Punto de vista: Rose.
Que bonito. ¿Como se supone que debo saber donde diablos queda la jodida oficina del director, si soy nueva? Pff.
Detuve mi camino y vi a un señor mayor trapear los pisos. Le pregunté rápidamente una dirección, y él amable me dijo como llegar. Sonreí por su gesto y salí corriendo. Tampoco quería que me expulsaran.
Estuve frente a la puerta que citaba "Director Grey" y la puta rubia, que sería su secretaria, me miró con desdén. Era obvio que se había enterado de mi broma a Grey y batallaba con su pequeño cerebro si yo podría acabar su hábito de coger con el director. Maldita golfa.
Rodé los ojos y entré por la puerta sin siquiera tocar.
En la oficina del Director.
― ¡Llegué!―Dije cerrando la puerta tras de mí.
Grey reposaba sobre su escritorio personal con una taza de café entre las manos y había papeles regados por doquier sobre la superficie, parecía frustrado. De inmediato puso su atención en mí.
―Sí, veo que lo hiciste ―Dijo parándose.
― ¿Si va a darme?―Dije bebiendo tranquilamente de una botella de agua que había por allí.
Un buen faje no estaría nada mal.―Soy casado.
― ¿¡Que mierda!? ―Dije -grité-, escupiendo toda el agua que traía en la boca por la habitación.
¿Pero qué carajos? ¿Cómo que casado? Mierda, necesito sentarme. El muy hijo de perra solo comenzó a reírse escándalosamente.―Solo bromeo ―Maldito bastardo.
―Sus chistes no me dan gracia ―Solté seria.
―Ni a mí los tuyos. No me gustó esa maldita broma frente a los demás estudiantes ―Dijo con una seriedad repentina. Que bipolar.
― ¿Y eso a mí qué? Lo hecho, hecho esta. No me joda.
Me levanté, no quería sus sermones. Caminé de regreso a la puerta.
Él me alcanzó y agarró mi brazo, halandóme a su pecho. ¿Qué tienen los hombres de aquí con eso? Joder.
―No quieras dartelas de cerebrito, tú no sabes quién soy ―Amenazó.
―Tiene razón, no lo sé, y no me interesa una grandísima mierda averiguarlo ―Me solté de su agarre.
|―¿Qué con eso? ¡Que se joda!|
―No querrás hacerlo por las malas.
―Aja ―Rodé los ojos y salí por la puerta.
Nadie más y nada menos que Justin Bieber estaba sentado en una de las sillas que habían fuera, mirando al suelo, a la nada, con una sonrisa entre los labios. Lo miré y alcé una ceja.
―Bonito espectáculo ―Dijo levantándose de su silla sonriente. Rodé los ojos.
―Como sea. ―Dije empezando a caminar. Me tomó del brazo― ¿Qué diablos quieres?
Cualquiera diría que no le tenía miedo, que ni siquiera me importaba, pero solo quería que me soltara e irme de ahí, no me gustaba estar con él, me ponía tensa estar a su lado.
―Te crees muy lista, ¿No? ―Sonrió maliciosamente.
―No te tengo miedo, Bieber. ―Sonrió aún más al escuchar su apellido, al tanto de que sabía quién era― No intentes jugar conmigo, o te enseñaré como se juega.
―Que malota. ―Rió burlón― Pensé que serías la típica chica tímida y torpe como las películas y novelas, ¿Que pasó con eso?
―Esa mierda no pasa. Al menos no conmigo ―Me crucé de brazos, ya me había soltado.
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My King B. 👑 |Justin Bieber, +16|
FanfictionÉl tomó a una niña, no tan inocente, de sentimientos puros y cara de ángel. La enamoró, y se fue. Así de trágico. ¿Qué tanto estás dispuesto a perder por amor? ―Moriría por ella. ―Mataría por él. Lo prohibido es adictivo, todos lo saben. * Credi...