Capítulo 15

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El fin de semana pasó de prisa y Alex me exhortó que le hiciera un sensillo regalo a Zaphira. Compré una rosa blanca y la dejé en su casillero. Llamé esa misma mañana a Jazmín y le pregunté cuál era la flor favorita de Zaphira. Estaba consciente de que ella habia pedido distancia, pero no podía. Había encontrado algo en Zaphira que las demás no tenían y no la dejaría ir tan fácil. La tengo frente a mí. Queriendo decir muchas cosas, pero no puede. Y yo necesito saber ese secreto.

-Zaphira confía en mí...- sus ojos se humedecieron y dijo:

-Yo.. estoy...-

-¿Estás?-

-Estoy...no puedo.- salió corriendo y me quedé allí sin comprender lo que sucedía.

-Y así fue como la dulce y preciosa Cenicienta dejó tirado al pobre príncipe.- hablo Alex.

-Cállate Alex.- pasé por su lado molesto y entré al aula. Zaphira entró minutos después y ni siquiera me miró. Apreté la mandíbula y la ignoré. Enserio estaba molesto. Era evidente que nunca revelaría su secreto.

-¿Qué pasó?- le preguntó Jazmín.

-Hablamos luego.- respondió Zaphira.

-No funcionó.- dijo Alex.

-No, no funcionó y estoy cabreado. - me puse de pie y salí del aula. Sabía que aquello conllevaría consecuencias, pero enserio estaba enojado. Caminé por el pasillo y me encontré a Sofía. La misma que hacían días estaba siguiendome.

-¿Qué haces afuera lindo?

-No sabes lo alegre que estoy porque te hayas cambiado de grupo.- salí afuera y unas manos rodearon mi brazo.

-Dereck espera.-

-Basta Zaphira enserio estoy pidiéndote que seas sincera que confíes en mí, pero no lo harás. Es lógico que no sientes lo mismo que yo. - salí completamente y comencé a mojarme a causa de la lluvia.

-No Dereck es que no sabes lo difícil que es esto para mí.

-Entonces explicalo.- estaba mojandome, pero no me importó. Necesitaba escucharla. Su cabello se humedecio de inmediato. Las gotas caian fuertemente sobre su rostro. Joder como podia estar enojado si aun en aquellas circunstancias se veia sexy. 

-Dios.- pasó las manos por su cabello frustrada y comencé a caminar. - 
Estoy enferma eso pasa. Voy a morir tarde o temprano y no quiero que sufras por mi culpa. - me quedé en shock sin creer lo que escuchaba. Su voz estaba más cerca. Volteé a verla y estaba empapanda. Sus ojos estaban rojos, estaba llorando. Mis musculos se tensaron y se me oprimio el pecho. Senti como se me formaba un nudo en la garganta.

-¿Qué?- fue lo único que logré gesticular.

-Tuve cancer a los quince y ha vuelto. Por eso tengo la cicatriz y yo no quiero que nadie sufra por mi.- mi garganta duele demsiado. Siento que todo el peso se me viene encima. No puede ser que cuando me interesa realmente una chica esto este sucediendo. Encima le haya hecho daño. 

-Eso es mentira Zaphira.- mi corazón latía con más fuerza a cada palabra que salía de su boca y sentía el mundo detenerse. Me negué rotundamente. 

-No.- sus ojos estaban rojizos y sus lágrimas se mezclaban con el agua.- Quiero que te alejes por ese motivo.-me acerqué al borde de la desesperación:

-No me importa Zaphira quiero estar cerca tuyo.

-No lo entiendes no quiero pasar por lo mismo otra vez. -Se ahogó en el llanto. Un nudo creció en mi garganta. 

-No.- dije a punto de romper a llorar. Hice a un lado los mechones adheridos en su rostro.- No Zaphira no puede ser verdad. Tú estás bien. Eso es imposible- eleve la voz .Negó con la cabeza. El frio empezo a calar mi piel, pero ni siquiera eso importó.

-Lo siento.- le miré a los ojos y llenó de dolor corté la distancia entre ambos. Besé sus labios mientras el agua caía y mi corazón latía cada vez con más fuerza. Introduje mi lengua y de inmediato se encontró con la suya. Rodeó mi cuello con sus manos profundizando el beso. Sentí como el calor ascendia en medio de aquella tormenta. ROmpí el beso y sostuve su rostro en mis manos:

-Escucha no me importa que quieras alejarme quiero estar contigo.

-No lo hagas.-

-Es tarde.- dije:

-Salgamos de aquí.- asintió y subió conmigo al auto. Mi mirada estaba en la calle, pero mi cabeza estaba en otro lugar. Aún no asimilaba lo que Zaphira había confesado. No podía ni quería perderla. Observé su rostro y me pregunté qué pasaría si un día ya no vuelvo a verla.  Aparqué el auto en mi casa y entramos. Max bajó las escaleras y llegó hasta Zaphira.

-Max.- lo agarró en sus brazos y el perro lamió sus manos.

-Vamos arriba.- asintió y llevó consigo a Max. Lo dejó en el suelo cuando estuvimos en mi habitación y dije:

- Cambiaré mi ropa. Te prestaré una de mis camisetas mientras se seca la tuya. -asintió y me adentré en el baño. Rodeé el lavabo con mis manos  y respiré profundo. Aquello era más de lo que esperaba. Mis ojos se humedecieron y ignoré el hecho de querer llorar. Quité mi ropa y me cambié. Busqué una camiseta de botones para Zaphira y al salir jugaba con Max. Me recosté del marco de la puerta del baño. Sonreía y yo estaba perdido en su belleza. Vió que estaba allí y se acercó.

-¿Hace cuánto que estás ahí?-

-Lo suficiente para poder disfrutar de tu belleza.

-Si claro. -

-¿Dudas que eres hermosa?-se encogió de hombros.

-Pues déjame aclararte que lo eres y aquí tienes.- le tendí la camiseta. ME quede unos segundos mirandola. Aun tenia esperanzas de que se cambiara delante mio. Me golpee mentalmente por eso. Zaphira no es esa clase de chicas. 

-Gracias.- entró al baño y me senté en la cama. Max subió y comenzó a morder mis pantalones.

-Max deja eso.- ladró y volvió a repetir la acción. La puerta del baño se abrió y levanté la mirada para encontrar a Zaphira con mi camiseta puesta. Le quedaba encima de las rodillas. Sentí como mi pene se ponia un poco duro al ver como se marcaban los pezones detras de la tela. 

-Enserio Dereck que size eres.- reí y pedí:

-acercate.- dejó su ropa en una esquina y se acercó a paso lento. Extendí mis manos y las coloque en su cintura. No podia apartar la mirada de sus pezones marcados- me gusta cómo te ves.- comenzó a reír.

- Es que tú enserio eres un enfermo.- sonreí y miré sus piernas.- No me veas así.- empujó mi hombro.

-Esta bien solo dame un beso.- negó con la cabeza y puso un dedo en mis labios.

-Tenemos que hablar.

-Después que me beses.- rodó los ojos y se acercó lentamente sonrió e insistí.

- Aún sigo esperando.

-Espera.- comenzó a reír. Cerré los ojos y después sentí sus labios sobre los míos. Antes de que se apartara la acerqué más a mi cuerpo. Sonreí mientras la besaba. 

-¿Qué hice ahora?- Preguntó alejandoce un poco. Me quede viendo sus labios quería más. Sus besos generaban que mi cuerpo ardiera. 

-¿Alguna vez tuviste novio?- negó con la cabeza. -¿Besaste algún chico antes?- asintió. Escondí mi cabeza en su cuello y confesé:

-Jamas pensé que se tratara de algo como eso.

-Lo descubrieron el día que Sofía me empujó a la alberca.- fue ahí cuando comprendí las palabras de su madre. Por eso Jaz y su mamá estaban muy afectadas. 

-Estarás bien.- su mirada se apagó.

-Tengo miedo. Ya perdí el cabello una vez y no quiero perderlo de nuevo.- una lágrima calló y la limpié con mi pulgar.

-Escucha,  estarás bien y con o sin cabello te aceptaré.- dije sin saber cuan grave diagnostico de su cancer. Pero no necesitaba saberlo, la palabra cancer hace que sientas miedo. Te hace pensar en lo peor y yo no queria perderla. Ella me importaba y eso habia sucedido antes. La protegeria de todos lo que quisieran dañarla. Me encagare de que no pase por este proceso sola y que sea más llevadero. 

El secreto de Zaphira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora