New Life »Miraculous Ladybug✓

26. Viajemos.

Adrien POV'

— ¿Segura que quieres apoyarme en esto, Marinette?

— Si, sería divertido, ¿no crees?

— Está bien.

Lo qué pasa es que yo tengo planeado hacer algo, le comenté Marinette sobre mi idea y aceptó en ayudarme. Pero será algo complicado hacer que todo el salón -y unos cuantos colados-, quepan en una casa.

— ¡Silencio! —gritó la señorita Milly—. Bueno, grupo, nuestros compañeros Adrien y Marinette nos vienen a dar una información.

— Gracias —dije—. Como verán, el verano está cerca, y Marinette y yo planeamos algo para ustedes, y para usted también, señorita Milly.

— Yo les diré que es, y Adrien les explicará más a fondo ya que el fue él de la idea —dijo Marinette con entusiasmo—. Para los que puedan ir, no obligamos a nadie.

Entonces hubo suspenso en el grupo, y Marinette y yo nos miramos como cómplices, como cuando éramos Ladybug y Chat Noir. Bueno, lo somos, pero ya no andamos en acción.

— ¡Nos iremos todos a París! —dijimos los dos.

El grupo celebró. Muchos se abrazaron, otros gritaron, y en el caso de Michelle que Giuliana le medio rompió el cuello, se quedó sería para no lastimarse.

— Anoten su nombre en esta libreta —dijo Marinette enseñando el objeto—, es para todos, así contempláremos a los que irán con más facilidad.

Todos bajaron e inmediato se hizo una larga fila.

— Así que nos llevarán a París, ¿eh? —dijo ______ anotando su nombre—. Será lindo conocer de donde viene mi mamá.

— Te va a fascinar —dijo Marinette.

— ¿Tú crees?

— Te lo garantizamos —dije.

Una vez ya escrito los nombres del salón y de la señorita Milly, dimos a cocer más sobre el viaje. Sólo ahorrarán para su pasaporte, los boletos, hospedaje y demás lo veremos luego Marinette y yo, sólo el hospedaje, creo que tendré a que hablar con alguien después de mucho.

— Ya no supe qué pasó, si está viva o muerta —contó Daniela sobre un libro que leyó.

— Lo sé, mis papás se niegan a que vea la película —siguió ______.

— Me prestas el libro, ______ —preguntó Julieta, a lo que ______ asintió—. Gracias.

— Por lo que veo ya no están peleadas —comentó Giuliana—. Me alegro por ustedes.

— ¡Alégrate por mi! —dijo Nathanaël con indignación—. Estuve todo rato viéndolas gritarse, llorar y golpeándose.

— ¿Se golpearon?

— No, pero casi lo hacían.

Mi celular comenzó a sonar, era la llamada que necesitaba. He estado intentando por días comunicarme con alguien en París, y hasta ahora se devolvió la llamada.

Me alejé de ahí y fui a donde la última vez que fui, el mismo lugar en el que salí cuando Daniela cayó al bote de basura.

— ¿Bonjour? —era ella.

— ¿Habló con la mademoiselle Chloe Bourgeois?

— ¡¿Adrien?!, ¡¿como es posible?! Si hubiera sabido que eras tú te hubiera contestado.

— Tranquila, abejita, sólo te voy a pedir un favor.

— ¿Sólo eso? —muy bien, era hora de negociar.