Capitulo 3.Dulces reuniones

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Ya es Navidad. El árbol que pusimos Julián y yo es enorme. Es alto y roza con el techo.

Esta noche, la voy a pasar con la familia de Julián.

Me siento frustrada y feliz  al mismo tiempo. Me siento frustrada porque Aarón vendrá con Zara,y a Aarón no lo puedo ver ni en pintura. No tanto por el odio, sino porque me trae recuerdos que realmente me hacen sentir mal.

—¡Listo! Al fin acabamos—exclame con felicidad.

—Sí—dijo Julián poniendo la última esfera.

Muchas personas dicen:"El tiempo lo cura todo".Pero para mi, mientras más tiempo pasa, más extraño a mi hermana.

Julián me vio tan afligida que se acerco a abrazarme.

Amor;una palabra de la que todos hablan,pero muy pocos lo han sentido de verdad.

Cuando baje la cabeza, me sentía llena de amor por él.

Murmuro mi nombre una y otra vez, como si yo fuera la única persona en su mundo que le importase.

De alguna manera nuestros labios se juntaron y nos besamos.

El timbre nos interrumpió, fue porque los invitados empezaron a llegar. Julián y yo nos miramos inquietos.

—No dejemos que nos arruinen nuestra primera navidad juntos—lo tome de la mano, sonreí y nos dirigimos a la puerta.

Todos se voltearon a vernos. Mi sonrisa se borro al ver que Florencia venia con Athony,Oscar con Silvia y Aarón con Zara.

¿Qué no se supone que Silvia y Oscar ya se estaban divorciando?

Aarón en cuanto cruzo miradas conmigo se fue a sentar al sofá seguido por Zara.Los dos estaban un poco apartados.

—Hola nena—Florencia se acerco a saludarme—.¿Sigues sin hablarle a Tony?

—Ya le hablo.

Mentí, sigo sin hablarle, por el momento le odiaba, me cuesta asimilar que Tony,¡mi ex!, Este enamorado de Silvia,mi mamá,que no es mi mamá.

Para calmar la tensión Julián me condujo hacia una pareja que se encontraba en la biblioteca.Mientras nos acercabamos Julián me iba contando todo lo referente a ellos.

—Tía Victoria—dijo Julián a una señora bastante alta y de hermoso cuerpo—.Te presento a mi novia,Alexa.

—Mucho gusto—la mujer extendió su mano, no se escuchaba tan sincero su "mucho gusto".

Con una sonrisa estreche su mano.

—Ella es bailarina, igual que tu Victoria.

Victoria soltó mi mano y me miro con recelo.

—¿A qué edad empezaste?—Pregunto con frialdad.

—A los cinco años.

—¿Y ahora tienes...?

—Dieciocho—respondí débilmente.

Frunció el ceño.

—¿Eres excelente o solo mediana?

—No lo sé.

—¿Nadie te lo ha dicho?

—No.

—Entonces debes de ser mala.

—Tía, Alex es excelente bailando,no seas tan...severa con ella. Créeme que te arrepentirás por haberle dicho eso—Julián tratando de protegerme y sostuvo mi mano fuerte.

El miedo a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora