Capítulo 19

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Los rayos solares entraban descaradamente por la ventana, ésta estaba cerrada pero la cortina abierta. El cuerpo comenzaba a contraerse por el frío, la piel se erizó e imposibilitado para seguir durmiendo sus párpados comenzaron a abrirse. Las largas pestañas se batieron, el ceño se arrugó como reflejo por recibir tanta luz de golpe y finalmente los ojos se abrieron pudiendo distinguir el techo de su casa.

—Qué frío...

Se encogió en sí mismo, acarició su piel bajo la manta y así notó que solo llevaba ropa interior. Era extraño llevar solo eso dado que otoño era fresco y él no poseía una calefacción, además de que una manta delgada era inútil para ese clima y la desnudez. Él la sentía inútil en esos momentos.

Trató de recordar lo que había pasado la noche anterior, no había mucho en su mente. La cabeza le dolía como para pensar en exceso y el frío ya le estaba calando. Cerró los ojos un instante, intentando rememorar, un quejido a su lado le hizo abrir los ojos de golpe y luego el peso de un brazo sobre su abdomen lo tuvo conteniendo un gemido. Con temor giró su cabeza y tuvo que cubrirse la boca con ambas manos para no gritar, era muy grande su sorpresa al ver aquella escena: Johnny estaba durmiendo boca abajo sobre su cama, a su lado, con un brazo bajo la almohada y el otro sobre su abdomen. Las pestañas del mayor caían gráciles sobre sus pómulos y sus bonitos labios estaban ligeramente separados, lo que daba lugar a que se escuchara un suave siseo mientras respiraba con tranquilidad.

Apartó la mirada del hombre que ahora permanecía durmiendo a su lado, observó al techo y se cuestionó una y otra vez qué demonios había sucedido la noche anterior. Lo último que recordaba con claridad es haber salido a tomar aire luego de que un tipo hiciera un baile sexy para Johnny; ahora estaba en la cama de su habitación con Johnny durmiendo a su lado y para colmo él estaba solo en ropa interior. El pensamiento de, tal vez, anoche haber cometido una barbaridad lo invadió y le hizo enfriar aún más, el solo imaginar que él y Johnny hubiesen hecho lo que él creía que habían hecho le provocó un dolor en el estómago y uno más agudo en la cabeza.

—¿Qué diablos hiciste, Chittaphon? —se reprochó mientras comenzaba a sollozar, agobiado por el hecho de haber realizado aquello que su mente imaginaba.

—Embriagarte...

La conocida voz del conocido sujeto que dormía a su lado se hizo presente. Su cuerpo se tensó por completo tras oírlo y se sentó de inmediato sobre su cama, cubriendo su desnudez. El mayor lucia muy tranquilo, bostezaba con pereza y se frotaba los ojos mientras también se sentaba en la cama.

—¿Me embriagué?

—Bueno, cuando te encontré lo estabas —respondió con simpleza.

—Y sabiendo que estaba ebrio, ¿te metiste en mi cama y pasaste conmigo la noche? —reprochó casi sintiéndose insultado.

—¿Qué? Pero si tú fuiste el que me pidió me quedara a pasar la noche contigo... —espetó acomodándose un poco el cabello, con semblante tranquilo.

—¡No importa! Estaba ebrio, no sabía lo que decía... ni lo que hacia... —en un hilo de voz salieron las últimas palabras —No debiste... —repentinamente sintió ganas de llorar, los ojos ya estaban cristalizados.

—¿Por qué estás tan molesto? —cuestionó el alto y observando fijamente al menor le vio sollozando —¿Por qué lloras, Chittaphon? —La mañana no era muy su amiga, así que no pensaba tan bien. Tardó varios segundos el procesar todo aquello y dar con una respuesta —¡Wow! Alto, detén a tu activa imaginación —negó con una mano —. No hicimos nada de lo que pudieras o pudiera arrepentirme, ¿ok? Solo te traje a tu casa anoche porque estabas muy ebrio y cuando me iba a ir me pediste que me quedara a dormir contigo, decidí hacerlo porque en mi casa no iba a poder descansar.

La Potencialidad [JohnTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora