-¿Que camiseta uso mamá?- le pregunté a mi madre.
-Dereck has sacado más de veinte camisetas y no eliges ninguna. Por el amor de Dios estás peor que una chica.-
-Entonces ayudame.- mi madre me empujó y buscó en el clóset una camiseta.
-Esta.- negué con la cabeza y mi madre rodó los ojos.
-¿Esta?- le dirigí un gesto de desprecio.
-Es color violeta mamá. -
-Entonces usa una azul.- tiró de mala manera una camiseta nueva con el precio aún puesto. La escudriñe y elegí aquella.
-Listo me voy.- besé la mejilla de mi madre.
Mientras conducía cantaba una canción. Llegué a la casa de Zaphira y esperé a que saliera. Sonreí al verla con un jeans azul claro ajustado y una camiseta a la altura de su ombligo. Llevaba un maquillaje sencillo y su cabello suelto.
-Recuerda que tienes hasta las doce. Ni un minuto más ni uno menos o Dereck las pagará.- gritó su padre y por un instante sentí vergüenza.
-Llegare mañana.- bromeó Zaphira y sus papá rió a carcajadas.
-Cuidate.- dijo antes de cerrar la puerta.
-Hola estás muy guapo.-
-Y tú demasiado sexy.- dejé un beso en su frente.
-Sube.- abrí la puerta y ella ingreso al auto.
-Gracias.- Subió la radio y cantó una canción junto a mi. Una hora después llegamos a nuestro destino.
-Esto es mentira.- Zaphira bajó del auto como loca. A su alrededor habían montañas rusas y una gran bolera.
-Bowling.- aplaudio.-
-Señoras y señores acaba de comenzar la función.- entramos a la bolera y jugamos.
-Eres un tramposo.- sentenció Zaphira. Tiró la bola y derribó todos los bolos.
-¡Ja! Toma eso.- me sacó la lengua. Era la primera de las cincuenta veces de intento que los derriba todos.
-Eres una tram...- dejé el balón a un lado y la corrí hasta llegar al mostrador. Entregamos los zapatos y salimos afuera.
-Quiero subir a una.- señaló la feria de montañas rusas.
- Vamos a subir a una.- Zaphira eligió la montaña rusa tragué fuerte al ver lo enorme que era.
-voy a morir ahí arriba.-
- Disfruta de la adrenalina.- después que pagamos las taquillas subimos a la machina. En el momento que arrancó la máquina Zaphira comenzó a gritar. Cerré los ojos al sentir que mi corazón saldría por la boca.
-¡Voy a morir!- grité. Zaphira reía y disfrutaba mientras que yo hice veinte plegarias.
ZAPHIRA
No puedo pedir un novio mejor. Dereck sin duda conocía mis debilidades y una de ellas eran las montañas rusas. Bajé riendo y Dereck estaba mareado.
-Voy a vomitar.- y lo dijo enserio se bajó a mitad de camino. Froté su espalda y comenzó a reír.
-Ahora el que vomita soy yo.-
-Entonces somos la pareja perfecta.- bromee.-¿Te sientes mejor?-
-Si, pero estaría mejor si vamos a otra parte.-
-Tu lo has dicho. Mira dónde estamos a mitad de camino.- sonrió.
-Largemonos de aquí.- subimos al auto y Dereck condujo en silencio.
-¿Sabías algo?-
-¿Qué?
-Siempre he deseado conducir este auto.- Dereck aparcó el auto y bajo de este. Abrió la puerta del copiloto y dijo:
-Todo tuyo.- bajé del auto más rápido que ligero y ocupé su lugar. Amaba su auto. Era un Mustang muy lindo.
- Eres la primera persona además de mi que condujo este auto.- declaró Dereck cuando llegamos a un hermoso lugar. Había gran altura y podíamos ver la ciudad. Era un lugar solitario y lo único que se lograba escuchar era la melodía del aire fresco.
- Debo sentirme alagada. - Dereck rió.
-Quizá si.- respondió ambiguo. Le miré a los ojos hasta que apareció una sonrisa en ambos. Al parecer pensamos lo mismo porque nos acercamos al mismo momento y nos besamos. Subimos a la parte trasera del auto y rodeé las caderas de Dereck con mis piernas.
-Creo que pensamos lo mismo.- dijo. Acaricié sus labios y luego roce mis labios con los suyos mientras le miraba a los ojos. Mordí su labio inferior con lentitud y sonrió.
-Todo tuyo.- sonreí y le quité su camiseta. Besó mi cuello y sonreí ante la sensación de deseo. Quitó despacio mi camiseta y luego mi sostén. Sus dedos acariciaron mi espalda y mi piel se erizó. El móvil comenzó a sonar y Dereck gruñó.
-¿A quién se le ocurre llamar justo ahora?- contestó y le miré a los ojos.
-Alex estas ebrio y no tienes ni idea de lo que dices. Dereck acarició mis labios y luego bajo la mirada a mi pecho. Levanté su cabeza y le dije:
-La mirada arriba.- hizo veinte muecas y dejó a Alex con la palabra en la boca.
-Alex se está convirtiendo en un arcoholico.-dijo.
-Y tú le haces compañía no creas que no sé.-
-En ocasiones.- Nos vestimos de regreso y observamos juntos el paisaje.
-¿Has visto a Emily?- pregunté.
-La llamé hace dos días por vídeo llamada.-
-Mm. ¿Cómo descubriste este lugar?
-Digamos que en un lugar secreto. Solía venir aquí a pensar.- le miré sin poder creerlo.
- Increíble quién diría que tuvieras un lugar secreto.- reí.
-No es un pecado.-
-No he dicho que lo fuera.- reímos.
(...)
Un día más para soñar, un día más para sonreír y... fruncí el entrecejo al encontrar a Rafa coqueteando con Amanda. Aclaré mi garganta y se alejaron más rápido que ligero.
-Buenos días.- saludé.
-Buenos días. Señorita su desayuno está listo.-
-¿Cuando será la boda?- pregunté mientras cortaba un trozo de tosino.
-Señorita a penas salimos y usted ya quiere que nos casemos.
-Solo espero que sea lo antes posible.
-Eso es a nuestra discreción.-
- Desde luego, pero el tiempo se agota.-
-¿Cuando se casará usted?- me atragante con un trozo de tosino.- Yo a penas tengo diecisiete años.-
-La edad no es un obstáculo.-
-Prefiero esperar.- concluí.
-¿Esperar a qué?- preguntó mi padre.
-Buenos días.- evadi el tema.
-No han respondido mi pregunta.- se cruzó de brazos.
-Nada que prefiero esperar un tiempo como es debido para que Rafa y Amanda se casen. ¿Verdad?- les pregunté.
-Si...por supuesto. Hay un momento preciso para un paso tan importante como lo es el matrimonio.
-Ah ya veo...hija te llevaré al colegio.
-Pero Rafa...
-Vamos.- señaló la puerta.
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El secreto de Zaphira
RomanceZaphira, una chica inexperta en el amor. Cerró las puertas de su corazón tan temprano como a los quince años. Un suceso cambió drasticamente su vida. Ahora que finalmente decide ser feliz un grupo de adolecentes la toma como objeto de burlas.¿Serías...