Capitulo 20.Piensa antes de hablar

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Los rayos del día se desvanecieron de mis cortinas mientras yo seguía en la barra haciendo mis ejercicios de ballet.

Naomi entro y se sentó en la cama, pasó las manos por la cara desesperada.

—¿Te sientes bien? — pregunte al mismo tiempo que me limpiaba el sudor de la cara con una toalla que me obsequio Curie

—Ayer se nos rompió el condón —empezó a dar vueltas por todo mi cuarto—. ¿Puedo quedar embarazada?

—Necesitarías ir al médico, por lo que yo sé, es que si no estabas en tus día fértiles no hay de qué preocuparse —sonreí despreocupada.

De repente se me antoja comerme cajeta con tortilla y voy a la cocina.

Cuando veo que la alacena está vacía digo:

—Naomi...

—¿Sí? —dijo desde el cuarto.

—¿Quieres ir a cenar? —le pregunte y me fui a ver al espejo que compramos entre las dos en una rebaja de Sam's Club.

—¡Ay, no! Ayer que salimos nos llevaste a un lugar poco higiénico —quejándose llego hasta donde yo estaba —. Y Michelle se enfermo de la panza.

—¿Diarrea?

Se quedo callada, como que apenada.

Mientras que Naomi estaba en pie mirando mi abdomen descubierto, yo sumía mi panza, me ponía de perfil y de espaladas.

Me baje la camisa rápido porque Michelle estaba saliendo del baño.

—Menudo coñazo — se quejo Michelle, y aventó una revista a la mesa, Naomi antes de que digiera otra cosa se fue a sentar en las piernas de Michelle —. No volveré a comer comida rápida ¿a quién se le ocurrido la brillante idea de ir ahí?

Riendo me voy a sentar al otro lado de la mesa.

—Es que se me antojo —intente defenderme.

—Ya llevas una semana de que todo se te antoja, eso esta raro.

—Lo sé —dije con felicidad.

Es muy tarde para salir a cenar y todavía falta que llegue Julián del trabajo. Lleva un mes y por lo que noto le está gustando, aunque como ahora se muestra distante y callado cuando está conmigo no he podido conversar muy bien con él.

—Vamos al cine —dijo Naomi al ver que no decíamos nada.

Michelle que pasó su mano por su espalda hizo un gesto indiferente.

—¿Julián a qué hora va a salir de trabajar? —Pregunto él.

Tarde en contestarle, primero mire a Naomi y ella ya tenía la cabeza mirando al suelo. La ignoro tanto que hasta yo sentí feo.

—Ya no ha de tardar.

—Por cierto, le iba a preguntar cómo consiguió tan rápido trabajo, es un maestro socializando.

—Lo mismo pensé, supongo que lo consiguió tan rápido por...

Julián entro con arrogancia y azoto la puerta. Naomi intercambio una fugaz pero cómplice mirada con Michelle. Decidí no abrir más el pico y fui hacia Julián que se veía un poco harto.

—¿Cómo te ha ido, cariño? —Pase mis brazos por su pecho y desajuste su corbata.

—Bien Alexa, gracias —contesto con frialdad y quito mis manos de su pecho —. ¿Qué hay de cenar?

—Íbamos a preparar sopa—mentí.

—No te molestes en prepararla, ya no quiero nada.

Julián saludo a los chicos y se fue a acostar a mi cuarto. Yo pase atrás de él y cerré la puerta para que no escucharan nada.

Los lunes a miércoles me quedo en el apartamento de Julián y de jueves a domingo él se queda en el mío; sin embargo, siento que vino a pasar la noche conmigo nada más por compromiso.

Al principio podía entender la actitud de Julián conmigo, pero ahora me está colmando la paciencia. He intentado hacerlo sonreír con todo y no logro conseguirlo, por muchas veces que intente tener intimidad con Julián lo único que recibia era su rechazo. Repase mentalmente nuestras conversaciones y me di cuenta que siempre nos decíamos lo mismo: "Hola, ¿cómo estas?, bien gracias, ire a dormir" Asi me ha hablado desde el día en que le confese casi todo.

Me quite el leotardo y mis calentadores.

—Julián —lo llame y en cuanto me escucho, se tapo con la almohada.

—¿Puedes guardar silencio? Estoy cansado—se metió a las cobijas y se quito los zapatos. Guarde silencio —.Gracias.

—Solo quería decirte...

—Silencio, por favor —, y apago la luz.

Prendí la luz y tras fulminar a Julián con la mirada le arrebate la almohada y me puse encima de él.

—Quiero decirte algo—logre contestar.

—Bien, sino me quieres dejar dormir me voy a mi apartamento— me hizo a un lado y volvió a ponerse de pie.

—Eres tan...

—¿Tan qué? ¿Tan mandilón? —Y se puso los zapatos riendo.

Se me trabo la mandíbula y ni siquiera me dieron ganas de moverme. Iba a decirle algo, pero antes él me avento una caja color negro a la cama.

—¿Qué es eso? —Pregunte aunque tenía una leve idea.

Julián se volvió y sonrió.

—El anillo que te iba a dar el día de mi graduación —dijo manteniendo las distancias—. Eres una mujer tan difícil de comprender, que necesitas probar a más hombres para darte cuenta de que amas a solo uno.

—No entiendo.

—Ni te hagas, que Alexis ya me lo conto todo.

—¿Y cómo te encontró?

—Eso no te incumbe, ahora ya no insistas en que vuelva a ser como antes —bajo la cabeza como si le costara trabajo pronunciar las palabras que tenía en la mente —. Me quiero olvidar de ti.

Sonrió nervioso a la vez que con un movimiento de mano empezaba a abrir la puerta.

—¿Por qué te quieres olvidar de mí?

—¡Porque quiero dejar de ser tu perrito faldero, Alexa!

Cerró la puerta de un jalón y salió de esta. Corrí hacia la cama, abrí la caja y había un anillo con una pequeña nota que decía:

"Con mi sudor y trabajo logre comprarte este anillo, sé que lo aceptaras"

Solté un chillido y me acoste en la cama. Nunca me había sentido tan arrepentida. Aunque llorara no podría atrasar el tiempo y haberle un dicho un "sí" a Julián. Soy una traidora que no se merece ni una disculpa.

Rodé los ojos llenos de lágrimas a mi cajón y saque mi prueba de embarazo, que era positiva. Estaba tan entusiasmada en darle la noticia...

El miedo a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora