Capítulo 9 - El regalo de un amigo

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"Cuando no sepas qué camino escogerY no haya señales que te conduzcan a tu hogarTú no estás solo"

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"Cuando no sepas qué camino escoger
Y no haya señales que te conduzcan a tu hogar
Tú no estás solo".
The gift of a friend, Demi Lovato

Hay un día en especial, (quizás le esté tomando más importancia de lo necesario), un día que no debió pasar. O puede ser que sí. Nunca lo sabré y de todas formas no puedo regresar en el tiempo.

A veces me duermo, rogando al universo poder retroceder en el tiempo, poder enmendar errores y evitar tragedias. Hasta ahora no ha funcionado, espero que un día sí que lo haga.

Sigamos entonces, procedo a hablar del día. 2 de diciembre. Si lees esto un 2 de noviembre, ¡felicidades! Un día como hoy Diana López perdió su "felicidad"; cometió el peor error de su vida y como consecuencia perdió a las tres personas que significaban todo para ella.

Broma personal, si han visto los padrinos mágicos creo que entenderán. Un consejo, no mezcles a tus amistades con el amor. Recuerda que hay cosas que jamás volverán a ser como antes

Quiero hablarles de Cristina. Mi adorada Cristina. La amistad es lo más hermoso que puede existir en la vida, definitivamente, la amistad es sincera, libre, incondicional, acepta y no juzga, ama sin pedir nada a cambio, escucha en silencio y apoya sin restricciones. Una melodía perfecta. Cristina era la hermana que quería, pero que a la vez nunca tuve. Tengo una hermana, pero ella vive en su mundo y yo en el mío.

Conocí a Cristina el segundo día de clases, el primero conocí a Katy. Cristina era pequeña, aproximadamente de un metro cincuenta de altura, parecía un pequeño duendecillo con una cabellera larga y ondeada, sus facciones eran pequeñas y estaba bastante delgada.

Las amaba a ambas, pero Cris era más como yo. Mismos gustos, mismas aficiones. Ella tenía mucho tiempo libre y solíamos pasarnos las tardes en mi casa, mamá nos daba de almorzar y luego veíamos películas o chismeábamos sobre mi amor no correspondido.

Ya saben, era de la clase de amiga a la que recurres para cualquier cosa, desde una discusión con tus padres hasta mandarle todo el chat con tu crush para que te aconseje qué contestarle. Ese tipo de amistad real, sin frivolidades, sin superficialidades. Esa persona capaz de contestarte un mensaje a las tres de la mañana, aquella en la que confías con tu vida. Eso era ella. Sí. Era.

Tengo muchos recuerdos de nosotras, por un tiempo nos hicimos adictas a las maquinitas de baile de los salones de juegos. Pasábamos horas ahí, practicando y riéndonos de nosotras mismas. Además, cerca de donde vivía en aquella época, había un parque con algunos árboles de moras. Trepábamos los dichosos árboles y juntábamos todas las moritas para aplastarlas y hacer tinta con la que dibujábamos en los árboles. Un raro pasatiempo, aunque divertido para ambas. Podría así enumerar la infinidad de anécdotas que compartimos juntas, no obstante, no lo haré.

Cristina me puso cara de pocos amigos cuando se enteró de que estaba saliendo con el famosísimo Rodrigo, famoso para ella, ya que le hablaba de él todo el santo día. Ella en modo de apoyo lo había estado "investigando" (ahora dirían "stalkeando"), había visto todo lo que podría encontrar en su Facebook y eso le había generado mucha más desconfianza que el hecho de que era prácticamente un desconocido para mí.

Punto y comaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora