» Yaku Morisuke.

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Como tu trabajo de mánager del club de voley, algo esencial era llevarte bien con todos los chicos, y por tu parte no había ningún problema

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Como tu trabajo de mánager del club de voley, algo esencial era llevarte bien con todos los chicos, y por tu parte no había ningún problema. Al contrario, tú encantada.

Entre todos los chicos, había uno que querías un montón, era de lo mejor, era nada más y nada menos que Haiba Lev.
Podías pasar horas y horas con él, era tu mejor amigo y te divertías mucho a su lado.

Al contrario de Yaku, éste no podía ni verlos juntos sin querer destrozarle la espalda al más alto. Sentía celos, demasiados.

(...)

-¡Lev, encontré tu canción!—Reíste ante tu ocurrencia y le pasaste tu móvil para que escuchase.

(¿Entienden? Jaiba... Haiba... ¿?)

Las carcajadas no tardaron en aparecer de parte de ambos. El chiste era malo, pero eso daba más risa.

-¡No te distraigas!—Exclamó el pequeñín mientras su rodilla impactaba en la espalda ajena.

-Yaku-san~.—Hiciste un puchero ㅡa su parecer, tiernoㅡ. -Estamos en descanso.

Su cara tomó un color rojizo y se cruzó de brazos, ignorando tu mirada.

-No importa, éste idiota debe de practicar el doble, es malísimo.

-¡Eso no es verdad!—Frunciste el ceño, pues no estabas de acuerdo con su opinión.

Inconsientemente se formó un ambiente algo pesado, dando por entendido el inicio de una pelea.
Te alejaste de ellos y caminaste hacia la salida del gimnasio, no pretendías seguir discutiendo con tu crush.

Sí, te gustaba aquél enojón, y el chismoso de Kuroo lo sabía muy bien.

-Entonces hacemos esto y aquello, ¿entendieron?

-¡Yo no quiero que ______-chan tenga novio!

-¡Cállate!

(...)

Encontraste un ramo de flores en tu asiento, unos chocolates en tu taquilla y un oso de peluche en el gimnasio. En cada uno de ellos las palabras 'Lo siento' estaba escrita.

Debían ser de Yaku, o eso creías.

-¡Yaku-san!—Le llamaste en cuanto entró al gimansio. -Yo... lo siento.

Bajaste la mirada apenada, confundiendo al castaño salmón.

-Gracias por las flores, los chocolates y el osito.—Sonreíste. -Estoy muy feliz.

Alzó una ceja y miró hacia todos lados, topándose con la penetrante mirada del capitán.

-N-No fue nada.—Rascó su nuca. -Por cierto, ______...

Le miraste atentamente con una gran sonrisa.

-Me gustas d-demasiado.—Hizo una reverencia. -¿Quiéres ser mi novia?

Sonreíste aún más y asentiste con la cabeza, exclamando un feliz 'Sí'.

Los chicos comenzaron a silvar y a aplaudir, festejando a la nueva pareja del gatuno lugar.

.
.
.

-Te debo una, Kuroo. ¿Qué podría hacer por ti?

-¿Me la prestarías un fin de sem-...

-Ni lo sueñes.

Fin.

Es la una y media de la madrugada y me digno a actualizar, no si.

E

l chiste de la Jaiba me re puede.

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