Capitulo 4.Skype

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Hace una semana que Julián se fue. Le rogué más de un mes para que no se fuera y él lo único que decía era: "Alex,es como si yo te pidiera que dejaras de bailar”. Hasta cierto punto tiene razón, pero es difícil saber que él esta lejísimos de mí, y aparte no saber que está haciendo. Lose, soy tan posesiva.

Para quitármelo de la cabeza decidí entrar a Facebook,que por cierto, ya tiene años que no entro. En eso un timbre de Skype empieza a sonar, le apreté al botón contestar, pero no me aparece nada.

—¿Hola?                 

—Hi,my girfriend,¿me oyes? —Oigo medio distorsionada la voz de Julián.

—¡Julián!

Escucho la risa de Julián.

Ahora ya se cree gringo este güey.

—¡Flaca!

—¡Flaco! No te veo Julián ¿tú sí?

—Tampoco, haber espera deja checo.

Escucho que mueve algo y mágicamente se puso un recuadro en mi pantalla, en donde apareció la cara de Julián con los audifonos puestos.

—¿Y ahora esa barba? ¡Te creció súper rápido!

—Ya vez, la pubertad—su linda sonrisa aparece en mi pantalla.

—¿Cuál pubertad? Si tú ya pasaste hasta la adolescencia.

—¿Me veo tan viejo?

—Poco—le doy un sorbo a mi licuado y continúo la plática—.¿Qué hora es allá?

—Las ocho cuarenta y siete de la mañana ¿y allá?

—Las seis cuarenta y ocho de la mañana.

—Mm son solo dos horas de diferencia.

—Sí, y qué tal ¿cómo es la universidad?

—Espectacular, me encanto.

—Me alegro tanto, y ¿qué estabas haciendo?

—Tarea, nada importante, mejor cuéntame, ¿cómo te fue con mi tía Victoria?

—Genial, creo que le ha gustado.

—Sabia que le caerías bien después de verte bailar.

De repente veo que Julián se acerca un cigarrillo a los labios.

—¿¡Qué!? ¿Por qué volviste al vicio?

—Aquí todos lo hacen, a penas llevo una semana y ya tengo el estrés hasta la punta, esto es lo único que me mantiene relajado.

Atrás de Julián se veían áreas verdes, supongo que estaba un poco alejado de la universidad.

—Mi compañero de cuarto es el típico chico malo, si te lo presento quedarías encantada por él.

—Calla,a mí me gustan los bobos como tú.

—Jajaja.Calmate Alex,yo soy todo un Don Juan.

—¡Ay aja! Claro,por supuesto Julián—mi sarcasmo no pudo ser más directo.

Julián le da unos toques a su cigarro y continúa viéndome desde su cámara.

Las última semana que estuve con él ,la aproveche al máximo, Florencia termino perdonando a Anthony y salimos los cuatro a la casa de Cuernavaca de Oscar,que está en un condominio bastante elegante.Oscar hasta con gusto nos dio las llaves de la casa mientras Silvia lo  fulminaba con la mirada.

La pasamos genial ese día.A pesar de que al principio tratamos de dormir en habitaciones separadas, Julián no se controlo y fue a dormirse conmigo, ese día lo volvimos a hacer. Ahí fue cuando me prendí más y estaba más flojita, tal vez porque no tenía miedo a que me escucharan o entraran sus padres. Esta vez no me dolió tanto y él duro mucho más. Pero lo más lindo fue cuando me abrazo y se me quedo viendo con unos ojos de amor, súper tierno.

El miedo a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora