El miedo a perderte

Capitulo 1.La carta prohibida

PRIMERA PARTE

ALEX.

En la mañana desperté feliz, para llegar a un lugar sin destino.La mayoría de las veces me pasa esto, despertar sin saber que voy hacer.

Mentira, tengo que trabajar.

Se me hace tarde para llegar a mi trabajo,no es un gran trabajo,a penas estoy empezando.

Mientras soy ayudante en una empresa de publicidad (la chica de los cafés), voy a los concierto de Jazz a tomar fotos y  luego mostrárselas mi jefe,lo cual le ha ayudado mucho a él y a mí,ya que me las compra y las pública para alguna campaña.

En el camino estaba preparando mi cámara. Hice zoom y…me encontré una maravilla. No podía creerlo, en serio me encontré algo hermoso.

Ajuste el diafragma de la cámara, hice un enfoque perfecto y atreves del lente,a menos de cien metros vi a la persona que mas amo,un chico de cabello corto ondulado, ojos de color gris que aparentan ser azules. Veo un chico que rivaliza con el color cielo del verano,y todo él es como un día cálido y asoleado.

Su nariz recta y bien formada ahora acababa de adquirir la fuerza y madurez de un hombre; es la clase de hombre que hace palpitar el corazón de todas las mujeres.

Apreté el disparado y capture a mi Julián, que estaba plantado enfrente de mí.

Solté una sonrisa de nervios.

Fingí ver mi reloj y levanté mi mano derecha, pero Julián se empezó a reír cuando vio que mi reloj lo tenía en la mano izquierda.

—Guau que hermosa chica esta  dime ¿quién te dio esa maravilla de cámara?

Julián me la regalo en mi cumpleaños número dieciocho.

—Mi novio.

A pesar de que este un poco antaña mi cámara, la amo, y mucho.

Julián siempre me dice: “No te obsesiones con tener la última cámara del mercado. Aprovecha la que tienes y trabaja en sacarle el mayor partido y en mostrar todo lo que llevas dentro.”

—Alex, estás preciosa.

Julián me tomo la mano y entrelazo sus dedos con los míos.

—Gracias...por cierto ¿qué haces aquí?

—Vengo a tramitar unos papeles, ya sabes para la universidad.

—¿La de Nueva York?

Julián quiere ir a una universidad de Nueva York donde curiosamente esta el teatro Estadunidense de Ballet,al cual quiero entrar, sólo estoy esperando en acabar la prepa para ir.

—Sí, apenas voy mandar la carta.

—Espero y te acepten—le planto un beso en los labios y le acaricio su mejilla.

Jamás, nunca me voy a cansar de abrazarlo, me encanta sentir su cuerpo junto al mío.

Estábamos en medio de la plaza, la gente pasaba mirándonos con cara de "estorbos" pero a ninguno de los dos nos importaba.

Me cayó el veinte de que estaba llegando tarde al trabajo.

—Por cierto me debo de ir corriendo, ya es tarde,te quiero,cuidate,te veo al rato.

Me separe de Julián y salí corriendo, mientras corría,veía que levantaba su brazo despidiéndose.

                         ***

—Perdón, se me hizo un poco tarde—mi jefe parecía muy serio, lo miré con sentimiento de culpabilidad.

¿Acaso había adivinado lo que estaba pensando?  Enseguida comprendí que estaba volviéndome paranoica, aunque era indudable que mi jefe no sonreía cuando se poso enfrente de mí, con los brazos cruzados.