El sonido fuerte y chirriante de la campana del colegio me pone en marcha, sostengo fuerte mis libros contra mi pecho y camino a paso rápido hacia Miranda.
En cuanto estoy lo suficientemente cerca de ella me pregunta algo.
- ¿Ya las leíste? ¿Las traes ahora? Quiero verlas. - Comienza a decir con ímpetu como siempre.
- Miranda, cállate. No, no las he leído y por supuesto que no las traigo. -
- Isa estás loca, si yo fuera tu ya me habría tatuado esos escritos en los brazos. ¿Qué esperas? -
- Tenemos que ir a clase. - Digo con premura, dispuesta a cambiar el tema a toda costa.
Miranda tenía razón. ¿Que era lo que me impedía leer esas letras? Tal vez miedo a lo que podría encontrar, y me angustia sentirme así. Solo podía encontrar dos respuestas en aquellas letras que encontré hace una semana en la habitación de Chase. Sabía que tenían que ver conmigo pues al tomarlas vi mi nombre, regado entre varias estrofas, enredado entre todas las palabras, palabras que no me atreví a reconocer, mas que mi nombre.
¿Y si lo que encontraba era malo? Tal vez solo encontraría plasmada una confirmación de lo loca que estoy, que todo ha estado en mi imaginación, que Chase no tiene ningún interés por mí. Pero, por qué me asusta que a Chase yo no le interese. ¿Por que anhelo encontrar en esos escritos la confirmación de que el está igual de obsesionado con este sentimiento como yo?
Lo peor es que ese anhelo no se detiene, que anhelo admirar su cara a cada segundo, que no soporto vivir en la misma casa que el y no poder saciar las ganas de estar cerca de el.
Dios, quítame hormonas y dame inteligencia.
Después de un largo día de estudios y esfuerzo (si, claro, esfuerzo) me despido de mi concubina Miranda y me acerco al estacionamiento. Justo cuando voy a sacar mi celular para hablarle a mi madre advierto cuatro chicos recargados en esa Jeep azul marino que tanto me gusta. Chase y sus compadres.
Medito entre si es una buen idea acercarme o es mejor correr por mi vida, estoy en eso cuando sorprendo a Chase mirándome. No hay vuelta atrás.
Me aproximo a ellos lentamente, como no queriendo pero todos sabemos que si.
Cuando llego hasta ellos David, Cameron y Christian me saludan, animados como siempre. Veo a Chase a los ojos.
- Hola .-
- Hola Isa.-
David no puede evitar notar la tensión y se dirige a nosotros.
- Se saludan como si no vivieran juntos - Suelta una leve risa.
- Déjalos David, son igual de raros. - Interviene Christian.
- Heey .- Le reclamo divertida, soltándole un puñetazo que no duele en el hombro.
- Bueno, suficiente plática, hora de irnos .- Exclama David.
- Esperen ¿A dónde vamos? .- Les digo, preguntándome con que tontería saldrán hoy.
- No a donde, hasta dónde .- Completa Christian sin más, con un tono que no puede ser nada mas que amenazador.
Antes de que pueda decir algo mas se suben todos al carro, el último en subir es Chase, y antes de meterse al carro me da una ojeada a la cual no puedo resistirme. Sin más me subo al carro. Honestamente, iría a donde él quisiera.
Salimos hacia la carretera, a una velocidad relajante, de esas que no puedo evitar disfrutar.
El aire golpea mi cara y ondea mi cabello mientras alguna canción de "Tame Impala" suena en las bocinas de la camioneta a todo volumen. Se que es la música de Chase y me da mucha satisfacción saber que tenemos gustos musicales parecidos. Sigo el ritmo con mis pies y mi cabeza y veo a Chase observándome por el retrovisor. No puedo explicar el bienestar que me inunda al verlo mirarme así, mirarme de la misma manera en la que yo me siento al estar cerca de el. Se que hay algo entre nosotros. Se que algo pasará. La música, el aire y sus ojos sobre los míos me lo dicen.
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Enamorada de mi hermanastro
Novela JuvenilEn este libro se relata la loca historia de una adolescente llamada Isabella, donde ella misma relata todas las locuras que vivió al lado de su hermanastro Chase. Los dos se enamoran y tienen que enfrentar todos los obstáculos que les trae su proble...