Capítulo 16

220 15 10
                                    

Punto de vista: Rose.

Entré a la casa y Liz no estaba. QUE NOVEDAD –Sarcasmo-.

Subí directamente a mi habitación y me saqué los zapatos, tumbándome finalmente en mi cama. ¡Te extrañé!

Alcancé el mando y prendí la telebasura. Cambié, cambié y cambié los canales, nada bueno se pasó por delante. Estaba lleno de muertes y demás. Así que, me puse a analizar todo lo que había pasado hoy, ¿Qué coño se supone que hago con mi vida? Maldición.

Me quedé pensando en Bieber. Al tipo se la va la cabeza, tiene que estar loco. Además de ser bipolar. Y hermoso... ¡Aff!

El resto de la jornada pasó igual de aburrida que siempre. Justin no me dijo a qué hora vendría ni a donde me llevaría. ¡No sé qué ponerme! No iba a quedar como idiota llamándolo para preguntarle, además no tenía su número. Esto es genial.

Me decidí por unos vaqueros negros simples rasgados en las rodillas y un crop-top de Batman, más un suéter. Poco extravagante, no quería llamar la atención.

Eran 5:17 pm, tenía tiempo de sobra para hacer otras cosas antes de si quiera pensar en arreglarme.

|— ¿Cómo acomodar el cuarto?| Sí que sí, estaba hecho un culo.

Limpié y acomodé de aquí allá hasta que estuvo listo. Me di cuenta que se avecinaba la noche y parándome fui a mi clóset, saqué lo había quedado en ponerme y lo dejé tendido en la cama.

Me di un baño perezosamente, relajándome. Salí y me puse la ropa, los zapatos, y un poco de maquillaje, tomando mi iPhone por último. Bajé a la cocina y registré la nevera en busca del jugo de naranja. Me serví un poco, y luego más, y más. Mi favorito.

Sentí un fuerte golpe viniendo de la planta alta, de mi habitación  exactamente y casi corrí a atender, me iba cayendo en el asunto y rodé los ojos. Llegué a la puerta, y abrí.

Ahí estaba Bieber, vistiendo negro azabache. Sobaba su codo, mirándome expectante. Sonreí un poco disculpándome sin haber hecho nada, y Justin soltó un bufido.

—Mueve tu culo, bonita. No tengo todo el día. —Sera noche— Lo que sea.

Bieber se dirigió nuevamente al balcón, y fue agarrándose de la pared hasta dejarse caer en el suelo. Lo seguí de cerca e intenté imitar su acción.

Metí mis dedos en los hoyos de las decoraciones y fui descendiendo lentamente. Las manos de Bieber sujetaron mis caderas, ayudándome a bajar y los nervios me comían viva. Mordí mi labio, ya en el suelo, y asentí en forma de gracias. Él asintió también y caminamos a su moto, subiendo.

Otra vez estaba fugándome de casa, y todo porque era demasiado miedica para decirle “no” a un mafioso asesino. Aunque creo que eso es un poco justificado.

Bieber siguió un rumbo que solo él conocía, y yo intentaba averiguar. Nos alejábamos de los suburbios por una carretera solitaria, de mala muerte, y con la noche sobre nosotros. Todo daba miedo.

Cuando el motor finalmente se detuvo quedamos frente a un lugar abandonado, parecido a un local, que era custodiado por dos enormes y mortales negros.

Justin bajó de la moto y me miró un instante.

—Vendré a buscarte —Asentí, pero mentía. No quería quedarme sola allí.

Bieber caminó al local, y desapareció en el interior.

Me fijé en los enormes hombres y los observé atentamente, examinándolos en la oscuridad, realmente no me caían. ¿Y cómo? Eran feos, por no decir más.

Miré la puerta del lugar y los dos tipos me miraron de arriba a bajo. Saqué valor de donde mierda no lo tenía y me bajé de la moto, acercándome a ellos. Bieber estaba tardándose mucho para mí.

Queriendo entrar, corrí a abrir y los hombres me tomaron de ambos hombros, impidiéndolo. Hijos de...

Les di una mirada de advertencia y solo se rieron. Sin embargo, al segundo sus miradas colapsaron, se vieron entre ellos y me soltaron. Así es, bastardos.

Con una sonrisa falsa me acerqué y abrí la puerta, entrando por ella. Había un pequeño pasillo y caminé por el, cruzando en la oscuridad. Vi una puerta al final, luz salía de la ranura inferior, había gente allí. Lentamente me aproximé, y giré la perilla.

Mis ojos se salieron de sus órbitas. El lugar estaba vacío, omitiendo la mesa en la que estaban unos diez hombres sentados hablando. Todos en el local, con excepción de Bieber, se habían girado al oírme entrar y me miraban como si fuera la última mujer del puto universo. Rodé los ojos. Necesitados de mierda.

Justin estaba sentado frente a un viejo de unos cincuenta años que fumaba un puro con una puta sobre sus piernas. Ella besaba el cuello del anciano mientras veía a Bizzle "provocativamente", y me dio asco.

El hombre repulsivo frente a Bieber me miró y lamiéndose los labios le dijo algo. Justin volteó inmediatamente y me miró también, negando con su cabeza. Apartó su mirada de mí y la fijó en el bastardo de manera vengativa y con odio. ¿Me perdí de algo?

Vi a un hombre de unos venti-tantos años empezar a acercarse por mi derecha y me tensé de inmediato.

—Oh Bizzle, tu nueva puta está para chuparse los dedos. —Puso su mano en mi cintura— ¿Nos la dejarás? Nos divertiremos un rato con ella.

¿Su nueva puta? No me jodan. Yo no era su jodida puta. Le di mi mejor facha de asesina y él soltó una carcajada, acercándome con fuerza a su cuerpo.

Miré a Justin con desespero y él se levantó de su silla sin decir nada. Se acercó a nosotros con paso firme y golpeó con fuerza la cara del cabrón, haciendo que me soltara y dejándolo tirado en el piso.

El hombre tensó su mandíbula desde el suelo, sobándose el área afectada y bajó la mirada, temeroso. Aunque fuera mucho más alto que Justin.

Bieber habló sin dejar de mirarlo.

—Vuelve a tocarla y será la última vez que tendrás esa mano, hijo de puta —Eso consiguió darme escalofríos.

¡Justin estaba defendiéndome! Con un ligero sobresalto sentí su mano apretar mi brazo y rápidamente me puso tras su espalda.

—Nos veremos, Gordo —Se despidió del anciano con una rápida mirada y salimos de aquel feo lugar.

Estando fuera me soltó con fuerza, haciéndome perder el equilibrio. Mi mirada voló a él, pidiéndole una explicación.

— ¿¡Acaso te he permitido entrar!?—Me gritó, y me intimidé.

— ¡Tampoco me has dicho que me quedara fuera!—Solté sin pensar.

Me miró de manera terrorífica y bajé la cabeza. Con un gruñido vino a mí y me cargó como saco de patatas, solté un grito fatal y me tapé la boca con vergüenza, caminó y me montó en la moto sin cuidado alguno.

Se montó también y susurró en mi oído; — ¿Sabes algo, bonita? —Dijo burlón— Ahora tu castigo será mucho peor.

La inquietud me recorrió. Ay Diosito, en que mierda me habré metido ahora.

* * *

¿Y ahora qué? ._. ¡Voten y comenten! <3

My King B. 👑 |Justin Bieber, +16|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora