Capitulo 18.Tulipanes y más tulipanes

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Estoy acostada, mirando al techo y sin saber qué hacer, tengo mucho sueño pero ahora eso no me importa, solo se que lo olvido, se olvido por completo. Sé que Julián no es tan detallista, ni recuerda el cumpleaños de nadie, incluso los nombres, pero ¿qué se le haya olvidado nuestro aniversario? Eso nunca ha pasado, hoy cumplimos cinco años de relación y no me dijo nada en todo el día.

Respiro hondo y me tapo la cara con ambas manos algo estresada. Aun no puedo creer que se le hubiese pasado nuestro aniversario. Y lo peor es que todo el día estuvo conmigo y no fue para decirme algo, estuve esperando una palabra suya, un detalle, una mirada. Pero nada. Había pasado un día cotidiano, como otro cualquiera. Pero hoy, encima, no había ni tenido un gesto bonito “tienes una lagaña en tu ojo” había sido su frase más bonita que me dijo.

Decidí no pensar en eso. Trago saliva y despacio cierro los ojos, esperanzada por conciliar el sueño. Mañana le voy a reclamar. 
 
Volví a respirar hondo y en ese instante, mirando el techo de nuevo, expectante y con los ojos abiertos de par en par… me vino la triste idea, de que quizá no deberíamos de seguir juntos, quizá Curie tiene razón y nuestras carreras poco a poco nos irán separando y, es que desde que firme el contrato no he parado de ensayar y dar presentaciones, literalmente trabajo como una esclava hasta caer rendida en la cama, y mi único consuelo son los masajes de Julián.

Sentí un enorme nudo en el estomago al plantearme esa idea de ya no verlo más y aun peor, perder esos masajes que me da.

Estuve rogando a Curie de que me diera el día pensando que Julián me tendría una sorpresa y la única  sorpresa que me dio fue que no se acordó de nada. Me la he pasado horrible este día, hasta Michelle me había preguntado, ilusionado, cual había sido el regalo o el detalle. Yo había intentado cubrirlo con tontas excusas como “no somos ese tipo de parejas…”, mientras sentía la desilusión y las vagas esperanzas de que él se acordara.

De repente me llega un mensaje, el pitido del celular sonó y me lleve una mano al pecho, sobresaltada.

Me incorpore en la cama, alargando el brazo para apagarlo, cuando veo que es un mensaje de Julián, una sonrisa se me dibujo en el rostro.

Suspire y abrí el mensaje:

 “¿Cómo empezó todo?” 

Volví a leerla, ¿Cómo?... estaba cansada, medio dormida y frustrada. Me levante de la cama, intentando hacer el menor ruido con cuidado de no despertar a Naomi, ya que toda la noche se la paso pidiéndome perdón. Con cuidado, andando de puntillas, notando el frío del suelo, abrí la puerta de la habitación. Despacio, salí al pasillo. ¿Cómo empezó todo?... sonreí.

Fácil. Dándole un golpe por error aquel día que encontré a mí hermana llorando. Aun lo recuerdo y mis mejillas se siguen poniendo  rojas como jitomate,  y es que tengo que aceptar que Julián me gusto mucho desde el principio.

Sonreí, me abrase a mí misma, pensando, que tenía un novio un tanto extraño. Después volvió a sonar mi celular.

Y antes de que pudiese abrirlo prendí la luz del pasillo temerosa, quizá de encontrarme algo de desagrado, fuera de lo normal. Pero no fue así, y pude comprobar, aliviada que no había nadie más que una docena de rosas y un oso  de peluche, enorme color blanco.
Posiblemente, él se había acordado en el último momento o Michelle le pregunto por qué no me regalo nada y Julián rápido salió a comprar lo más fácil y lo primero que se le vino en mente. Es una excusa barata para salvarse el culo.

Respire hondo, algo desilusionada. Camine indignada hasta aquellas rosas, las tome y vi una pequeña nota ahí, sacudí la cabeza y volví a mirar:

“¿Qué paso chica loca?... ¿a caso pensaste que me iba a olvidar? Está bien que no tenga buena memoria pero nunca olvidaría nuestro aniversario. Me ha costado mucho pensar algo que pudiera hacerte ilusión, y como ves, me gusta darte sorpresas, es mi estilo….Te espero en nuestro escondite.” 

