Capítulo 14

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Ya es Domingo y me encuentro en la iglesia junto a Zean y mi madre. El coro canta con sus voces angelicales.

-Ese chico te mira.-

-¿Quién?- observé a mi lado y había un chico rubio de ojos azules.-

-El pollito.- comencé a reír por lo bajo con Zean y mi madre nos pellizcó a ambos.

-Comportense.-

-Fue Zean.- me crucé de brazos.

-no te justifiques y haz silencio.- Rodé los ojos y seguí escuchando las palabras del pastor. Al culminar el culto fui hasta el altar y me arrodillé. Comencé a conversar con Dios. Sintiendome llena de su amor.

-Zaphira nos vamos.- dijo Zean.

- Aún no termino.- confiada en su amor y misericordia salí de la iglesia.

-¿Y bien a dónde vamos a comer? Estoy hambriento - dijo Zean.

-Zean vos me ves cara a mi de millonaria. De seguro Amanda ya preparo una rica cena.-

-oh vamos Mamá. Podemos comprar pizza.

-Pizza.- dije alegre.

-Zaphira no puede comer comida chatarra.

-No es chatarra - protesté.

-Exacto no es chatarra.- mi madre nos miró a ambos y finalmente dijo:

-Esta bien comeremos pizza.- aplaudi y corrí para obtener el asiento delantero.

-Zaphira.- se quejó Zean al abrir la puerta del copiloto y encontrarme allí.

-Lamento las circunstancias, pero este asiento me pertenece.- cerré la puerta y Zean se montó en el asiento trasero.

-Te aseguro que cuando salgamos del restaurante te robaré el asiento.

-Sueña.-

-Ah eso ya lo veremos.-subí la radio y comenzamos a cantar los tres animadamente. Mi madre pidió la pizza y disfruté de su rico sabor. Extrañaba aquellos momentos en familia. Pero tenía un último deseo y era cenar los cuatro juntos. Mamá, Papá, Zean y yo. Juntos una vez más.

- Hablé con papá.-dije al salir del restaurante.

-Mm eso me alegra hija es un gran paso.

- Quiero verle. Dijo que me visitaría. -mi madre sonrió. Sus ojos brillaban y podría intuir que aún quería a mi padre.

-Lo hará.- asentí Zean corrió de golpe y antes de poder reaccionar estaba montado en el asiento del copiloto.

-Tramposo.- dije.

-No puedo creer que aún peleen por un simple asiento.

- Es “el” asiento mamá. - rodó los ojos y subió al asiento del conductor.

-¿Ahora a quién le toca soñar?- le mostré la lengua a Zean.

-Púdrete.-

-Chicos están lo suficientemente grandes como para andar discutiendo por esto.

-Mamá no es enserio. Es una costumbre que tenemos de pequeños.

-Es una mala costumbre.- Zean rodó los ojos y volteó a verme.

-Esta loca.- susurró.

-Zean te escuché y respeta.-mi madre golpeó la cabeza de Zean de un fuerte manotazo. Yo por mi lado intentaba reprimir la risa.

-Auch.- dijo Zean. Llegamos a la casa y fui directo a mi habitación. Encendí mi laptop y vi una película. Zean entró a la habitación y quitó los auriculares de mala manera.

El secreto de Zaphira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora