Capítulo 14. Los generales del rey.

262 20 14
                                    

Gotas de Agua.

Capítulo 14. Los generales del rey.

Ahora que había aceptado sus sentimientos, ¿Qué debía hacer? Si se confiesa claramente será rechazado, pero al menos sería feliz con expresar sus sentimientos. Pero si decide callarlos y simplemente disfruta el tiempo que tengan juntos... ¿podrá realmente separarse del rey y olvidarlo con el tiempo?

Nunca antes se había enamorado antes. Había tenido una ligera atracción por su hermanastro mayor pero nunca, jamás, se le cruzó por la mente estar a su lado o intentar algo como un romance de verano a escondidas de todos.

¿Y si sin querer comienza a malinterpretar los gestos del rey y termina irremediablemente más enamorado? Cuando piensa en "Te quiero" no imagina a Sinbad todavía, simplemente es un gustar de... gustar, ligero.

Quizá.

¿A quién quiere engañar? Ni siquiera quiere pensar en lo que pasará cuando Judal regrese la joya para salvarlo porque teme el final, no quiere separarse del rey ahora. ¿Pero y si no lo hace? ¿Si Sinbad no recupera su joya que hará con él, simplemente dejarlo libre y regresarlo a su país para que él regrese con su vida como profesor? Lo duda mucho. Conoce un poco a Sinbad y sabe que no es tan amable excepto si tiene algo a cambio. Y sin la joya, ¿Qué tiene a cambio?

Me tiene a mí.

Es un mal pensamiento, ni siquiera debería considerarse tan importante. Él no es egocéntrico, simplemente le gustaría que Sinbad pensara así. Derrotado y cansado por sus pensamientos, cierra sus ojos y se abraza a si mismo mientras que el rey le besa desde su espalda el cuello húmedo. La sonrisa se le va sin que se dé cuenta.

Puede acostumbrarse a los asaltos sexuales del rey de Sindria sin problemas.

Sus manos buscan las del rey, que sujetan su cintura con gentileza, para entrelazar sus dedos. Sinbad no dice nada pero si se queda extrañado. Ya habían tomado una ducha juntos y ahora estaban de pie nuevamente en la habitación simplemente de pie, Sinbad sorprendió al profesor buscando ropa en la maleta y llegó desde atrás para abrazarlo y sorprenderlo. Esperaba algún comentario o que se girara para encararlo pero no que lo buscara.

— ¿Volverás al jardín hoy?

— ¿Me dejas?

— Va a costarme. —Dice entre risas, luego le pasa la lengua por la piel suave. Lo que se necesita para contenerse en no hacer marcas a lo tonto... Que si no, ahora mismo hace la sexta. — Por cierto, ayer se me notificó que tus tulipanes rosas llegarán dentro de tres días. Ya te los llevaré.

— Bien, gracias. En tres semanas estarán floreciendo en el jardín. —Guarda silencio cuando los labios del rey suben hasta su oreja para dejarle sentir su aliento. Su cuerpo se estremece, pero no está bien seguro de lo que está buscando. ¿No fue suficiente lo de hace rato? — ¿Sinbad?

— ¿Cuál es el problema? —Pregunta en voz baja cuando lo siente moverse con la intención de alejarse, en ese momento sus manos se ciñen a la cintura del menor hasta que bajan a la cadera, donde la toalla estorba. — Ya te he saboreado por completo, ¿entonces? —Se ríe en voz baja contra su oreja y lo siente estremecerse.

¿Dejarlo ir al jardín? Como si fuera tan fácil.

.

— Me acostumbré a cenar con tu madre, me siento mal por dejarla sola esta noche con la cena. —Comenta mientras se calza unos tenis, sentado en la cama del rey.

— ¿Qué más da? —Pregunta en voz alta el rey desde el baño. Poco después sale de esa habitación con un cepillo en la mano que todavía tiene una hebra púrpura entre las cerdas. — Va a cenar con Anwar de todas formas. Así que sola lo que se dice sola... —comienza a silbar mientras regresa al baño para terminar de cepillar su cabello.

Gotas de aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora