Nathan en plena pelea con uno de los grandes camiones de Rafe. Fue un alivio para [__] verle vivo y valeroso después de todo lo que ha luchado, pero en su mirada se veía bastante afectado por lo de Sam, y no le echaba la culpa, ella también sentía lo mismo.
Tan solo quería salir de esa maldita isla, ya sin la idea de encontrar el tesoro, –si es que realmente lo había– y volver a casa de una vez.

[__] sonrió al ver a Elena corriendo hacia ellos. Aún sentía remordimiento por el último encuentro que han tenido, pero parece ser que a la preciada periodista no le importó y la abrazó, alegrada de verla con vida.

—Ha habido algunos sustos. –comentó Elena. —Pero... me ha cubierto.

Giró su mirada y vio a Sam acercarse, algo afligido y físicamente dolorido. [__] le miró con prudencia llevándose sus manos a su cintura con cuidado por el dolor e intercambiaron miradas, pero él la apartó rápidamente, arrepentido.

Sin embargo, Nathan tuvo el valor de acercarse a él, un encuentro bastante tenso e incómodo a pesar de que Sam intentara sacar de nuevo el tema de lo que había pasado.

—Eh, eh, eh. –él llamó al ver al grupo caminar, alejándose. —Lo siento, ¿qué hacéis?

—¿Tú qué crees? –respondió Sully. —Salir de aquí cagando leches.

—Vale, podemos... podemos hacer eso... o podemos ir en aquella dirección. –señaló él. [__] frunció el ceño, no gustándole por dónde iba a parar. —Qué es un atajo a... al tesoro de Avery.

—No me lo puedo creer. –rió ella amargamente, rodando sus [c/o] ojos.

Pudo sentir los ojos de Sam clavándose en ella y enseguida comenzó a defenderse, tratando de captar la atención de su hermano para que ellos dos siguieran con la búsqueda. Parecía no importarle que [__] ya no quisiera saber nada más del tema.

—¿Cuánto llevamos buscando esto? Tú y yo. –sonrió Sam a Nathan. —No os ofendáis... no lo entienden.

—En realidad, lo hacen Sam. –respondió Nathan. —Han visto esta obsesión antes. Ya... Ya no somos aquellos críos. Ya no. No tenemos nada que demostrar.

[__] pensó que Sam había captado el mensaje, qué volverían a casa y se alejarían de la maldita isla de una vez por todas, y quizás olvidarse de todo lo que había sucedido. Pero cuando volvió a ver aquella mirada de devastado y arrepentido desde el otro lado del muro y dándole la espalda, supo que las tuercas habían vuelto a torcerse.

Ella quería golpearle, hacerle recapacitar de sus errores, aunque al mismo tiempo no pudo evitar sentir compasión por él.
Era cómo un cachorro asustado y tan solo quería llenar ese vacío que sentía en su interior haciendo lo que su madre nunca pudo seguir.

—Iré contigo Nate. –gruñó ella mientras empujaba dolorida el pesado carro que trataban de llevar al alto muro.

—No hagas esto más difícil, [__]. –contestó él, resoplando. —Sin ánimos de ofender, pero estás en la mierda.

—Elena, hazme un favor y pégale de mi parte al regresar.

—Eso y que le tocará fregar los platos, más le vale que no se le ocurra palmar. A ni uno de los dos. –corrigió.

Nathan ayudó a [__] subirse al muro, aún agonizando de dolor, aquel pinchazo en el costado no la iba a ayudar a seguir muy lejos, pero haría lo que fuera falta por ayudar a Sam a salir de todos los obstáculos que rondaban por su mente, ciego por el tesoro.

Implicaría que si ella no salía viva, se aseguraría de que él lo hiciera.

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Cuando las cosas se ponen tensas y todo llega a su final, me es inevitable escribir tantas cosas.

Sí, lamentablemente todo está llegando a su fin, cómo mucho quedan dos capítulos, pero... ¿puede ser que haya un capítulo especial? ¿algo más? *guiño, guiño* 😳

No digo más, ¡muchas gracias por leer! ❤

-m.