Nonins (Una noche que debe ser recordada.)

Capítulo 8

Su sangre se sentía caliente y pesada mientras corría por mis manos hasta caer al suelo. Era una sensación grata, siento que esto es justo, antes nos tenían a sus pies nos habían golpeado y humillado, pero ahora sentía que yo también podía hacerle lo mismo a ellos.

Gire todo mi cuerpo hasta quedar de frente a ellos, todos tenían cara de espanto, pero sus rostros cambiaron muy rápido ahora se veían muy molestos, tan molestos que se que no dudarían ni un segundo para matarme, pero yo tampoco lo haría.

Cree un campo de fuerza lo suficientemente grande para ir entrando los uno a uno, ellos intentaban atacarme y yo los iba encerrando lo hice rápido solo faltaban tres: el imbécil que me tenia del cabello, otro con el poder de fuego y uno que parece ser su líder.

- debo admitirlo son muy fuertes - en el transcurso en el que los iba encerrando me iban golpeando hubo un momento en el que casi se liberaban - pero necesitaran algo mas para detenerme.

Corrí hacia el de fuego que no desistía en querer quemarme viva, tome su brazo con el que lanzaba sus ataques, puse mi pie en el espacio entre su hombro y espalda y tire de el con todas mis fuerzas.

Solo logre dislocar le el hombro, esperaba mas, querría mas que un grito ahogado de su parte quería verlo sufrir, sangrar, por lo que empece a patear su cabeza una y otra vez.

-Lisset no lo hagas - el grito de Marianna solo se escucho en el fondo de mi cabeza, y paso muy lejos para yo poder razornar lo.

Lo seguí golpeando hasta que sentí un fuerte golpe en la cabeza, caí de rodillas por un momento casi pierdo el equilibrio que mantiene el campo de fuerza estable, pero me recupere casi al instante.

- eres estupido! - le grite al que había acabado de golpearme, el mismo que me sujetaba del cabello - como te atreves - lo abofetee tan fuerte que empezó a sangran.

Empece a reír al verlo escupir sangre, esta situación era divertida, el quería matarme como todos sus compañeros, pero yo solo quería jugar con ellos y verlos sufrir era la mejor manera.

Me golpeo en una herida que tenia en el estomago, y volvió a tomarme del cabello a ese acto le siguió una patada de su parte a mi espalda y sentí la peor sensación física que habia tenido la desdicha de percibir en toda mi vida.

- detente! - escuche a Marianna gritar

primero fue un simple calambre y la intensidad de este aumento, empece a retorcerme en el suelo mientras gritaba de dolor, cada vez era mas intenso estaba sufriendo no solo por ser electrocutada, si no también porque sentía como si me estuvieran quemando por dentro como si todos mis órganos estuvieran en llamas y mi cuerpo solo fuera un contenedor para evitar que el fuego se libere.

- basta! - volvió a gritar mi amiga

- no lo hagas - susurro Owen - te matare! - intento ponerse de pie y al mismo instante callo.

Solo pensé en que no debía dejar que los que estaban encerrados salieran, estoy segura de que moriré, pero no iré sola. Drene el oxigeno que había dentro del campo de fuerza y entre gritos y fuerte sacudidas de mi parte intente ver como sus caras pedían un aire que fue robado para dejarlos morir asfixiados. Todos y cada uno de los que tenia encarcelados estaban sufriendo su desesperación era tanta que era casi palpable, si no fuera por el fuerte dolor que estoy sintiendo sentiría lastima y pena por ellos, morir asfixiados ha de ser horrible.

No obstante el dolor se detuvo y de la misma manera yo les iba devolviendo el oxígeno.

Con algunas secuelas de espasmos gire mi cabeza en dirección al culpable que acababa de proporcionarme tanto sufrimiento, querría saber porque se había detenido y no había llevado acabo su misión de matarme. Acaso quería hacerme sufrir, quería que no matara a sus compañeros o solo lo hacia por diversión, fue mas grande mi sorpresa, la que callo todas mis preguntas al ver que el no se había detenido por si mismo.