Truthseeker » Sam Drake x lectora.

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—¿Qué dicen los satélites, Victor?

—Ahora mismo, ni una mierda. –respondió mirando su teléfono. —He perdido la señal.

Una risa se escapó de los labios de [__] mirando hacia Nathan que resopló rodando sus ojos y saliendo del coche en el proceso. Ella imitó sus acciones mientras amarraba su cabello en una coleta alta debido al calor que desprendía Madagascar, se acercó al capó del coche para observar el mapa que había sacado Nate.

—Bueno, esta ruta de aquí debería llevarnos directos al volcán. Aunque habrá algún bache.

—¿Habéis comprobado que el volcán no estuviera activo? –preguntó [__] mirando a los tres hombres con una ceja arqueada y con una sonrisa torcida.

—Está apagado. –aseguró Sully. —Créeme, es lo primero que miré cuando vi que veníamos a un volcán. Eso, y dónde alquilar el 4x4 más barato.

Volvió a soltar una pequeña risa y asintió. Se montaron en el vehículo. Haría compañía a Sam de nuevo en el asiento trasero, no era algo que le molestara, todo lo contrario, le agradaba tenerle a su lado.

Según tenía entendido, en el mapa se podían ver varias estructuras alrededor del volcán, cómo torres de vigilancia, teniendo en cuenta de que hablábamos de Avery, el hombre más buscado, si algo quería esconder tendría que tener gente que lo vigilara. Sería un golpe de suerte si el tesoro se hallara en una de las torres del volcán.

Admirando el paisaje que tenía a su alrededor, [__] tuvo el valor de traerse consigo una cámara desechable que Sully había estado guardando en su avión, agradecida por el detalle fotografiaba lo que podía, pájaros, árboles, pero sólo cuando paraban. La frenada del vehículo hizo que llamara su atención de estar limpiando la lente. Levantó su mirada extrañada, pero el sonido de una explosión hizo que se diera cuenta.

Los mercenarios de Shoreline.

—La buena noticia es que se centraron en el enclave equivocado. –comentó Nathan pasando los prismáticos a Sully y suspirando. —Pero la mala es que la única ruta al volcán pasa justo por donde están.

—Pero tenemos ventaja, ¿no? –intervino ella.

—¿Cuál es el plan entonces, Nathan?

—Seguirme a mí. –respondió confiado.

[__] perdió la cuenta que llevaba mentalmente tratando de calmar los nervios ante la temerosa y peligrosa conducción de Nathan. Será un buen líder, pero como piloto era audaz y bastante aventurado. Ver la gran caída de un borde hacía que cerrara sus ojos y se agarra fuertemente a su asiento, pero algo la mantenía a salvo.
El brazo de Sam rodeaba su cuerpo. Evitó moverse demasiado, el asiento era pequeño pero tampoco se iba a quejar, la relajaba.

Justo cuando pensó que todo estaba controlado, el vehículo se desvió debido al movimiento de la enorme piedra que tenían en frente y el resbaladizo fango. La situación fue a peor cuando los cuatro quedaron suspendidos en el aire, dependiendo de la cuerda del cabrestante. Al recibir otro impacto hizo que Nathan saliera disparado de su asiento.

—¡Nathan! –[__] y Sam gritaron al unísono.

Le agarraron de los brazos con la vista del vacío delante de sus ojos, viendo como escombros y piedras caían sin un parar. [__] tenía sus manos y frente sudorosas incluso cuando ya habían llegado a la cima y estaban fuera de peligro totalmente. Echó su cabeza hacia atrás resoplando y asumiendo aún el susto que acabaron de pasar.

—Ha... Ha sido divertido, ¿no? –preguntó Nathan riendo nerviosamente.

—Sí. –contestó Sully. —Esto se lo cuento sí o sí a mi psicólogo.

—Espera, ¿tienes un loquero? –intervino Sam riendo.

—No... pero después de esto, sí.

—Me apunto contigo, Sully. –dijo [__].

—¡Pero si lo tenía todo bajo control, chicos! –exclamó Nate.

Otra decepción tras otra. Había noticias malas, no habían encontrado el tesoro y cómo siempre Shoreline iba un paso por delante, siendo atacados en el acto. [__] sufrió algunos rasguños, pero nada preocupante.

¿La buena noticia?
Encontraron un mapa simbólico junto con una enorme cruz de san Dimas que revelaba las localizaciones de doce torres en todo Madagascar.

Doce torres se convirtieron en dos que serían la posibles de poseer el tesoro, pero la gente de Rafe estaría en cada una. 

—Muy bien, yo me encargo de esta torre. –comentó Sam. —Vosotros a esa. 

«¿Qué?»

—No, no, iré contigo Sam. –dijo [__] frunciendo el ceño. —Somos pares, así que no irás solo.

Sam se giró hacia ella y se cruzó de brazos, parecía molesto con su respuesta.

—Irás con Sully y Nathan, [__]. Estarás más segura en mi opinión, ¿entiendes? 

—Pues tu opinión me parece una mierda. –soltó ella con una risa amarga. —Voy contigo y se acabó.

Él gruñó por lo bajo, pero no dijo nada. A [__] no le importó, sólo tenía claro que no le iba a dejar solo, temiendo a que le pasara algo, no otra vez.