"Y si esto es amor, por favor no me hieras.
Me estoy rindiendo, así que solo atrápame".
Catch me, Demi LovatoPara cuando llegué a casa y cargué el móvil, mis nervios ya se habían reducido. La sensación intensa de vergüenza se presentó, me ardían las mejillas y mis manos sudaban como nunca.
Unos minutos después, al fin mi celular tuvo la batería suficiente para prender, tenía quince llamadas perdidas de Nico y tres de Cris. Iba a llamar a Nicolás cuando el aparato empezó a vibrar impacientemente.
—Aló —respondí en un susurro.
—Aló, ¿Diana? ¿Estás bien? —preguntó el chico al otro lado de la línea, por el tono de su voz, se notaba seriamente preocupado. Además, podía oír su respiración agitada.
—Sí, Nico, perdón. Me puse nerviosa, lo siento mucho —contesté, los dedos me temblaban y la humedad en mis palmas hacían que el móvil resbalase.
—Lo importante es que estés bien, corrí tras de ti, pero te perdí —me dijo, levantando la voz con pesar.
¡Perdón Nico!
—Oh... me perdí, jajaja. No sabía cómo volver y se murió mi celular —comenté, tratando de calmar mi temblorosa voz; cuando estoy un poco alterada suelo reírme sin razón aparente y ese era el caso, las carcajadas salían sin control de mis cuerdas vocales.
— ¡Rayos! Me preocupé, Cristina me dijo que estarías bien. Nos separamos para buscarte —me dirigí a mi cama y me senté al borde de la misma, mientras colocaba una mano en mi pecho para tratar de calmar mis acelerados latidos.
—Oh... ¿Cris está por ahí?" —cuestioné como quien no quiere la cosa.
—No... la perdí de vista y no tengo su número, supongo que irá a casa —indicó con calma, su voz ya se escuchaba más pacífica y sus respiraciones retomaban un ritmo regular.
—Seguro, la llamaré, gracias —repuse, en realidad no tenía ni idea sobre qué más decirle para mantener la conversación y parecía que él tampoco iba a sacar a flote lo ocurrido hace algunas horas.
—Escucha Diana, no necesito una respuesta ahora, tenemos todo el tiempo del mundo... —¡ahí estaba, lo recordaba! La sangre se me acumuló en las mejillas, mordí mi labio inferior para calmar mis nervios.
—Nicolás... yo... —atiné a decir en un murmuro, me callé, no tenía ninguna respuesta y no quería ilusionarlo.
Nicolás valía mucho la pena como para que yo le hiciera algo así.
—Te quiero, recuérdalo —me dijo, con la voz más dulce que había oído salir de sus labios.
¿Te quiero? ¿Dijo que me quiere? Sonreí como estúpida.
¿Qué me estaba pasando?
25 de marzo del 2013
Algunos días después, me encontraba más desanimada que nunca. Ya llevaba una semana asistiendo a clases y aún no tenía ninguna amiga o amigo. Como siempre, me costaba hablar con extraños, y peor aún; ¡en la universidad todo es en grupos! Ya se imaginarán, era la que sobraba y terminaba en el grupo al que le faltaba algún integrante. Como cuando en la escuela eres la última en ser elegida para formar el equipo.
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Punto y coma
Teen Fiction¿Qué pasa cuando un engaño distorsiona la realidad? Diana tiene solo dieciséis años cuando se ve contra un amor enfermizo en donde será víctima de la traición, la violencia, el dolor, las mentiras compulsivas y un intento de suicidio. Verá derrumbar...