EN MÉXICO (CAPITULO .207.)

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(CONTADO POR LEÓN)

Eran las siete de la mañana, todos dormían, pero yo ya me había despertado por los nervios, salí de la cama dejando a Violetta en ella y bajé hasta el porche, me apoyé en la barandilla y respiré hondo, México olía diferente o al menos para mí, necesitaba quemar endorfinas así que me puse hacer ejercicio, eso me serviría para relajarme y encima me tonificaría para la entrevista del programa de televisión. Cuando llevaba alrededor de una hora apareció mi abuelo:

· Le dije a tu abuela que te habías levantado, pero ella decía que no.

· Buenos días abuelo, me levanté hace un rato y necesitaba quemar endorfinas.

· Buenos días, ¿nervioso?

· Un poco, pero es normal.

· ¿Normal?

· Si – LE DIJE AGARRANDO LA MANO QUE ME OFRECÍA MI ABUELO PARA LEANTARME DEL SUELO –

· Deberías estar acostumbrado.

· No me acostumbro aún a todo esto.

· Pues ya es hora.

· Abuelo yo me miro al espejo y no me veo diferente a cualquiera, todavía me sorprende que haya personas que me vean de las maneras que me ven.

· Hombre, diferente estás.

· Pues yo me veo igual que cuando venía aquí los veranos y no hacía otra cosa que salir con mis amigos y estar en esa piscina.

· Déjame llevarte la contraria, pero desde ese tiempo hasta ahora has cambiado en todo, en primer lugar, tienes una chica durmiendo en una de las habitaciones de la casa y en segundo lugar dudo que pudieses salir como antes por las calles sin llamar la atención.

· Esa es otra, ir a la playa o salir a dar un simple paseo es algo que se ha vuelto imposible, vamos no es imposible pero no es privado.

· Eso es la fama.

· Ya lo sé, pero ¿Qué hice yo para merecer todo esto?

· Hiciste mucho y te mereces todo.

· Gracias abuelo, vayamos hacer el desayuno.

· ¿Hacer el desayuno?

· Si, ¿la abuela ya se levantó?

· No, tú abuela se suele levantar sobre las nueve o nueve y media.

· Pues entonces tenemos escasamente una hora para hacer el desayuno.

· ¿Tú haces el desayuno normalmente?

· Si, desde que me fui a vivir con Violetta y ahora en Los Ángeles Lucas y yo tenemos que hacérnoslo si queremos desayunar.

· Yo nunca hice el desayuno, la cocina es territorio de tu abuela.

· Pues venga, va a ser tu primer desayuno – LE DIJE A MI ABUELO –

(CONTADO POR VIOLETTA)

· Buenos días Candela – LE DIJE CUANDO ME LA ENCONTRÉ BAJANDO POR LAS ESCALERAS –

· ¡SSSSHHHHH!

La Continuación (Vida Después De Violetta 3) PARTE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora