Capítulo 7

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Nagisa se encontraba en su habitación, para ser más específicos sentado sobre su cama con una manta cubriendo su cuerpo.

Había pasado mucho desde la última vez que vio a Karma. Se maldecía internamente por no haber podido hacer nada, pudo salvarlo, pero todo fue por ese maldito hombre que lo detuvo.

Karma había dejado de asistir a la escuela, obviamente sabia la razón. Su madre quería alejarlo de él. También intentaba llamarlo o escribirle mensajes, sin recibir respuesta en ellos.

Hace poco fue a su casa, pero a penas toco el timbre esos hombres lo echaron casi a patadas del lugar. ¿Cómo podría ayudarlo con tantos obstáculos?

Y ni hablar de la horrible depresión que empezaba a padecer Nagisa. Se negaba a comer y solo salía de su habitación para eso o ir a la escuela, ya no sonreía. Necesitaba a Karma o al menos se conformaba con saber que se encontraba bien y no como él.

Hiromi lo sabía, sabía toda la situación y hacía lo posible por animar a Nagisa, pero no lo conseguía. Veía mal a su hijo, con un rostro de tristeza y se veía más delgado por la falta de alimento.

Si esto seguía así y se enteraba de que Karma estaba igual que su hijo, hablaría seriamente con Tami.

—Nagi, por favor comé algo o te enfermarás —le pidió la peli-azul sentándose a su lado con un plato de comida en sus manos.

—No quiero mamá, gracias.

—Nagisa, sé que estás mal por todo esto, pero eso no es razón para descuidar tu salud.
—aconsejó dejando el plato sobre la mesa de noche—. ¿Crees qué Karma querría esto para ti? Verte así tan triste y vulnerable, con una mala salud y sin ánimos de nada —Era cierto ,a Karma le dolería verlo así.

—No mamá, sé que Karma no quiere esto para mí —la miró fijamente—, pero no puedo hacer nada sabiendo que él está pasando por algo difícil.

—Tú también lo estás haciendo. Por favor, Nagisa, al menos hazlo por él y también por ti —pidió.

—No mamá, por favor dejame solo. Gracias.

—Nagisa, si sigues así enfermarás —Le repitió—. Y si eso pasa harás que las cosas empeoren, ¿quieres que Karma se preocupe por ti? —De esa manera pensaba convencerlo.

—No, no quiero —bajo su mirada—. Agh, está bien. Dame la comida —ordenó. Ya no le quedaba de otra y su madre tenía razón.

Con una victoriosa sonrisa en su rostro, Hiromi tomó el plato y se lo entregó a Nagisa y este lo recibió.

—Come mas despacio, hijo. Se nota que tienes hambre —rió por lo dicho. Y Nagisa solo acato a su orden. Aunque había que admitirlo realmente tenía hambre.

—Muchas gracias mamá —Le dijo con una sonrisa en su rostro. Casi terminaba su comida.

—De nada, mi niño —plantó un beso maternal y lleno de amor sobre su frente. Desde que aceptó a su hijo como hombre se volvió mucho más cariñosa y comprensiva con el, cosa que Nagisa agradecía demasiado.

•••

—¡Karma! ¡Sal de ahí!  Tenemos que ir con la psicóloga —ordenó una pelirroja entre gritos casi pateando la puerta de la habitación de su hijo. No recibió ninguna respuesta del otro lado. No podía hacer nada seguramente.

—Agh, mierda —murmuró por lo bajo al ver que su hijo nunca saldría de esa maldita habitación.

Karma había estado muy rebelde últimamente con ella. Podría decirse que la odiaba, pero como se mencionó anteriormente a ella no le importaba lo que Karma pensara sobre ella.

Tomó su celular y le marcó a la psicóloga.

—Hola Saori, lo siento, pero no podremos ir a la sesión de hoy. Karma está muy rebelde y los chicos no están para ayudarme a sacarlo —explicó impaciente. Y se refería a sus guardaespaldas.

Tami, ¿estás obligándolo? Y aun peor ¿estas usando la fuerza? —preguntó incrédula.

—Pues sí... —respondió como si fuera lo más normal del mundo.

Tami, estás haciendo todo mal. De esa manera nada va a funcionar. Sabes saltemonos la sesión, mejor dejemosla para mañana —pausó—. Y no vengas, yo iré a tu casa y hablare con Karma ¿está bien?

—De acuerdo —aceptó no muy convencida.

Y no quiero que vuelvas a usar la fuerza con Karma, ni mucho menos obligarlo —regañó cual madre a su hija.

—Sí, entiendo —Saori no estaba segura de que fuera a seguir aquellos consejos, esperaba a que sí.

Bueno tengo que irme. Nos vemos mañana, Tami.

—Adiós —ambas se despidieron y dieron la llamada como terminada.

—¡Olvidalo Karma! ¡Saori vendrá mañana! ¡Y si sigues con esa actitud te castigaré! —Le advirtió.

Mi madre ||KarmaGisa|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora