Solo Tú y Yo. /Parte 2/4.

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─Detente Makoto. -repetía el pelinegro siendo sometido por el castaño.

─Dices que me detenga... Pero, puedes reaccionar de esta forma con cada uno de mis toques. -sonrie el castaño mientras recorre con su mano libre la entrepierna de su amigo.

─M...Ma...Makoto esto no es... -el pelinegro no pudo completar la frase por la gran presión que sintió por parte de la mano de Mako, la cual se adentraba entre su bragueta.

El castaño seguía forzando a su amigo a sentir cada uno de aquellos deseos que lo estaban volviendo loco. El pelinegro en un abrir y cerrar de ojos se encontraba en paños menores. Makoto recorría el cuerpo de Haruka logrando que se estremeciera y le rogara entre gemidos que parara esa locura tan caliente y llena de deseo para el castaño. Haciendo caso omiso Makoto  había enredado las manos del pelinegro con su propia remera para lograr inmovilizarlo.

─¿Cómo puedes hacer esto Mako...Makoto? -decía entre sollozos el pelinegro.

─Ya no soporto más verte cerca de él, Haru. Ya estoy cansado de todo esto. -comenzó a llorar el castaño, hundiendo su rostro en el cuello de su amigo el cual se estremeció con el peculiar rose de su aliento.

─Pero, sabes que yo amo a Rin. No puedo mentirte Makoto y esto está mal... -forcejeaba el pelinegro.

─Eso lo se muy bien Haru. -la mirada seria y ida del castaño le produjo un gran escalofrio al pelinegro que se encontraba a su merced.

─Si lo sabes. Deja de hacer esta tontería. Te perdonaré si te detienes Makoto. -una lágrima recorrió la mejilla del pelinegro al terminar sus palabras.

Makoto sonrió, lamió el recorrido de la lágrima y se adentro en ese, bello, fino y largo cuello de su amigo dejando a su paso un recorrido de besos y chupones.
Sus manos se propusieron en dar placer tanto a él como a su sometido. Los gemidos involuntarios de Haru lo volvían realmente loco, Makoto atrapó los labios del pelinegro que se quedaba sin fuerzas. Con sus manos recorría su pecho, abdomen y resto. Las tetillas del pelinegro estaban de un color rojo intenso, y su erección palpitaba poniendo el ambiente más desesperado. Esto desesperaba a Haru, que hacía lo imposible por no corresponder, pero su cuerpo no le ayudaba.

─Mm...Mm.... Mako..  par...para.. aaahhh- no pudo lograr aguantar el pelinegro que se terminó viniendo en la mano de su amigo, mientra las lágrimas bañaban sus mejillas.

─Bien... eso fue rápido Haru. -lamió el castaño el resto de semen que recorría su mano. Posicionándose fue directo a la entrada del pelinegro.

─Es...espera Makoto no. -el castaño había introducido un dedo en aquella pequeña, apretada y caliente entrada que lo succionaba y contraía con fuerza.

─Esto sera increible, te lo aseguro. -lamió la oreja del pelinegro que suspiraba con dificultad.

─No... no quiero Makoto para... -la omisión a las súplicas del pelinegro siguieron y el segundo, tercer dedo ya estaban dentro, dejando escapar por parte del pelinegro varios gemidos y suspiros.

─No sabes, cuanto tiempo hace que me vengo conteniendo, Haru. -susurro el castaño al oído de su amigo.

Haru sentía disgusto, decepción por lo que estaba haciendo quien creía era su mejor amigo, las imágenes de Rin le venían a la mente y lo hacía sentir tan culpable como si lo estuviera traicionando por su propia voluntad. Las lagrimas recorrian sus mejillas. Makoto estaba diferente para él y eso le dolía mucho. Un dolor agudo y placentero lo regreso a la realidad.

Mako se había posicionado en la entrada del pelinegro e ingreso completamente su miembro lentamente dentro de su amigo permaneciendo paciente solo se dedico a estar dentro aquel sitio tan caliente...

Los besos y chupones se hacían notar en el cuerpo tan agraciado del pelinegro. Makoto no dejaba lugar sin probar. Sus dedos y labios se habían concentrado en las tetillas de su amigo mientras el ritmo de las estocadas aumentaban a medida que el pelinegro se relajaba.
Haruka perdía toda fuerza y emoción por tal acto. El castaño lo observaba sin dejar de guardar en su mente cada facción y gesto del pelinegro en ese momento.

Los gemidos de ambos inundaban el lugar, los movimientos bruscos pero suaves del castaño atontan al pelinegro, que desea que todo esto termine de una buena vez, y esas raras reacciones, que eran nuevas para el castaño, lo encendían considerablemente logrando en él un incremento de su energía.

─Te amo, Haru. Te amo, demaciado. -observó el castaño los ojos de su amado y sonrió ante la mirada del pelinegro.

─Lo siento. Lo siento en verdad. -repitió luego de la confesión de su mejor amigo. Las lágrimas de ambos lados fueron inevitable.

─Aunque luego de esto me odies. Yo siempre te seguiré amando Haru. Más que Rin más que todo el mundo tu siempre seras el amor de mi vida. -desató el castaño al pelinegro y lo juntó más a su cuerpo. En un incremento de las estocadas, el castaño escuchaba los gemidos desesperados del pelinegro que le encantaba. Tomó entre sus manos la erección de este y provocando que se corriera decidió dar las estocadas finales. Viniendose dentro, le dio la última probada a aquellos labios que siempre quiso para él.

─En verdad, que estoy loco por ti Haru. -termino de decir el castaño viendo a su amigo vencido por el sueño entre sus brazos. Deposito un pequeño beso en su mejilla y por ultima vez lo abrazó con todas sus fuerzas...

─Te amo. -finalizó el castaño. Sonriendo, con lágrimas empeñadas en querer salir...

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Ya la continuación, no es una de las partes favoritas mias pero bueno, que se le puede hacer. 

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Los leo cuando me lean. *3*)/

Una Extraña Manía. (One-Shots) [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora