Mi madre ||KarmaGisa||

Capítulo 8

—Buenas tardes Tami —La saludó  la psicóloga al ver que la dueña de la vivienda abrió la puerta.

—Buenos días Saori. Pasa
—ofreció haciéndose a un lado para dejarla entrar—. Karma está encerrado en su habitación y será difícil que te deje entrar
—estaba segura de sus palabras, pero no era del todo cierto.

—Déjame intentarlo al menos
—dijo tomando camino hacia la habitación del pelirrojo mientras Tami venía tras ella. Tocó un par de veces la puerta, sin recibir respuesta alguna—. Karma, soy Saori, déjame entrar. Prometo que no haré nada que no quieras y no te juzgaré —trató de sonar amable y sí que lo logro.

Segundos después Karma abrió la puerta, pero su mirada se puso peor al ver a su madre junto a la psicóloga.

—Tami, por favor déjame hablar a solas con Karma —pidió y amablemente Tami se retiró dejándolos solos. Saori entró cerrando la puerta a su paso.

—Bien, primero tomemos asiento —sugirió la castaña y ambos se sentaron en la cama del pelirrojo—. Ahora sí, comencemos. ¿Cómo te sientes con todo esto? —Lo primordial era saber si su paciente estaba de acuerdo con eso.

—Horrible —sinceró—. Extraño a mi novio y ahora odio a mi madre.

—¿Por qué la odias? Ella solo está haciendo lo mejor para su hijo, creo —susurró lo último.

—¿Haciendo lo mejor para mí? No me hagas reír —Su mirada cobre se poso en la de ella fijamente—. Además lo mejor para mí no es que me traten como a un enfermo como lo hace ella, que me aleje de la persona que amo, que hable mal de él, que no piense como me siento y que solo piense en ella —sacó todo lo que pensaba sobre ella. Esa era la pura verdad.

—¿En serio Tami te está haciendo todo eso? —No creía eso de su amiga. Karma solo asintió—. Sinceramente yo no estoy a favor de la homosexualidad, pero esta vez haré una pequeña excepción —¿Qué quería decir?—.
Veo que realmente sientes amor por ese chico y todo este tiempo pensé que la homosexualidad se basaba solo en los deseos carnales del hombre, pero vaya que estoy algo equivocada
—concluyó.

—Sinceramente creí que tendrías las mismas reacciones de mí madre... o peores —Lo susurró.

—¿Cómo puedes pensar eso sobre mí Karma-kun? —preguntó fingiendo que se sintió ofendida—. Una psicóloga siempre debe ponerse en los zapatos de su paciente —parecía que al fin alguien entendía como se sentía. ¡Al fin!

—Me alegra que al fin alguien me comprenda.

—Bien. Hablaré con tu madre sobre su comportamiento. Me parece tan horrible que te trate así —opinó con decepción por su amiga.

—Muchas gracias Saori-san
—Después de tanto tiempo por fin pudimos ver una sonrisa en el rostro de Karma—. Aun así ¿me quitarás la "enfermedad" que tengo? —preguntó haciendo comillas con sus dedos en cierta palabra.

—¿De qué hablas? Tú no tienes ninguna enfermedad.
—¿en serio esto estaba
pasando?—. Solo sé que Tami no aceptaría todo esto —rió—. Seguramente me odiará por apoyarte y un profesional diría que esto no es digno de un psicólogo. Pero es mejor que verte sufrir.

—Saori-san...

—No te preocupes por mí. Eres como el hijo que no he tenido
—Una hermosa sonrisa surcaba su rostro.

—Muchas gracias de nuevo Saori-san.

—Oh, vaya. He notado que estás mucho mas delgado desde la última vez que te vi. ¿Has dejado de comer? —Siempre tan preocupada por el chico. Karma solo desvío la vista, de todas maneras tendría que decir la verdad.

—Sí, no he comido bien últimamente —sinceró—, pero tengo mis razones.

—¿Cuáles son?

—No puedo hacer nada sabiendo que no podré ver más a Nagisa —Poco a poco su voz se rompían. Lágrimas amenazaban con salir—. No puedo seguir viviendo así.

—Has caído en una horrible depresión —concluyó—. Aunque te veo algo animado hoy.

—Bueno, es que me agrada saber que me comprendas.

—No solo eso. Te ayudaré a salir de todo esto.