capitulo 4

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MI  alarma sonó a las 6:00 a.m. como de costumbre no tarde demacrado en levantarme ya que estaba aburrida de esperar que las horas pasaran, cuando me levante baje a la cocina y vi el calendario, era viernes, felizmente salí corriendo a mi habitación, me cambie y corrí hasta la escuela, llegue a sentarme a la clase y aun faltaban media hora aunque yo felizmente esperaba en mi mesa, mientras observaba la ventana.

Pasaron 5 minutos cuando de pronto he inesperado, aquel chico con el que me había topado el día anterior entro a la clase y muy felizmente se me acercó, sin lugar a donde ir tuve que aceptar que el me hablaría aunque yo no quisiera.

— Hey, hola lo siento por lo del día de ayer, no se si te hice algún daño, y por cierto dejaste tirado tu celular, haci que aquí esta, te lo iba a devolver ayer pero saliste corriendo haci que no pude decirte nada ni acercarme a ti — 

Hay que horror ... 

  — Ha—  sin palabras no sabía que decirle

— Me llamo Jacob y ¿Tú eres? —

  — A......a me llamo Sara— 

— Sara, que bello nombre—  ¿Quien es este para decir esto ?

  — A.......— 

— ¿Qué te parece si almorzamos un día juntos?— 

— Está bien—  horror del universo y yo que no quiero ni verle 

— ¿Qué te parece mañana?— 

— Está bien, mañana sera  — 

— Nos vemos, Sara— 

humillante, pero no pude hacer nada y no se creo que hubiera sonado demasiado feo haberle dicho que no, bueno este día ya no puede ser peor, inicio la clase y se me había olvidado que tenía heridas en el brazo, a media mañana me moría de calor haci que me quite el suéter, ese día no llevaba blusa de manga larga haci que mis heridas se dieron a luz y una chica que se sienta a la par mía se quedo viendo asombrada mi brazo, al momento de verla me recordé y me cubrí el brazo, estuve haci hasta la hora de almuerzo.

Fui directamente al baño y me eche en llanto, me sentía terrible, no quería ver a nadie y sentía que no lograría consolarme , en medio de mi llanto la chica de mi case entro al baño y me vio sentada en el suelo llorando, me centi muy apenada e inmediatamente me levante tome mi mochila e intente salir, pero ella me tomo del brazo y me dijo al oído...

  — ¿Por qué huyes?— sin saber que responder la vi a los ojos, con lágrimas aun

  — ¿Qué quieres tu?— 

— Solo quiero saber por que tienes el brazo de esa forma, no es bueno lo que haces, has de tener una razón, ¿Cuál es?— 

— No es de tu incumbencia—  

— Solo quiero ayudarte— 

— No puedes— 

— ¿Por qué?— 

— Sólo déjame— 

Ella soltó mi brazo y yo salí  del baño, llegue al comedor y vi a José, lo tome del brazo y lo lleve a uno de los jardines de la escuela...

— José, te tengo que contar algo— 

— ¿Sara?  ¿Estás bien? ¿Por qué tienes los ojos llorosos ? —

  — Por lo mismo que te traje hasta aquí—  

— ¿Qué pasa?— 

—  Lo que pasa es que no me pude contener el enojo, la tristeza y la inmensa mezcla de sentimientos que tuve   y simplemente me decidí por hacerme algo...—

  — ¿Algo?— 

— Si, algo— 

— ¿Qué cosa?— señale mi brazo mostrando las heridas que tenía y empece a llorar 

— ¿Sara pero que te has hecho?— 

— Solo desahogue mis penas en dolor, no se por que lo ice, solo fue un impulso, después de hacerlo me sentí muy bien, con dolor pero ya no sentía las penas, aunque aun las tengo— 

— ¿Por qué no me llamaste? te pude haber ayudado— 

— Lo siento mucho, en ese momento no sabía que hacer— José solo me abrazo y yo me solté en un inmenso llanto , estuvimos un buen rato ahí, luego José me separo de su cuerpo y me vio a los ojos con lágrimas y pena.

  — No vuelvas a hacerlo ¿si? —

  — está bien— 

Dándome un último abrazo se fue y justamente termino la hora de almuerzo,regrese a la clase me senté en mi mesa y me coloqué el suéter, no tenía hambre no quería hacer nada, la chica que se sienta a mi par me vio con pena, solo la deje observar, no me importo lo que ella pensara de mi.

Termino el día y salí hacia mi casa, al llegar no encontré a nadie en la casa, subí a mi habitación y al entrar vi en mi cama un vestido amarillo y una caja de zapatos los cuales combinaban con el vestido, me lo coloque, me vi al espejo y era precioso, me recosté en la cama y vi mi brazo, me puse a llorar al recordar el momento en que se lo había contado a José.

Después de un rato me quite el vestido y salí a la cocina, tome un baso de jugo y me fui a dormir.

A las ocho de la noche me desperté y me levante fui a la cocina, ya habían cenado haci que solo regrese por donde había llegado y me dormí. 

El renacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora