Capítulo 23

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Con la sangre hirviendo en sus mejillas Ten tomó el valor para sujetar la mano de John y apretarla ligeramente, el mayor le miró con confusión. Ninguno sabía lo que estaba pasando, era un poco tonto cuestionarse el uno al otro sobre eso. Solo seguían impulsos y confesaban cosas por mera necesidad, como si no desearan que el otro tuviese una idea equivocada o pensara que no era importante el uno para el otro. Habían confesado que, por tonto que pareciera, se extrañaban cuando no estaban juntos... Aun si John no lo dijo de esa forma.

La tranquilidad de la biblioteca en ese sitio era casi imperturbable, a pesar de que ellos se decían mucho en ocasiones no articulaban palabra alguna. A veces el rostro pacífico de Johnny al leer decía mucho para Chittaphon y a veces el intrigado rostro del tailandés decía bastante para el estadounidense. Ten ya no había querido coquetear o hacer cualquier cosa con John, porque pensó que ese no sería el, él siendo Chittaphon no le coquetearía a un chico jamás y hacerlo con Johnny no sería la mejor idea puesto que no consideraba que su alto amigo fuera del tipo que respondiera a los coqueteos. Eso pensaba él.

—Me voy a esforzar mucho por ser una mejor persona, Johnny —musitó tranquilamente y repentinamente Ten —. Porque también quiero ser un mejor amigo para ti. He avanzado mucho con respecto a ti, no quiero tirar todo eso a la basura.

—Hablas como si yo fuese alguna especie de experimento —dijo sin despegar los ojos del libro.

—No lo eres —negó con la cabeza —, no me mal interpretes.

—No lo hago, solo te digo lo que tus palabras suenan para mí —sonrió de medio lado y le observó —. Tranquilo, no pasa nada.

—Sólo quise decir que... —mordió su labio inferior —que realmente me siento feliz de que seamos amigos y quiero conservar tu amistad. Te has vuelto importante para mí.

—Gracias, Chittaphon —sonrió el más alto.

Aunque Ten hubiese querido que John le dijera que también era importante para él, realmente no esperaba esas palabras. Tal vez no tenía años conociendo a John, pero era perfectamente capaz de saber que el alto no era alguien que expresara tan fácil sus sentimientos. John no era una persona sentimental, era más bien alguien racional.

Conforme las horas pasaron el trabajo de Youngho fue rápidamente acabando y tétricamente el libro que Ten sostenía en sus libros comenzaba a tener menos páginas por leer. Era agradable y no, porque aunque estaba feliz por terminarlo no quería dejar de tener una perfecta excusa para seguir viendo al filósofo de biblioteca. Aunque siempre podía fingir leer y no o bloquearse en más de dos párrafos por página. Eran las únicas opciones para que el libro al menos durara unas semanas más. Pero Chittaphon no era la única persona que podía darse el lujo de notar los detalles del libro que sostenía, claro que no. Repentinamente en la mente de John se cruzaba la idea de si acabado aquel libro el mayor dejaría de ir a pasar la tarde con él en la biblioteca; al principio probablemente tendría muchas dudas y le preguntaría, pero eventualmente las dudas irían disipándose y ya no habría motivo para que el bajito estuviese ahí, ¿ese sería el fin de la amistad? Probablemente sí. Aunque se llevarán bien Chittaphon sabía que Youngho estaba casi todo su tiempo en la biblioteca leyendo, era el único lugar donde podría encontrarlo con facilidad. Pero, sin un motivo razonable para ir probablemente no se verían como él deseaba.

—Chittaphon, me siento algo mentalmente bloqueado —dijo repentinamente.

—¿Mentalmente bloqueado? —cuestionó en un susurro.

—Sí, ya sabes, como cuando no das para más y las ideas no fluyen. Nos pasa hasta a los mejores —mintió descaradamente con una leve sonrisa en los labios —. Iré afuera a respirar algo de aire fresco, a estirar las piernas, ¿quieres venir conmigo? —preguntó, aunque deseaba más bien que eso fuera una orden.

La Potencialidad [JohnTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora