Capítulo 3

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Si se trataba de salir juntos Doyoung y Ten estaban más que de acuerdo en que ir comer siempre sería la mejor elección, ambos amaban comer e ir a restaurantes con gastronomía de diferentes países para degustar de platillos extranjeros.

Ten siempre le había dicho a Doyoung que si este deseara ir a Tailandia alguna vez él con gusto sería su guía turístico por Bangkok (ciudad natal de Ten), que le brindaba su casa para alojarse y que le dejaría probar la exquisita comida tailandesa que su mamá preparaba; sin embargo, Doyoung solía hacer voluntariados en vacaciones o simplemente salir con su familia a algún sitio y obviamente el joven tailandés comprendía que este prefiriera aquello.

Después de haber comido suficiente gimbap como para explotar ambos salieron de aquel restaurante y caminaron un poco hasta llegar a un parque cercano a aquella área, entre quejas sobre dolor de estómago y de sensaciones de querer vomitar. Cuando llegaron a aquel sitió Doyoung buscó asiento en una de las bancas y Ten se sentó a su lado, sobándose la barriga ligeramente abultada que ahora tenía por haber comido tanto.

— ¡Ah! No debimos haber comido tanto, Ten.

—Siempre decimos eso y terminamos comiendo demasiado, Doyoung —Ten suspiró y bajó la mirada, en aquel movimiento observó el abultado vientre de Doyoung y rió —. Oye, ¿Sabes? Pareces mamá conejo embarazada.

—Este chico... ¿Desde cuándo eres así de confiado?

La armoniosa risa de aquel tailandés inundo el aire y Doyoung achicó sus ojos, observándole con falsa indignación. Enseguida Doyoung apretó con sus dedos la abultada barriga de Ten (menos grande que la suya) y alzó una ceja, observándole con diversión.

— ¿Realmente vas a juzgar mi barriga y no la tuya? ¿Qué es esto, Ten? —un chillido en queja salió de la boca de Ten y Doyoung rió —Chittaphon, ¿Qué dirán tus fans si te ven bailar con este abultado vientre?

— ¡Yah! Doyoung... Deja mi grasa abdominal en paz.

— ¿O qué? —Doyoung observó al tailandés con una sonrisa casi siniestra y este solo se encogió de hombros y repentinamente colocó su mano en el oído ajeno — ¡No! Ten, sabes que me da cosquillas...

—Exacto.

El pelinegro sonreía mientras Doyoung intentaba contener su risa a pesar de que aún no movía sus dedos por el oído de este. Pronto Ten movió sus dedos por el oído de su amigo y Doyoung no pudo contener su risa y simplemente la dejó salir, Ten dejó en libertad el oído ajeno y ambos comenzaron a reír por todo y por nada a la vez.

Tal vez podían parecer tontos riendo en aquel momento, pero realmente la estaban pasando bien; Ten creía que los momentos más agradables y divertidos con su amigo eran aquellos espontáneos, que simplemente los llenaban de felicidad. Doyoung era feliz cuando veía a su amigo tailandés reír de aquella manera tan genuina, sin que hubiera pisca de nerviosismo, miedo o incomodidad en él; cuando Ten era simplemente Ten.

Tras un buen rato riendo Ten comenzó a quejarse porque su estómago ahora dolía a causa de las risas, los ojos de Doyoung estaban humedecidos por las lágrimas y de inmediato buscó controlar su risa para no estallar.

—Ah, mi estómago duele de nuevo...

—El mío también. Ten, deja de hacerme reír así, sabes que yo no tengo cosquillas en el estómago si no en el oído.

—Tenía que protegerme de tus agresiones a mi grasa abdominal.

— ¿Qué grasa? Eres muy delgado... solo era por la comida. Como sea, hay algo que he querido preguntarte.

La Potencialidad [JohnTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora