My King B. 👑 |Justin Bieber, +16|

Capítulo 11

Punto de vista: Rose.

Mi mirada encontró la suya y vi sus ojos unos segundos.

― ¡Boo!―Se carcajeó.

― ¿Es que acaso estás loco?―Dije en un grito― ¿Quieres matarme de un puto infarto?

Me bajé de él con una mueca. Estaba a segundos de echar a llorar sin más. ¡Es un idiota!

― ¡Hubieses visto tu cara, valía oro!―Siguió riéndose de mí.

― ¡Déjame en paz!―Hice un puchero cruzando mis brazos.

Bieber se rió y se acercó a mí lamiéndose sus labios lentamente. Hice un mohín. ―Nunca ―Dio un pequeño beso en mi mejilla.

Caminó hasta su moto dándome la espalda y pensé en dirigirme de vuelta a la entrada de mi hogar, acostarme de nuevo en mi suave cama, y soñar con ositos, pero ya estaba aquí. Y no sabría cómo subir de regreso.

Además, lo prohibido siempre es tentador, ¿No?

Fui hasta la moto de Bieber y subí tras su espalda. Apreté su cintura y voltee a la entrada, diciendo ‘adiós’ con la mano. Al instante sentí como arrancaba el motor, y nos alejamos velozmente.

Mi cara cambió de enojo a alivio en una fracción de segundo, no quería bajarme de esa moto por alguna razón, de la que no estaba muy segura. Justin observaba atentamente la carretera con el ceño fruncido y me incliné un poco, buscando mejor ángulo de su rostro. Era hermoso.

Encontró mi mirada en una ojeada rápida y me sonrojé. Planté un beso en su mejilla por impulso y él sonrió, regresando su vista al camino nuevamente. Pegué mi cara a su dura espalda. Jodido frío.

― ¿Estás enojada conmigo?―Preguntó por encima del ruidoso silencio que nos acompañaba.

―Noup ―Respondí.

No veía razones para estarlo. Solo quería sacarle los ojos y cortarlo en pedacitos, pero nada más.

― ¿En serio no me tienes miedo?―Volvió a preguntar, volteando a verme.

― ¿Parezco tener miedo de algo?―Dije con un dejo de picardía.

―No te haré daño si es lo que te preocupa. ―Habló. ¿Qué? Yo no estaba preocupada― Siempre y cuando seas buena con papi.

Mierda, creo que ahora si estoy preocupada.

― ¿A dónde que me llevas?―Pregunté en un estúpido intento de cambiar el tema. Y, en verdad quería saber.

Hubo un silencio muy incómodo, para mí al menos, hasta que volvió a hablar.

―Quiero tenerte borracha, comiéndonos a besos. No es tanto.

Abrí los ojos en estupefacción. Ay mi Dios. Solté a Justin por un momento y saqué mi teléfono con cuidado, vi la hora. Eran tres con quince, con eso faltando dos horas y poco más para el amanecer, para un nuevo día. Un puto día de colegio.

―Justin mañana tenemos instituto ―Mordí mi labio.

― ¿Me ves preocupado por esa mierda? No me importa faltar ―Dijo encogiéndose de hombros.

―Pues a mí sí. Llévame a mi casa. ¡Ya mismo! ―Exigí. Era increíble.

―Yo voy a mi casa ―¿Qué? ¿Piensa llevarme con él?

― ¿Quién carajos te crees tú para…?

―Lenguaje. ―Gruñó― Te lo acabo de decir, pequeña. ―Su tono obvio era detestable― Dije; "Te estoy secuestrando". ―Hizo una mala imitación de su propia voz. Cosa que no causó gracia― Así que vendrás conmigo. Punto.