Sonrei,de esas sonrisas puras y sinceras. Mis mejillas se ruborizaron y sentí una dicha enorme. Me quede parada, como una tonta, releyendo la misma nota que mantenía con cautela en mis manos. 
Luego me cae el veinte que nuestro escondite es el sótano abandonado que descubrimos hace una semana, ya hasta lo limpiamos y le habíamos puesto una pequeña grabadora para poner a nuestros grupos favoritos.

Dudosa, me di la vuelta y emprendí camino a nuestro "escondite". 
Descalza, siguiendo en silencio baje las escaleras del apartamento. Inquieta, ilusionada y esperanzada… recorrí los pasillos silenciosos y fríos, hasta que llegue.
Abrí la puerta y para mi sorpresa había infinidades de velas.

Sonreí como una niña, tonta, feliz e ilusionada. Y mordiéndome un labio, fui andando despacio, atravesando el amplio pasillo mientras se fijaba en la velas esparcidas por él, pegadas a las paredes.

Observo con facilidad, las sombras reflejadas en las frías paredes que acariciaban suavemente la oscuridad, los contornos tenuemente iluminados, el camino que recorría con pequeños y silenciosos pasos. Y comprobé que las velas esparcidas me llevaban hasta el fondo del sótano.

Me pare un momento y mis pies ya estaban sucios y llenos de polvo. En ese instante los nervios se desvanecieron en cuanto vi el sótano vacio. 
 
Lo raro es que todo estaba  preparado. Pero faltaba Julián.
 
Me adentre mas y me di cuenta que estaba sola. Confusa fruncí el ceño y le empecé a llamar a Julián.

Suspire, ansiosa, y me acerque una mesa que encima de esta había un tulipán. ¡Ay,mi querido, siempre con sus tulipanes!

Volví a suspiras, y es que los tulipanes han estado en momentos de mi vida muy lindos, excepto uno.

Respire hondo y cuando vuelvo a dejar el tulipán en la mesa, Justo vi un posits color amarillo pegado en la mesa.
Todavía sin entender muy bien, lo cogí y lo leí:

 “Lo he logrado” 

Volví a leer la nota, sin entender. La mantuve entre mis dedos sin saber que esperar de esto.

—¿Lograr que? —pregunte en voz alta, hacia mí misma. 

—Logre que me amaras— dijo entonces, la voz de Julián, a mis espaldas.

Di media vuelta, mientras escuchaba la torpe voz de él. Sonreí y le mire con ojos de amor mientras una dulce sonrisa, iluminaba el rostro de él.

—Me has arruinado el día.

—El día todavía no termina—miro su reloj comprobando que tenía razón —.Así que tengo todavía oportunidad.

Con cuidado tome de su cuello, me pare de puntitas y lo  besé con toda la pasión de mil flechas. 

—Eh, me vas a ahogar. 

Nos empezamos a reír. Luego se puso serio. Prendió la radio, me dio la vuelta y empezamos a bailar, he mejorado bastante bailando pero Julián solo me pisaba los pies y lo único que ocasionaba era que me carcajeara. Bailamos nuestras dos canciones favoritas, platicamos como una hora y después Julián me cargo y me llevo al sofá.

Nuestros besos se alargaron.

Julián, cogiéndome por la cintura, despacio rozo mi mano en mi mejilla y me sonrió. Se puso justo encima de mí, intentando apoyar parte de su cuerpo en el brazo para no dañarme. 
Justo en ese instante los dos nos miramos y yo agarre su cabeza tirando de ella para besarlo. Nuestros cuerpos, medio desnudos, se acariciaban y un cúmulo de sensaciones nos recorría mi cuerpo. Pasión, deseo, amor… 

Separe mis piernas rodeando la cintura de Julián con ellas. Julián dulcemente jugó con mi lóbulo de la oreja. Ambos respirábamos agitados y Julián se me quedo viendo fijamente a los ojos, antes de que dijera algo, el emitió una picara sonrisa.

—Te amo, quiero que tú seas mi mujer por el resto de mi vida.Alexa cásate conmigo.

Oh,oh creo que estamos en problemas...

El miedo a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora