Capítulo II

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El tiempo para Ash en el orfanato terminó y, por la edad que tenía, debía abandonarlo. Cumplió dieciocho años, la mayoría de edad, por lo que tenía que continuar su vida fuera de ese lugar.

En todo ese tiempo que estuvo allí, no tuvo ni siquiera una pequeña oportunidad ni esperanza de que alguna familia lo adoptara. Pero, aunque sentía un cúmulo de tristeza, soledad y abandono, nunca perdió su sonrisa.

Eso quería decir que, a partir de ahora, se tenía que buscar la vida. Agradeció a las cuidadoras por todo el cuidado que le dieron durante su estancia allí, recogió las pocas cosas que tenía, y salió de aquel lugar.

Por primera vez, salía del orfanato. Estando en la puerta, se giró para observarlo por última vez. Era verdad que un lugar así te llega a marcar, porque, aunque no lo trataron mal en ningún momento, sí sientes mucho sentimientos tristes y negativos estar ahí.

Entró en él junto a su hermano, cuándo ambos habían tenido un accidente de tráfico y eran los únicos supervivientes. Pero creció lejos de su hermano, porque cuándo tenían ocho años, fue adoptado y él se quedó. No volvió a saber nada más de Satoshi.

También tenía muy buenos recuerdos, cómo cuándo conoció a Serena. Con ella convivió cuatros años, en los que hicieron de su estancia allí, más feliz. Pero también tuvo que separarse de ella, porque también la adoptaron. Tampoco volvió a saber nada más de Serena.

Suspiró y se colocó su mochila que llevaba colgada sobre un hombro. Ahora que había salido del orfanato, debía ponerse en contacto con Serena. Tenía que averiguar en dónde se encontraba, tenía una promesa que cumplirle. Y también quería volver a ver a su hermano. Es su hermano.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de su amigo de orfanato, compañero de habitación, y mejor amigo.

- Saliste demasiado rápido. Ya sé que estabas deseando salir de aquí, pero podías esperarme - dijo Takeshi pasando un brazo por el cuello del azabache - Y bien, ¿Qué es lo que se supone que hacemos ahora?

Takeshi, para él fue su mejor amigo. Cómo él, cumplió su mayoría de edad y también debía abandonar el orfanato. Para su suerte, los dos juntos decidieron buscarse algo para empezar su nueva vida.

- Pues la verdad que no lo sé. Tenía la esperanza que tú tuvieras algo pensado.

- Pensaba lo mismo que tú - ambos suspiraron - Aunque bueno, lo primero que tenemos que buscar es un trabajo, si no, no podemos encontrar una casa.

- Así es. Podríamos ir a la zona comercial, seguro que allí podremos encontrar algo, ¿no crees?

- Es buena idea. Después de eso, debemos inscribirnos en la preparatoria - Ash asintió.

Los dos, se marcharon hacia la zona comercial de la ciudad, dónde allí, fueron preguntando comercio por comercio si en alguno necesitaban personal para contratar.

Tuvieron suerte, porque en una librería necesitaban personal. Estarían a media jornada, por lo que el salario tampoco iba a ser muy elevado, pero cómo compartirían gastos juntos, les veía muy bien. Habían conseguido lo más difícil, un trabajo. Ahora, tenían que buscar un lugar dónde vivir. Encontraron un apartamento que, aunque era un poco pequeño, al menos se lo rentaron amueblado y también era barato, por lo que cuándo pagaran los gastos tenían un poco de sobra. Por último, fueron a la preparatoria para matricularse. El día, había sido de provecho.

- ¿Aún piensas que podrás encontrarlos? - preguntó Takeshi tumbado en un sofá, al ver cómo Ash miraba dos fotografías. En una salía él junto a su hermano Satoshi y con Takeshi, mientras que en la otra salía junto a Serena.

Doble CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora