El miedo a perderte

Capitulo 13.Esperanza

 ALEX

Nunca había sentido algo tan feo en toda mi vida. Desde que me levante tengo unos cólicos horribles, náuseas y vómito. No sé a dónde se largo Julián y me siento pésimo.

Es la quinta vez que le marco a Julián y me manda a buzón. De repente se me ocurre marcarle a la casa de Lola, cruzando los dedos espero a que ella conteste.

Me contesta una voz ronca.

—¿Si...?

—¿Kevin?

—¿Quién habla?

—Alex. Perdón por despertarte.

Contesta algo como “ashldakgfa” y luego se queda callado. Creo que estaba dormido…

—¿Kevin?

—Eh…

—Es que… me siento mal…tengo un dolor.

—¿Y estás sola? ¿No está Julián?

En ese momento desee que Kevin fuera mujer y comprendiera lo que trato de decirle. Obvio no le voy a decir: "Kevin, lo que pasa es que siento ardor al orinar, yo creo que es porque Julián y yo cuando tenemos relaciones nos protegemos y puede que tenga una infección.'" 

No sé ni por qué le marque a este güey.

—Pues… está dormido.

Miento, miento. Julián se fue a no sé dónde y tengo ganas de llorar.

—¿Segura?

En eso me llega otro dolor en el vientre y suelto un pequeño grito.

Cuelgo el celular. Tengo dolor y ardor al orinar. Siento todo el tiempo que me dan ganas de hacer del baño, pero no hago nada y cuando lo hago me duele .A los cinco minutos decido que no puedo más. Me pongo unos pants, y salgo del apartamento.

                        ***

Estar abierta de piernas con los calcetines apoyados en los fierros esos, una lámpara alumbrando y el doctor asomado y viéndome… ahí, es de lo peor, pero me dijo que tenía que hacer esto. Es la segunda o tercera vez que asisto al ginecólogo pero ahora el oso es mucho peor, porque la vez pasada todavía era virgen.

Lo bueno es que atiende hace años a Silvia, incluso también a Abi la atendió, y es buena gente. Creo.

—¿Hace cuánto empezaste a tener vida sexual, Alex?

—Hace como… once meses—digo muy bajito.

—¿Estás usando protección?

—Este…más o menos—bueno al menos estoy siendo sincera ¿no? La verdad es que un par de veces nos ha valido el condón.

Cuando acabamos el doctor se pone a escribir la receta.

—Te vas a hacer estos estudios. Y tu chico también.

¿Cómo que “y tu chico también”? ¿Le tengo que decir a Julián que a lo mejor tiene una infección? Me muero de pena.

—¿De qué son los estudios?

—Tenemos que descartar que la infección que tienes no haya sido por contagio. Tienes infección de vías urinarias.

Y lo que pienso es sida. Herpes. Cáncer. Sífilis.

—¿Has usado algún otro método anticonceptivo?

¿A qué hora pasamos del sida a los embarazos?

—Pastillas.

—Tenemos que ver qué es lo que más te conviene, necesitamos hacerte estudios.

El doctor apunta más cosas en la receta y yo cada vez estoy más aterrada. ¿No se supone que el sexo es lo más natural del mundo? No puedo creer que ya esté a punto de cumplir los veinte años y no sé nada de esto.