Capítulo 17

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Un año había pasado luego de la exitosa estabilidad respecto a la salud de Tami. Un año luego de que Nagisa y Hiromi hubieran vuelto a su hogar, Saori se hubiera vuelto una muy buena y confidente amiga tanto de la familia Akabane como de los Shiota.

Solo que Tami no había estado tan tranquila durante esos casi doces meses pasados porque notaba las forzadas sonrisas de Karma y sus apreciados momentos por querer hacerla feliz.

Él aún amaba a Nagisa.

—Karma, hijo —tocó su hombro levemente y él se giró esbozando una pequeña sonrisa—. Quería preguntarte algo...

No había formulado aquella interrogante por cierta inseguridad y sentía que el caso sería personal para Karma. ¿Pero cómo serlo si ella era la mayor influyente en él?

—¿Qué pasa, mamá?

  —¿Aún sientes algo por Nagisa?

El pelirrojo dejó de mirarla para bajar su rostro y solo observar sus pies. Solo esa pregunta lo había puesto así de triste, pero sentía la obligación de confesar la verdad a su progenitora, así que asintió lentamente. Sabía que no sería juzgado como en el pasado por sus sentimientos ya que últimamente Tami se había vuelto más comprensiva, además, era uno de sus deberes como madre.

—Karma, s-si deseas, puedes volver con Nagisa. Te he hecho mucho daño —dijo ella con la inseguridad que había nacido en su interior durante todo ese tiempo.

Cosa que obviamente Karma notó sin dificultad alguna.

—No mamá. Solo mírate, a ti no te gustaría que yo esté con Nagisa y no es mi idea por el momento.

•••

Tami había tomado la decisión de hablar con Hiromi sobre el asunto de sus hijos. Solo que no se perdonaría a sí misma si se entera de que Nagisa ha estado igual de triste que Karma.

Tomó su celular y sin vacilaciones, marcó al numero de la peli-azul.

¿Bueno?

—E-Eh, hola Hiromi-san. Es un gusto saludarla luego de tanto tiempo.

Igualmente Tami-san.

Quería saber si podríamos vernos. Lo más pronto posible, por favor.

Claro, claro, ¿te parece mañana?

—De acuerdo.

•••

Tami llevaba al menos un par de minutos esperando a Hiromi. Acordaron encontrarse en un café cercano a la casa de la pelirroja.

Había preparado sus palabras la noche anterior para así no hacer perder a Hiromi su tiempo.

—Buenas tardes, Tami-san.

—Oh, buenas tardes Hiromi-san.

Ambas entraron al establecimiento, tomando asiento en una mesa para dos y optaron por pedir un café para cada una. Les sería beneficioso para el clima frío de aquellos días.

—¿Y qué tal te ha ido todo este tiempo? —comenzó con la conversación Hiromi—. ¿Ya terminaste tus terapias para tu pulmón?

—Sí, ya puedo respirar sin ningún apoyo de alguna maquina o cosas como esas —dio un pequeño sorbo a su café.

—Es muy bueno que ya hayas recuperado tu salud.

—Sí... ¿y qué tal está Nagisa-kun? —cuestionó. Desde un principio anhelaba saber sobre él.

—Ah, Nagisa. Él está bien, está en casa terminando algunos proyectos para la escuela. ¿Y cómo está Karma-kun?

—También está muy bien, pero... —pensó unos segundos si era apropiado mencionarlo o no, terminó aceptando ya que se trataba sobre su hijo— él extraña mucho a tu hijo.

—Y yo que le llamaba a Nagisa una etapa de su vida por extrañar a tu hijo también —soltó una pequeña risa por la clara coincidencia que había.

—¿Nagisa-kun también?

Hiromi asintió bebiendo de su bebida caliente.

—Yo, yo he intentado lo que puedo para hacer feliz a Karma. Pero nada de lo que le compro o doy logra ponerlo tan feliz como lo era antes. Ni si quiera mis muestras de afecto —mostró una faceta decaída pensando en todos sus intentos.

—Te comprendo, he pasado lo mismo y a pesar de que le digo a Nagisa que se olvide de Karma, nunca lo hace. Ha tratado salir con más personas pero no puede mantenerse estable porque no puede olvidarse de tu hijo.

—Karma ni ha intentado salir con nadie más, solo quiere estar para su madre —ambas rieron levemente por aquello—. Nuestros hijos aún se aman, Hiromi-san.

—¿No te molesta eso?

—Un poco..., aún no puedo aceptarlo completamente. Pero si Karma es feliz viéndome feliz, yo lo seré al revés.

—Estoy tan alegre de que al fin lo estés aceptando —la observó con admiración.

—Yo también. Además, se los debo a ambos. Fue mi culpa que hayan terminado —dejó el pocillo sobre la mesa para poner su mejor sonrisa—. Y bien, ¿te parecería si volvemos a juntarlos? Realmente lamento haberte causado tantos problemas a ti y a Nagisa-kun. Fui muy tonta al haber perturbado en su paz, haber lastimado a Nagisa-kun ese día y ganarme tu odio.

—No importa, eso ya quedó en el pasado y no tendría por qué guardarte rencores porque al final eres la madre del chico al que mi hijo ama.

—Gracias, Hiromi-san.

Pidieron un par de cafés más para empezar a planear el cómo juntarían a sus hijos de nuevo.

Mi madre ||KarmaGisa|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora