Caminas como si dirigieras el mundo
Hablando más de la cuenta,
y ahora hablando de mí
Piensan que eres la chica perfecta".
Back around, Demi Lovato
Había leído ya sobre la existencia de los hikikomoris, un término que usaban los japoneses para clasificar a las personas que preferían estar en casa que sociabilizar. Yo estuve al borde de volverme una, la secundaria era incomprensible, o más bien yo era incomprendida ahí. No encajaba. Nunca he encajado.
Y no por tratar de ser presuntuosa, sino que simplemente siempre he sentido que no pertenezco a ningún grupo en específico, ni en el colegio, ni en el instituto, ni en la universidad. No pertenezco, solo me pertenezco, a mí misma, a mis decisiones y a donde yo decido sentirme cómoda en cierto momento.
Algo que tardé años en entender, y que un día de mi penúltimo año escolar no era capaz de procesar, recuerdo llegar a casa tras sufrir otra de mis humillaciones públicas de rutina y renegar con mamá sobre lo patética que me sentía en una escuela rodeada por personas con sueños y aspiraciones mientras yo estaba más vacía que una matryoshka.
Sí, exactamente era como una de esas muñecas, con una versión más diminuta de mí misma a medida que tratabas de ahondar en mí.
Una chica de dieciséis años confundida, cansada, frustrada y que sentía que únicamente vivía para estudiar y cumplir los sueños de su padre, de aquel hombre que de alguna forma trataba de vivir a través de mí. Y que no se merecía ni un ápice de consideración, de respeto o de siquiera empatía para tratar de entenderle.
Era por esto por lo que mi vida se había vuelto en una rutina que consistía en colegio, casa, casa, colegio; diariamente, sin descanso. Una existencia rutinaria, y de la cual no podía esperar mayores cambios, a pesar de estar rodeada de docenas de adolescentes hormonales, la verdad no me llamaba la atención nada de lo que hacían.
Es así como empecé a ver anime, primero motivada porque desde niña había visto algunos animes, y segundo porque había escuchado que Camila era "otaku". A lo mejor eso la hacía especial, o al menos especial para Daniel.
Si debo rescatar algo de esa etapa, y sobre todo de una persona como Camila, es que gracias a ella descubrí un mundo 2D lleno de magia, tragedia, fantasía, romance y terror. Incluso yo había llegado a tener la idea de que el anime era 90% peleas y 10% diálogo, para finalmente darme cuenta de que la animación japonesa es todo un arte.
He aprendido muchos más valores viendo anime que cualquier que me hayan tratado de meter a la fuerza en la escuela.
Y no es que el camino de ser una otaku hubiese estado rodeado de flores, había sido jodidamente difícil, no faltaba el grupo de machitos de la escuela que se burlaran de mí llamándome "asquerosa otaku" por usar alguna camiseta referente a mi anime favorito del momento.
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Punto y coma
Novela Juvenil¿Qué pasa cuando un engaño distorsiona la realidad? Diana tiene solo dieciséis años cuando se ve contra un amor enfermizo en donde será víctima de la traición, la violencia, el dolor, las mentiras compulsivas y un intento de suicidio. Verá derrumbar...