Keith lo observaba desde lejos.
Conocía todo sobre él.
Sabía que era de Cuba.
De Varadero para ser exacto.
Conocía su comida favorita, sus pasatiempos, sus libros preferidos.
Su música favorita.
Sabía que su color predilecto era el azul.
Que su padre era un ex - soldado.
Su madre una enfermera.
Tenía tres hermanos. Dos mayores. Una menor.
Su mejor amigo se llamaba Hunk.
Su mejor amiga, Pidge.
Le gustaba una profesora llamada Allura.
Le gustaba nadar en la playa.
Lo sabía todo.
Incluso conocía su número de celular, la dirección de la casa de sus padres, su número de seguro social.
Sabía el nombre de la mascota que tuvo a los ocho años: Blue. Un pez beta.
Sabía que amaba a los animales, que hacía servicio social en una biblioteca, que trabaja medio tiempo como mesero en un restaurante.
Lo conocía bien.
Pero Lance no lo conocía a él.Lo miró.
Estaba a unos cuantos metros de dónde él estaba sentado.
Keith siempre estaba solo.
Nadie quería ser su amigo por la pinta que tenía.
Ojeras alrededor de los ojos, ropa vieja y raída. Cabello negro que siempre daba la impresión de estar sucio. Piel pálida, tan delgado como un cadáver.
¿Quién querría ser su amigo?
Parecía estar eternamente disfrazado de zombie.
Sus labios se posaron sobre la pajilla de su batido de chocolate.
Lance, por otro lado, era simplemente hermoso.
Piel morena que brillaba cono el oro bajo el sol, ojos azul profundo, cabello castaño siempre alborotado. Alto y enjuto, con los músculos bien marcados y unas piernas largas y esbeltas que eran casi siempre las protagonistas de sus más oscuras fantasías.
Lo deseaba.
Sería absurdo decir que no lo hacía.
Deseaba cada parte de su cuerpo. Quería lamerlo, acariciarlo, besarlo, quería sentirlo dentro de él, quería...
Se detuvo.
Odiaba cuándo sus pensamientos divagaban y lo hacían ir a sus más profundos deseos.
Levantó la mirada para observarlo.
Y se sorprendió al ver a Lance mirarlo también. Su boca estaba curvada en una media sonrisa que fue suficiente para acelerarle el pulso... Y para empeorar el asunto dentro de sus pantalones.
Rogó a todo dios conocido que nadie se percatara de su... "problema".
Volvió a mirar a Lance.
Éste le devolvió la mirada. Sus labios succionaron el líquido de su vaso con ayuda del popote, la mirada fija en Keith y con una lentitud deliberada.
Comenzó a sertirse mareado.
Era demasiado.
Se levantó.
Pegó su mochila a su entrepierna como si fuera de lo más natural y caminó lo más rápido que pudo hacia los baños del colegio.
Sentía las miradas de todos clavarse en su nada atrayente persona, juzgándolo como siempre.
Entró casi arrojándose y se encerró en un cubículo. Se sentó en el inodoro después de bajar la tapa.
Respiro hondo.
Debía calmarse.
Uno.
Dos.
Tres...
Su pulso se normalizó.
El temblor en sus piernas disminuyó.
Su entrepierna dejó de pedirle su inmediata atención.
Y de pronto escuchó las voces.¡Imbécil! ¡Imbécil! ¿Por qué no te fijaste en dónde entrabas?
Subió los pies al retrete deseando que a las chicas no les diera por entrar.
¿Cómo podía ser tan idiota?
Había entrado al baño de las chicas, algo que era, obviamente, estúpido.
—¿Oíste sobre la chica que desapareció? —preguntó una de ellas.
—Sí, mi hermana la conocía, me dijo que la chica era la típica matadita de la clase. Gorda, llena de granos a punto de explotar.
—No deberías hablar así de ella —le reprochó su amiga—sigue siendo una persona.
—Bueno, sí, pero no era como nosotras. Es decir, ¿quién querría secuestrar a alguien así tan fea?
—Esa chica podría estar muerta, ¿no puedes tener más respeto por ella? —Keith se dio cuenta de que la segunda chica estaba realmente indignada del comportamiento de su amiga. Incluso él mismo quería salir y maltratar un poco a esa zorra insensible.
—Vaya, no pensé que te afectaría tanto —se quejó la primera.
—Y yo no sabía que fueras tan perra.
En ese momento Keith casi quería aplaudirle a la joven y comprarle un maldito batido. O como mínimo estrecharle la mano.
—¿Pero qué te picó? ¿Por qué me hablas así?
La otra no le respondió y en cambio salió furiosa. O al menos es lo que Keith se imaginó al escuchar un par de zapatos alejarse.
—Maldita perra. Si no fuera porque tienes auto te patearía el culo.
Keith estaba anonadado.
Las chicas sí que eran hipócritas.
Escuchó como la otra se iba y Keith salió rápidamente, no quería quedarse ahí hasta que alguien lo encontrará y lo echará de ahí.
Abrió la puerta y chocó directamente contra alguien.
Keith se tensó creyendo que se trataba de alguna joven que se disponía a entrar.
Pero definitivamente se le fue la sangre al suelo al ver a la persona contra la que había chocado.
Lance McClain.
—L-lo siento —dijo mirando el suelo.
—Estaba esperándote, ¿por qué tardaste tanto? —Keith lo miró sorprendido. ¿Lance acaba de decir, lo que había escuchado?
—Sí, me oíste perfectamente —dijo Lance, leyéndole los pensamientos—. Estaba esperando que salieras.
Keith miró de nuevo el suelo.
¿Qué se suponía que debía decir? Algo atrevido como: ¿ah, sí? ¿Para qué? O algo tonto como lo que estaba a punto de decir:
—Te-tengo clase.
Pasó al lado de Lance rápidamente y lo perdió de vista al cruzar el otro pasillo.
Se pegó a la pared.
Su corazón volvía a latirle con fuerza.
Tanto había soñado con eso y lo había arruinado.
¿Aunque realmente quería que sucediera?
¿No era más fácil observarlo y desearlo desde lejos?
De esa manera su dolor era mínimo.
Claro, era capaz de venderle su alma al diablo por besar a Lance, pero ¿y si no era tan bueno?
Lo tenía en un pedestal tan alto.
¿Qué pasaría si Lance no estaba ni mucho cerca de esa altura?
¿No era mejor simplemente imaginar que la mano que lo acariciaba bajo las mantas era la de Lance y no la suya?
Mínimo riesgo.
La fantasía era mejor que la realidad.Su mirada se clavó en la pared frente a él.
Una chica pecosa y de rostro redondo le devolvía la mirada desde una hoja de papel.
Las palabras resaltadas en rojo se le grabaron a fuego en la mente.Desaparecida
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Aclarando, esta no será la típica historia del uke todo sumiso y el seme todo poderoso.
Ustedes se merecen más que eso.
Y la canción es simplemente hermosa ♡
Si me tardo en actualizar, sorry, tengo otras historias que también requieren mi atención.
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Lados Ocultos
FanficLance hace vídeos para la web profunda. Keith es un inadaptado con ansias de sangre. Dos chicos. Un juego peligroso. Perder es sinónimo de muerte. Advertencia: Esta historia contiene escenas gráficas de sexo y tortura. Si eres una persona...