›› Epílogo ‹‹

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Sam salió del baño mientras secaba su pelo recién húmedo con una toalla.
Portugal traía consigo un clima bastante cálido en época de verano y por una vez, le dio la razón a Sully.

Se cambió de atuendos y se dispuso a sentarse en uno de los sillones que al frente tenía una mesa con varios documentos del ‹pequeño› trabajo que tenían entre manos.

Sus dedos rozaban sus labios, mientras se quedaba pensativo.
Había prometido dejar de fumar, pero no mentiría si dijera que extrañaba el sabor del tabaco.
Se propuso a hacer algunos cambios en su vida desde aquella vez que se despidió de su hermano, quería ser mejor persona, sentirse bien consigo mismo.

Pensaba sobretodo en [__]. Había una máxima posibilidad de que se sentiría orgulloso de sí mismo si en algún futuro volviera a encontrarse con ella y viera el nuevo hombre que era.
Con sólo pensar en la última sonrisa que ella le dedicó en la despedida, hacía que un cosquilleo apareciese en su pecho, pero desaparecía cuándo se ponía a pensar que llevaban una semana sin tener contacto.

Elevó su mirada la puerta principal, habían picado. Se levantó del sillón dejando los papeles devuelta en la mesa y picaron otra vez.

—¡Ya voy, ya voy! –gruñó levemente. —Victor, cómo se-

—Un señor con bigote me ha dicho que aquí se hospeda con su compañero que ha encontrado Libertalia, ¿es así?

Radiante.
Si tuviera Sam que definir con una palabra a la persona que tenía en frente en ese instante, usaría sin duda esa.

Llevaba puesto un vestido blanco, con un estampado de flores amarillentas y rosas, su tez era más morena y su cabello [c/c] estaba suelto libremente. Tenía consigo dos maletas en el suelo a un lado.
Notó que sus ojos [c/o] tenían cierto brillo al mirarlos y su sonrisa era la más ancha que había visto.

¿[_-__]? –preguntó él sorprendido. —¿qué haces aquí? ¿en Portugal?

—¿No es obvio? –rió ella. Extrañaba oír su risa. —No es fácil librarse de mí, Sam.

—Pero, pensé que...

Pensaste, impresionante. –rió de nuevo y el rodó sus ojos. —Recuerdo haberte dicho la última vez que esperaras por mí, ¿no? Pues aquí estoy, en carne y hueso.

Sam sintió el impulso de abrazarla y así hizo. La llevó por sorpresa, pero rodeó sus brazos alrededor de su cuello y le dio unas cuantas palmadas en la espalda mientras reía.

Tras varios segundos se apartaron, [__] tenía una tímida sonrisa en sus labios.

—¿Puedo pasar? –preguntó señalando a la habitación. —Me gustaría esperar a Sully, dijo que no tardaría en llegar.

—Sí, sí, claro... –sonrió Sam, que se ofreció a recoger las maletas y cerrar la puerta tras de si. —Así que... ¿c-cómo estás?

—Bien... –arqueó una ceja curiosa. —¿pero cómo estás tú? Te noto algo nervioso.

Para qué mentir, me he alegrado cuando te he visto. No esperaba que de verdad vinieras.

...¿Me echaste de menos?

La respiración de Sam se cortó al notar que el cuerpo de ella se juntaba con el suyo. El tono de su voz sonó algo seductiva, casi necesitada.
No iba a mentir, le gustaba. El roce de sus senos contra su pecho haría que cualquier hombre se derritiera al tacto, sus brazos rodeaban su cuello para atraer la proximidad entre ambos y sus ojos tenían un leve brillo a lujuria.

Cómo si fuera instinto para Sam, llevó sus manos a su trasero dónde le dio un pequeño pellizco causando que ella sonriera. No tardó ni medio minuto cuando unió sus labios, hambriento de sentirlos una vez más.
[__] comprendió que su respuesta era afirmativa y dejó que su espalda chocara contra la pared, aún rodeada por los brazos de Sam y sus labios moviéndose hasta su cuello.

—¿Quieres saber algo? –sonrió ella mordiendo su labio inferior a la vez que Sam besaba su cuello. —No llevo nada debajo del vestido.

Mhm, chica mala, sabes bien lo que quieres y quien quieres que te lo dé.

—Santo cielos, Sam, te necesito ya.

—Victor va ha llegar en cualquier momen-.

Un par de toques en su puerta hicieron que la pareja detuviera sus acciones.

—¡Sam, chico abre la puerta, me he dejado la llave dentro!

Ahí estaba Sully, en el mejor momento posible. Fue gracioso de ver cómo Sam soltaba un ligero gruñido y se despegaba del cuerpo de [__] para ir a abrir la puerta.
Trató de arreglarse el vestido y el peinado para estar más presentable, dejando que el calor escapara de su cuerpo.

Le hubiera gustado continuar con la acción que comenzaba a subir de tono, pero aguantó las ganas.

—¡Sully! –exclamó corriendo al viejo hombre para abrazarle. —¡Es estupendo volver a verte!

—Hey, chica. –sonrió él. —¿No habré interrumpido algo, cierto?

Miró entre Sam y [__] suspicaz, pero ella rió sacudiendo la cabeza y apoyando una mano en el hombro de Sam.

—Qué va. Sólo estabamos hablando de un par de cosas. –comentó y cambió de tema rápidamente. —¿Ya has encontrado alguna mujer portuguesa que te cautivara?

—No te diré que no. –rió, ella sonrió. —Veo que has llegado antes de lo esperado.

—Así es, tenía ganas de veros. –sonrió mirando entre los dos. —Ha sido una semana larga pero estoy lista.

—¿Entonces está todo por sentado que trabajarás con nosotros? –[__] asintió con confianza. —Estupendo, ¿por qué no vamos a tomar algo y hablamos?

—Sí, sobre eso... Necesito asentarme en mi habitación. –sacó su llave y la sacudió en el aire. —Y deshacer las maletas, puede que me lleve un rato.

[__] echó una rápida mirada a Sam, pero volvió a mirar a Sully quien asentía.

—Bien, si alguien me necesita, estaré cuatro puertas más abajo.

Con un rápido guiño, cogió sus maletas y salió para ir hacia su habitación, dejando a Sam embobado mirando por donde había salido la mujer que tanto necesitaba.

Sully negó con la cabeza y pateó el hombro del Drake haciendo que reaccionara.

—¿A qué esperas chico? Ve tras ella.

—Eres un puto genio Victor, menos mal que has pillado la indirecta.

—Seré viejo pero se os nota la mirada.

Truthseeker » Sam Drake x lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora